Y es que la jungla digital no es más que una extrapolación virtual de la jungla urbana que nos rodea día a día.
La red lo único que hace es acercarnos todos los especímenes dignos de recalco que cohabitan en el mismo hábitat.
Siempre habrá gente que desarrolle aplicaciones para Facebook; que clickee en los anuncios de Google; que pique con los spams y las páginas de phising; que cuente en un diario público sus penas e ilusiones de adolescente; que venda las cosa más rara e inimaginable; que escriba auténticas obras de arte y no cobre por ello; que aconseje a los demás con su experiencia; que exponga y comparta sus ideas sin miedo a perderlas, porque sabe que realmente las está expandiendo; que descubra toda su información personal en un perfil público; que suba sus vídeos y fotos de las vacaciones a cuentas de YouTube y Flickr; que ofrezca servicios sin (aparentemente) exigir nada a cambio.
Siempre habrá gente para todo, y el resto de los usuarios son el público, verdadero gobernante, que decide sobre lo que merece la pena y lo que no.
Pero gente que haga cosas raras siempre la ha habido, incluso antes de Internet, aunque parezca mentira. En este vídeo tenemos un claro y divertido ejemplo, en el metro de Madrid.
Si no existiese Internet podrían haberlo hecho igual, y sinceramente yo quiero creer que así habría sido. Siempre hubo, hay y habrá gente para todo.
Eso sí, hoy en día todos tienen un hueco en la jungla digital.
La red lo único que hace es acercarnos todos los especímenes dignos de recalco que cohabitan en el mismo hábitat.
Siempre habrá gente que desarrolle aplicaciones para Facebook; que clickee en los anuncios de Google; que pique con los spams y las páginas de phising; que cuente en un diario público sus penas e ilusiones de adolescente; que venda las cosa más rara e inimaginable; que escriba auténticas obras de arte y no cobre por ello; que aconseje a los demás con su experiencia; que exponga y comparta sus ideas sin miedo a perderlas, porque sabe que realmente las está expandiendo; que descubra toda su información personal en un perfil público; que suba sus vídeos y fotos de las vacaciones a cuentas de YouTube y Flickr; que ofrezca servicios sin (aparentemente) exigir nada a cambio.
Siempre habrá gente para todo, y el resto de los usuarios son el público, verdadero gobernante, que decide sobre lo que merece la pena y lo que no.
Pero gente que haga cosas raras siempre la ha habido, incluso antes de Internet, aunque parezca mentira. En este vídeo tenemos un claro y divertido ejemplo, en el metro de Madrid.
Si no existiese Internet podrían haberlo hecho igual, y sinceramente yo quiero creer que así habría sido. Siempre hubo, hay y habrá gente para todo.
Eso sí, hoy en día todos tienen un hueco en la jungla digital.
1 comentario:
...
En otra época sólo podíamos ver friqis en pogramas como el semáforo.., ahora podemso seguir viendolos en la tele basura, y ademas en Internet...
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