Desde una playa de Isla Mauricio, donde me encuentro, o desde cualquier sitio, una conexión telefónica fija, o inalámbrica, te coloca en relación con el mundo internet.
No creo que nos demos cuenta cabal de lo que significa.
De la cantidad de tecnología, y también de inversiones en infraestructura, hacen falta para que algo así pueda suceder, como si fuera lo mas normal del mundo.
Nos vamos acostumbrando a tanta maravilla que apenas podemos valorar en su justo término lo que sucede a nuestro alrededor.
Internet y la telefonía móvil han cambiado el mundo.
Sería una lástima que no se desarrollase la siguiente oleada de la sociedad del conocimiento que está basada en una circulación ordenada, pero libre de contenidos.
Hemos construido las autopistas. Ahora tienen que circular los coches.
Al salir de Madrid leía los avances que se están dando entre una denominada Coalición de Autores, y la asociación de los cuatro operadores importantes, que se llama Redtel.
Parece que están llegando al acuerdo de no perseguir a los internautas, y no seguir por tanto el modelo francés, como otros modelos que tratan de perseguir a aquellos que se benefician economicamente del intercambio de ficheros.
No sé si esta estrategia tendrá sentido, pero al menos no cae en la trampa de intentar perseguir y criminalizar a una parte importante de la población.
En Suecia también van por el camino de perseguir a los intermediarios como Pirate Bay con el consiguiente escándalo, pero igualmente me parece que por ahí si se puede conseguir algo.
En el mundo internet hay quien se lucra: los Google y compañía, agregadores de contenidos o presentadores de los mismos, los operadores de telecomunicaciones que cobran bastante por la conexiones, los que venden contenidos de pago por la televisión, etc.
El mudo internet genera mucho dinero y eso irá en aumento.
No me parece que sea imposible que una parte de ese dinero vaya a los autores mas vulnerables.
Tampoco me parece imposible que se estudie cuanto hay que pagar a estos autores, porque no es lo mismo el problema de los artistas en los años cuarenta del siglo pasado, que en un mundo en el que el que triunfa lo hace de una forma global.
Creo que el problema es que no se ha estudiado con detenimiento estos problemas desde los reguladores. Que los lobbies de los autores y artistas enturbian el agua como los calamares, (acabo de ver pescar uno en un arrecife), y que hablan de robos cuando de lo que deberían hablar es de un nuevo modelo de negocio.
La entente entre operadores y autores también debe ser observada con lupa por los reguladores, ya que me temo que intentarán cargar el muerto a terceros.
Como digo este es un tema multilateral.
Si de estas reuniones lo que sale es simplemente la persecución de algunos intermediarios, como si sale la persecución diocleciana de los internautas, no se habrá ganado nada.
Mientras la solución no sea consensuada y los costes compartidos solo estaremos en el reino de la demagogia.
Mientras anochece en Mauricio dan ganas de pensar que la armonía reinará en el mundo, pero la edad me hace dudar de ello.
Internet es una gran cosa. Ojala sea posible su evolución a un entorno ordenado. No a un entorno dominado por los artistas y los operadores. Esa entente sencillamente no puede ser buena.
martes, 21 de abril de 2009
Los milagros de internet
Publicado por Antonio Cordón a las 15:22
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