martes, 2 de febrero de 2010

El Contrato Social

En 1762, Juan Jacobo Rousseau publicó un ensayo de enorme impacto político y social, titulado "El Contrato Social", en el que tras enunciar que todo hombre nace libre, venía a proponer un contrato entre los hombres libres para dotarse de una dirección común, bajo el imperio de la "voluntad general".

Los gobiernos democráticos siguen mas o menos constituyéndose bajo ese mismo principio, pero me pregunto si los ciudadanos tienen claro ya que es lo que esperan de la cesión de su soberanía a unos estados cada vez mas remotos.

Todo esto me lo ha sugerido la nota de prensa en que se anuncia el cambio de presidente de France Telecom, puesto que dicho cambio se asocia no solo a un nuevo proyecto empresarial, sino también a un nuevo contrato social.

Sabidos son ya los episodios de suicidios ocurridos en aquella enorme compañía, que están en el origen de estos cambios, y bien conocida es la situación de aquellas empresas abocadas a la reconversión, sobre todo aquellas que pasan de tener un estatus de empleadores de por vida a otro de empleo inestable.

Porque en efecto, el contrato que suscribieron esas personas cuando entraron a trabajar en esas empresas, contrato no escrito pero implícito, ha sido derogado en función no de la voluntad mayoritaria, sino en función de los intereses del capitalismo globalizado.

Lo mismo nos pasa ahora con las pensiones y después con la sanidad pública o con los sueldos o prestaciones públicas.

Ahora toca cambiarlos porque la clase política no ha sabido gestionar ni la situación de bonanza antes de la crisis, ni la crisis misma.

Cambia el contrato social. Las explicaciones son insuficientes. Se apela a un bien común (futuro) que sospechamos nunca va a llegar.

El Contrato Social roussoniano tenía como base la preservación de la libertad que entonces era un bien fundamental.

El contrato social actual tenía como base la seguridad económica y personal.

Pero vemos que los estados no nos garantizan la seguridad, ni la física ni la económica, y que el mundo se vuelve un lugar cada vez mas peligroso.

Lo mismo pasa en las empresas. Ni te garantizan continuidad, ni tan siquiera unas condiciones dignas de vida.

Hace bien el nuevo presidente de France Telecom en hablar de un nuevo contrato social.

Porque hasta ahora en esta crisis solo se habla de ajustes y de ser mas competitivos. O sea mas pobres y con menos tiempo libre.

Y ese "contrato" se parece mucho a la esclavitud.

3 comentarios:

Javier Muñoz dijo...

Magnífico post, Antonio. Pones negro sobre blanco muchas ideas que me venían rondando por la cabeza...

Antonio Cordón dijo...

Muchas gracias Javier.

Lo cierto es que están empezando a llover piedras en España, y que aunque saldremos de esta, ahora podemos ver la frivolidad de la clase política que durante los últimos veinte años ha venido jaleando imprudentemente, un enriquecimiento que no tenía bases sólidas.

Los que hemos venido reclamando políticas industriales y a la vez veíamos como se enterraba a las industrias, ya estamos cansados de protestar.

Pero este es un país de poco fundamento y nos gusta demasiado la juerga y el chuletón.

Vamos para atrás y va a ser duro, pero peor lo tuvieron los de la generación de tus abuelos.

Paciencia y ánimo.

Javier Muñoz dijo...

Evidentemente, estos no dejan de ser (por ahora y espero que para siempre), problemas de salón.

Mientras haya comida y techo, podremos quejarnos pero los problemas no son reales. El problema es que no son reales para los que conservamos el trabajo. Pero dentro de esos 4 millones de parados y no sé cuántos cientos de miles de familias sin un solo sueldo, la situación es bastante complicada...

Hacemos bueno el slogan de IKEA "dónde caben dos caben tres"...