martes, 23 de febrero de 2010

La TDT y lo que les importa a los políticos la tecnología

Vengo de la sierra donde los vientos de estos días me han tirado la antena.

Unos esforzados operarios se han subido al tejado y en plena lluvia se han fajado con el viejo armatoste para eliminar el trozo que se había caído y todo lo demás, que ya no valía.

Cuando por fin, y sin incidentes, he bajado a ver si se veían los canales de la TDT, me he encontrado con que efectivamente me llegaba una buena señal y un montón de canales, que como dice un diario hoy, comienzan a ser la Trinchera Digital Terrestre.

Como gracias al estado de las autonomías el estado tiene que repartir sus competencias, un montón de frecuencias se repartieron por los llamados gobiernos autónomos, que cada uno a los suyos, las repartieron entre los amigos.

Viendo el resultado en la sierra de Madrid, se ve claramente quienes son esos amigos de Esperanza Aguirre, que se encuentran entre la extrema derecha y la derecha extrema.

Bien es verdad que no pienso dedicar a esos canales mucho tiempo, y no creo que casi nadie lo haga, pero ahí están ocupando espacio radioeléctrico.

En algunas comunidades alguno de los que recibieron el maná de las frecuencias las están devolviendo, ya que no les salen las cuentas, lo que ya sospechábamos los que hace años nos dirigimos al gobierno central para pedirle que dedicase esas frecuencias al llamado dividendo digital, es decir a la telefonía móvil, para la que esas frecuencias (bajas), son de una riqueza muy grande a la hora de cubrir áreas rurales.

Pero otros no las devuelven y las utilizan para empaquetar tertulias con películas añejas, me imagino que gratuitas o casi, y extender su ponzoña.

¿No es una vergüenza que se asignasen frecuencias destinadas a la información local a que tertulianos que ya disponen de emisoras de radio, se pongan una cámara en el estudio y retransmitan por televisión el mismísimo programa de radio?

¿No es una vergüenza que todas las emisoras de TDT de la sierra estén en manos de Jimenez Losantos y compañía?

Dicen que en Estados Unidos crece el odio en las ondas, y que los antiguos telepredicadores están siendo sustituidos por energúmenos que llaman comunista a Obama.

En situaciones de crisis como la que vivimos la gente está legítimamente encabronada y es el tiempo de los extremistas y los incendiarios.

¿Pero cual es la responsabilidad de los que dejan que los extremistas y los incendiarios accedan a las ondas?

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