jueves, 15 de julio de 2010

Las guerras secretas

Siempre que tengo ocasión me refiero al absurdo de la cruzada contra las llamadas drogas ilegales, y a las consecuencias en todo el mundo del puritanismo de quienes nos gobiernan.

Naciones Unidas ha publicado recientemente su informe anual del Observatorio sobre el tema.

A mi me interesó el tema por primera vez a través de un libro de Moisés Naim, editor de una revista de política internacional en Washington, y columnista en El País, que también ha indagado en este espinoso tema en el que no se sabe quienes son los buenos ni los malos, pero que en varios países de habla hispana como Méjico o Colombia está llevando sociedades completas al caos.

Limitándonos a los tráficos de Cocaina y Heroina, y para entendernos, resaltemos que la cantidad expedida de cocaina desde sus bases latinoamericanas hacia los USA y la UE, fué de 521 toneladas el pasado año, de las cuales se calcula que llegaron a su destino 320.

De Afganistan salieron 235 toneladas de heroina, de las que alcanzaron su destino, fundamentalmente en Rusia y Turquia, 235 toneladas. No está mal, ¿verdad?

El valor de la cocaina llegada a los USA fué de 38.000 millones de dólares. El de la llegada a la UE de 34.000 millones de dólares. El de la heroina llegada a Rusia fué de 13.000 millones de dólares. El de la llegada a la UE, vía Turquía, de 20.000 millones de euros.

Junto a estos tráficos, y siguiendo las mismas rutas llegan inmigrantes, mercancías falsificadas, medicinas alteradas, armas, mujeres, y recientemente enfermos en busca de trasplantes.

Aparte hechos tan peculiares como que Afganistan sea el centro del cultivo de la amapola y de la producción de heroina cuando el país se encuentra ocupado por los ejércitos de la OTAN, es evidente que tal enorme cantidad de dinero no puede ser lavada y blanqueada sin que se sepa o sin que tenga su efecto en los mercados financieros.

Aquí la liberalización de los mercados de capitales y el uso intensivo de las tecnologías de la información ha tenido su papel, y una parte del estilo de vida grandioso de determinadas personas solo se explica por su relación con el mundo secreto del gran negocio de la droga y demás tráficos que se extienden cada vez mas debido a que, como es obvio, a pesar de la enorme cantidad de estupefacientes en las calles, hay mayor demanda que oferta.

¿Que clase de sociedad es esta en la que tanta gente prefiere adormecerse a estar despierto, o animarse artificialmente a hacerlo de forma natural?

Pero mientras dilucidamos esas preguntas filosóficas, miles de personas hacen de transportes humanos y cientos de ellas son detectados y encarcelados, de igual forma que lo son los manteros en las calles.

La carne humana es mucho mas barata que la droga y las desigualdades entre zonas del planeta hacen de gigantesco experimento de vasos comunicantes.

Miramos a Méjico con terror, pero en España las costas están trufadas de lanchas muy rápidas y chalets muy lujosos.

Las guerras secretas están mucho mas cerca de lo que parecen.

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