El debate sobre la legalización de las "drogas" se está comenzando a abrir, y hasta en España, el país menos dado a pensar que pueda imaginarse, y gracias a un artículo de Felipe Gonzalez, hay gente que comienza a manifestarse al respecto.
La realidad se impone en este gigantesco fraude, que cabría calificar como uno de los mas grandes de la historia de la humanidad, y que solo cabe explicarse por la fuerza de los movimientos reaccionarios en Estados Unidos, el país mayor consumidor.
Cuando Sherlock Holmes fumaba tranquilamente su pipa de opio en el Londres victoriano, o cuando Aldous Huxley decidía morirse a lomos del LSD, el problema de las drogas no parecía tan acuciante.
Pero después de la prohibición y de la decisión del crimen organizado de pasarse a este negocio ya no ha habido forma de parar la catástrofe.
Los cárteles de la droga han alcanzado un poder que nunca hubiera podido sospecharse y sus tentáculos permean y penetran los entresijos de los aparatos del poder legítimo hasta extremos que nadie quiere siquiera imaginar.
Hemos creado un monstruo que amenaza países, generaciones y sobre todo que nos ha secuestrado y nos mantiene atenazados para perpetuar una situación absurda.
La primera cuestión que nadie se atreve ya a preguntar es, ¿como hemos llegado hasta aquí?
Millones de personas son consumidores de sustancias, que si estuviesen controladas, serían mucho menos peligrosas de lo que son hoy día.
Esas personas según los prohibicionistas, son víctimas de engaños y embrujamientos que caen en manos de pérfidos traficantes, siempre a la puerta de los colegios.
Las leyendas urbanas al respecto resultan delirantes: caramelos cargados de "droga" para provocar adiciones, jovencitas llevadas por el camino de la aguja por malvados anzuelos discotequeros, etc.
Según estos arcángeles de la prohibición, los drogadictos son siempre inocentes corderillos que caen en las garras del lobo a través de engaños y perfidias.
Y según ellos también, la liberalización de estas substancias provocaría un armagedón al caer toda la juventud en los abismos de la drogadición.
Parece que no tienen muy buena opinión del libre albedrío, o es que consideran que el poder de las drogas, o su encanto, son absolutos.
Nunca he creído que una persona centrada y con expectativas en su vida vaya a dejarse esclavizar por una droga. Lo mismo pueden hacer hoy con el alcohol, tan libremente distribuido, y no lo hacen.
El drogadicto tipo no es una persona centrada, como no lo es el alcohólico.
Por otra parte la experiencia demuestra que se puede hacer un uso controlado de cualquier sustancia, y viceversa.
Hay quien tiene que zamparse todos los días varias tabletas de chocolate, varios paquetes de tabaco, o caramelos, aspirinas, o miles de cosas.
En último término si alguien quiere vivir su vida pinchándose todos los días un chute de heroína para desayunar, pues que lo haga. Y si quiere salir de la adición se le ayuda. (Exactamente como se hace con otras adiciones).
En un mundo en que el medicamento mas utilizado son los antidepresivos, ¿quien es el que ha decidido que la coca es un veneno y el prozac una bendición?
¿Quien ha decidido que la ginebra es estupenda y la marihuana mala?
En un mundo en que mas de la mitad de la población carece de esperanza, ¿quien ha decidido que ademas de sin futuro la gente tiene que pasar sin paliativos?
Seguramente el camino de la legalización va ser duro, entre otras cosas porque vamos a ver quien es el guapo que les quita el negocio a los de la Cosa Nostra.
Pero ver las cárceles llenas de pobres "mulas" del tráfico, ver los montes gallegos quemados para propiciar los desembarcos, ver los miles de muertos en la guerra contra los cárteles, y ver la realidad de los supermercados de la droga, clama a cualquier persona decente.
Si una persona se quiere envenenar nadie puede evitarlo. Lo único que podemos hacer es hacerle el camino miserable y de paso envenenarnos todos con él.
Eso es lo que estamos haciendo.
jueves, 23 de septiembre de 2010
La hora de la legalización
Publicado por Antonio Cordón a las 18:09
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6 comentarios:
Aquí el artículo sobre las palabras de Felipe González: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/14/espana/1284460123.html
Y aquí otro post muy interesante de Martin Varsavsky, precisamente de hace unos pocos días, sobre el mismo tema: http://spanish.martinvarsavsky.net/espaaa/las-drogas-y-yo.html
Ahora mi opinión :-)
El tema de la legalización de las drogas es muy complicado. Por un lado, tus razonamientos, los de González y los de Varsavsky son totalmente válidos y estoy en gran parte de acuerdo con ellos. La prohibición de un producto que tiene una gran demanda lo único que genera es un mercado negro que beneficia a unos seres indeseables, pero no aporta nada al mercado global.
No obstante, mucho ojo con la liberalización alegre de las drogas. Si se vendiesen en tiendas, el consumo aumentaría. Quizá no tanto como muchos claman, pero subiría. Mucha gente buena y educada, que ahora mismo vive alejada de las drogas porque se "aleja de su localización" y no se acerca a ellas, acabaría cayendo en la adicción. Igual que muchos grandes cerebros de nuestro tiempo fuman alquitrán y nicotina.
Los drogadictos dejarían de ser "estigmas" de la sociedad y entrarían en nuestro día a día. ¿Quieres que el profesor de tus hijos se meta rayas de coca entre clase y clase? Porque ahora mismo fuman... ¿por qué uno sí y lo otro no?
¿Qué pasará cuando empiece a haber accidentes de tráfico causada por personajes colocados hasta las cejas? Porque se multiplicarían, sin duda alguna...
Obviamente, lo razonable y lógico para una persona es no meterse en todas estas adicciones. Pero si algo nos ha enseñado la historia es que el hombre no sigue siempre el camino que más le beneficia, primando el beneficio inmediato sobre el posterior.
Es una cuestión que yo no tengo del todo clara. Por un lado veo el narcotráfico y creo que algo hay que hacer. Veo a Holanda y creo que algo se puede hacer. Pero luego pienso en la presencia del tabaco en mi vida como no fumador y no me gustaría que fuese igual para otras drogas más duras.
En primer lugar, todo el que quiere sabe donde conseguir. De hecho hay hasta "supermercados".
Segundo, las llamadas drogas son vistas con resquemor precisamente por su prohibición. Hay una serie de TV llamada "Nurse Jackie", muy aclaratoria.
Y en tercer lugar esos riesgos que tu ves ya existen. Conductores borrachos, directivos colocados, profesores prozaquizados.
Lamentablemente el mundo es un lugar tan asqueroso que la gente necesita "ayudas" para soportarlo.
En el primer, en el segundo y en el tercer mundo.
Y hay muchas "ayudas" disponibles.
Los "supermercados" existen, pero no están debajo de tu casa. ¿Es eso algo que te gustaría?
Precisamente, creo que ese resquemor tiene su parte buena. No quiero que se trivialicen como se hace hoy el día con el tabaco.
La gente necesita ayudas... Has leído "Más Platón y Menos Prozac", ¿verdad? Busquemos solución a las causas y no a los síntomas...
Las drogas no van a desaparecer por mucho que se las prohíba y trate de esquinar, pero hay que ser muy cautos al tratar de manejarlas.
Los supermercados están a la puerta de tu casa. Se llaman farmacias.
Si las drogas las fabricase la casa Bayer su peligrosidad sería muchísimo menor.
Efectivamente hay que ayudar a la gente para que encuentre un sentido positivo a sus vidas, y no suicidarse como martir de Alá, o llenarse de crack y estar tirado en un rincón.
Pero somos siete mil millones y no hay sentido para todos.
Si 200 millones deciden borrarse sin hacer daño a nadie poniéndose
el caudal sanguíneo como una tubería de central química, ¿que mas da?
Si estubiesen legalizadas:
1º Recaudarían muchos impuestos, igual que el tabaco y el alcohol.
2º La gente sabría lo que se mete, muchas de las actuales muertes por "sobredosis" en realidad son intoxicaciones con productos utilizados en el corte.
3º Sería un duro golpe no sólo a las mafias sino a los grupos terroristas que se financian en el narcotráfico.
4º Generaría industria, revitalizaría la agricultura y daría trabajo.
5º Dariamos un paso al frente hacia una verdadera sociedad libre. Que se drogue quien quiera todo lo que quiera mientras pague impuestos y no moleste.
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