Amanecemos jornada de huelga, pero como no quiero darle bombo al tema, hablemos de otras cosas, como la HD que ya llega a nuestros televisores. O al menos una versión empobrecida de la alta definición, que es lo que nos ofrecen Antena 3 y Telecinco desde hace un par de días.
Y es que lo que estas cadenas venden como HD, no es más que un escalado de la imagen hasta las 1.080 líneas de imagen, en un proceso que es comparable a convertir películas a 3D en postproducción. Sí, son HD y 3D, pero no dejan de ser un apaño, con una calidad que dista de ser la misma que si se hiciese bien. Sólo sirve para venderse mejor (o cobrar más), sin ofrecer un producto de alta calidad. Además, en el caso del HD que nos atañe, ni siquiera será toda la programación, sino ciertas películas, series y emisiones deportivas.
El caso es que cuando el Ministerio de Industria aprobó la concesión de 4 multiplexes (canales de la TDT) a cada una de las cadenas privadas del sector pienso que no hizo bien al no pedir una justificación de uso. Emitir en HD "de verdad" consume 2 de esos canales, y las cadenas han demostrado en este tiempo que prefieren tener 2 emisiones de refritos y teletiendas a un solo canal con una imagen de calidad. Aunque sólo sea para sumar unas décimas a la cuota de pantalla.
Al final los culpables de esta situación somos nosotros, los espectadores, que nos dejamos llevar por los contenidos. Y es que ya se sabe, el contenido es rey. Si los derechos de emisión son exclusivos, si el partido de fútbol o esa película de estreno la echan en televisión, nos da igual en qué cadena sea y en qué condiciones. Como sólo lo vamos a poder ver ahí, sintonizaremos el canal. No hay elección. Así, las cadenas en abierto no tienen alicientes para adoptar el HD, para desesperación del Ministerio que vendió la TDT a los españoles como la evolución de la televisión actual.
Donde sí que veo que la HD se siente valorada como activo es en las plataformas de televisión de pago. En las 4 ó 5 que tenemos a nuestra disposición los canales son más o menos los mismos, excepto contadas excepciones ilustres. Así, partiendo de la base que el producto es parecido, la diferenciación radica en el servicio, donde la HD puede marcar la diferencia. Poco a poco estas plataformas van cambiando su filosofía y pasar de emitir tropocientos canales que poca gente ve a menos canales, pero en alta definición. Cambiando cantidad por calidad, que al fin y al cabo es lo que espera alguien que paga un premium para acceder al entretenimiento televisado.
En España únicamente 1 de cada 10 televisores están preparados para mostrar imágenes en alta definición. Y de ese 10% habría que restar toda la gente que no es consciente de tal capacidad. La alta definición española se encuentra encerrada en una trampa que aglutina espectadores, fabricantes, productoras y canales, que tiene difícil escapatoria. Veremos cuando llega a nuestras pantallas.
Y es que lo que estas cadenas venden como HD, no es más que un escalado de la imagen hasta las 1.080 líneas de imagen, en un proceso que es comparable a convertir películas a 3D en postproducción. Sí, son HD y 3D, pero no dejan de ser un apaño, con una calidad que dista de ser la misma que si se hiciese bien. Sólo sirve para venderse mejor (o cobrar más), sin ofrecer un producto de alta calidad. Además, en el caso del HD que nos atañe, ni siquiera será toda la programación, sino ciertas películas, series y emisiones deportivas.
El caso es que cuando el Ministerio de Industria aprobó la concesión de 4 multiplexes (canales de la TDT) a cada una de las cadenas privadas del sector pienso que no hizo bien al no pedir una justificación de uso. Emitir en HD "de verdad" consume 2 de esos canales, y las cadenas han demostrado en este tiempo que prefieren tener 2 emisiones de refritos y teletiendas a un solo canal con una imagen de calidad. Aunque sólo sea para sumar unas décimas a la cuota de pantalla.
Al final los culpables de esta situación somos nosotros, los espectadores, que nos dejamos llevar por los contenidos. Y es que ya se sabe, el contenido es rey. Si los derechos de emisión son exclusivos, si el partido de fútbol o esa película de estreno la echan en televisión, nos da igual en qué cadena sea y en qué condiciones. Como sólo lo vamos a poder ver ahí, sintonizaremos el canal. No hay elección. Así, las cadenas en abierto no tienen alicientes para adoptar el HD, para desesperación del Ministerio que vendió la TDT a los españoles como la evolución de la televisión actual.
Donde sí que veo que la HD se siente valorada como activo es en las plataformas de televisión de pago. En las 4 ó 5 que tenemos a nuestra disposición los canales son más o menos los mismos, excepto contadas excepciones ilustres. Así, partiendo de la base que el producto es parecido, la diferenciación radica en el servicio, donde la HD puede marcar la diferencia. Poco a poco estas plataformas van cambiando su filosofía y pasar de emitir tropocientos canales que poca gente ve a menos canales, pero en alta definición. Cambiando cantidad por calidad, que al fin y al cabo es lo que espera alguien que paga un premium para acceder al entretenimiento televisado.
En España únicamente 1 de cada 10 televisores están preparados para mostrar imágenes en alta definición. Y de ese 10% habría que restar toda la gente que no es consciente de tal capacidad. La alta definición española se encuentra encerrada en una trampa que aglutina espectadores, fabricantes, productoras y canales, que tiene difícil escapatoria. Veremos cuando llega a nuestras pantallas.
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