La neutralidad de la Red está condenada.
Duele decirlo y suena duro, pero los últimos acontecimientos no hacen sino reforzar en mi cabeza la idea de que esto va camino de cambiar. Si el cambio es bueno o malo, y para quién, sólo lo dirá el tiempo. Pero a priori no parece que ese escenario futuro que se nos plantea sea mejor que la situación actual.
Hace poco desde Telefónica se dejaba caer que a lo mejor era momento de cambiar el modelo de negocio de Internet para empezar a cobrar más a los que más uso hagan de las infraestructuras. Causó mucho revuelo, pero las quejas amainaron. Tan sólo para sacar a la luz, pocos días después, un proyecto de acuerdo entre las operadoras para pagar a Telefónica por el acceso mayorista (es decir, por usar su red que, recordemos, fue en su mayoría desplegada con nuestros impuestos) en función del tráfico consumido por el usuario final, en vez de por velocidad, como se venía haciendo hasta ahora.
Tengo verdadera curiosidad por saber cómo habrá sido la negociación entre las operadoras españolas para llegar a este acuerdo. A no ser que Telefónica les vaya a rebajar mucho el precio base mayorista (aún no se saben los números finales, pero no es fácil, ya que la CMT trata de mantenerlo a un bajo nivel), se me escapa cómo pueden aceptar ser cobrados por tráfico generado, limitando sus posibilidades de ofrecer tarifas planas atractivas a sus clientes. Cierto es que se trata del acceso indirecto, que sólo es usado en poblaciones fuera de los núcleos urbanos, pero aún así se trata de un cambio que difícilmente no tendrá repercusión en las facturas de los clientes finales. ¿Empezarán las operadoras a rechazar clientes por ser potencialmente grandes consumidores de tráfico?
En el caso de que se empezase a cobrar por intensidad de tráfico, no son únicamente las personas de a pie las que salen perjudicadas, que lo peor que pueden ver es como su factura se eleva. La peor parte se la llevan empresas como Google o Amazon, proveedores intensivos de contenidos, cuyo modelo de negocio está basado en generar tráfico, que ahora serán facturados por sus megas de información emitidos. No es sólo que las operadoras se beneficiarían de unos mayores ingresos, sino que tendrían más fácil entrar en el negocio como proveedores de contenidos (uno de los grandes intereses de Telefónica). Al fin y al cabo, ¿a quién le vas a cobrar más barato el mega que a ti mismo?
Además, la propuesta también plantea la opción de ofertar tres niveles de calidad de servicio, entiéndase, prioridad del tráfico en la red: una para servicios avanzados, otro para empresas y un último, peor y más barato, para particulares. Adiós a la neutralidad de la Red.
Si bien esta propuesta aún tiene que ser aprobada por la CMT, la verdad es que tiene toda la pinta de que va a dar su visto bueno, cambiando Internet en España, posiblemente para siempre. Según una acertada comparación que he leído, se impone el modelo Tony Soprano, donde las empresas de Internet tendrán que pagar para que sus servicios lleguen más y mejor a más clientes; y los usuarios a su vez tendrán que pagar para acceder más rápido y con mejor calidad a Internet.
Se trata del dilema del prisionero, sobre todo para las empresas. Si nadie puede hacer afectar a la prioridad del tráfico, son recursos que se pueden dedicar a otro menesteres. Pero en el momento en que tu competencia se empieza a gastar el dinero para ofrecer un mejor servicio, no queda más remedio que poner dinero tú también para ponerte al mismo nivel. ¿Las ganadoras? Efectivamente, las operadoras.
Telefónica es una empresa y, como tal, su fin último es ganar dinero. En un mercado con régimen de libre de competencia como el que nos rodea, la compañía es (como su nombre indica) libre de poner los precios que quiera, ofrecer tarifas planas, cobrar por mega o por si ese día hace sol. Nosotros, como consumidores, seremos libres entonces también para elegir entre esa u otra operadora, buscando siempre la que más nos convenga. Por ello creo que el fin de las tarifas ilimitadas (que no planas) en las líneas fijas está próximo (como ha ocurrido recientemente en UK con O2), por mucho que nos contraríe a nosotros o a las empresas que tengan el acceso a la Red como pieza central de sus operaciones. De hecho, no pienso que este cambio vaya a suponer una alta subida en nuestras facturas, precisamente por la competencia existente. Más bien me parece un movimiento para penalizar a los usuarios muy intensivos (un pequeño porcentaje de gente que se pasa el día generando ingentes cantidades de tráfico), pero, sobre todo, para poder cobrar más a empresas como Google y hacerse con un trozo de su pastel, que es lo que llevan pretendiendo desde hace ya tiempo. No es una cuestión de si nos gusta o no, sino de cómo nos vamos a amoldar a este nuevo escenario.
Otra cosa distinta es la neutralidad de la red, que aboga por tratar de igual manera todos los bits. Una neutralidad que es necesaria para que Internet siga siendo esa poderosa herramienta de acceso a la información, donde todo el mundo tiene un mismo nivel de voz. Sin embargo, intenciones como el establecimiento de niveles de servicio echarían abajo este modelo, generando autopistas de diferentes velocidades para uso de quien se las pueda costear. Un nuevo escenario que favorece mucho a las operadoras y empresas con capital, pero con un alto coste para la sociedad en general. Sin embargo, vivimos en un mundo donde el capitalismo gobierna. Y si bien era hace siglos la Iglesia la que construía grandes edificaciones y cortaba el bacalao, ahora el mundo baila al son de los billetes de dólar, mientras se construyen imponentes rascacielos de cristal. Con esta premisa resulta fácil entender que al final se hará lo que las operadoras quieran. Chile ya ha regulado por ley la neutralidad de la red es su país y esa parece la única manera de evitar que las operadoras den el paso. Una pena, porque en Europa parece que lo van a dar.
Por cierto, no confundir la neutralidad de la red con la gestión de la misma, técnicas que aplican los operadores a la hora de ofrecer su servicio para garantizar un mínimo de calidad. Un ejemplo claro es aquella persona que tiene IPTV y a la vez navega por Internet, situación en la que el operador trata de garantizar un cierto caudal para que la televisión se vea con una imagen de calidad. No obstante, y como bien explica este recomendable artículo de la CMT, en estos casos se suele aplicar el principio de transparencia y las operadoras dejan bien claro cuáles son sus actuaciones en estos casos.
Mal futuro auguro yo a la neutralidad de la Red.
Duele decirlo y suena duro, pero los últimos acontecimientos no hacen sino reforzar en mi cabeza la idea de que esto va camino de cambiar. Si el cambio es bueno o malo, y para quién, sólo lo dirá el tiempo. Pero a priori no parece que ese escenario futuro que se nos plantea sea mejor que la situación actual.
Hace poco desde Telefónica se dejaba caer que a lo mejor era momento de cambiar el modelo de negocio de Internet para empezar a cobrar más a los que más uso hagan de las infraestructuras. Causó mucho revuelo, pero las quejas amainaron. Tan sólo para sacar a la luz, pocos días después, un proyecto de acuerdo entre las operadoras para pagar a Telefónica por el acceso mayorista (es decir, por usar su red que, recordemos, fue en su mayoría desplegada con nuestros impuestos) en función del tráfico consumido por el usuario final, en vez de por velocidad, como se venía haciendo hasta ahora.
Tengo verdadera curiosidad por saber cómo habrá sido la negociación entre las operadoras españolas para llegar a este acuerdo. A no ser que Telefónica les vaya a rebajar mucho el precio base mayorista (aún no se saben los números finales, pero no es fácil, ya que la CMT trata de mantenerlo a un bajo nivel), se me escapa cómo pueden aceptar ser cobrados por tráfico generado, limitando sus posibilidades de ofrecer tarifas planas atractivas a sus clientes. Cierto es que se trata del acceso indirecto, que sólo es usado en poblaciones fuera de los núcleos urbanos, pero aún así se trata de un cambio que difícilmente no tendrá repercusión en las facturas de los clientes finales. ¿Empezarán las operadoras a rechazar clientes por ser potencialmente grandes consumidores de tráfico?
En el caso de que se empezase a cobrar por intensidad de tráfico, no son únicamente las personas de a pie las que salen perjudicadas, que lo peor que pueden ver es como su factura se eleva. La peor parte se la llevan empresas como Google o Amazon, proveedores intensivos de contenidos, cuyo modelo de negocio está basado en generar tráfico, que ahora serán facturados por sus megas de información emitidos. No es sólo que las operadoras se beneficiarían de unos mayores ingresos, sino que tendrían más fácil entrar en el negocio como proveedores de contenidos (uno de los grandes intereses de Telefónica). Al fin y al cabo, ¿a quién le vas a cobrar más barato el mega que a ti mismo?
Además, la propuesta también plantea la opción de ofertar tres niveles de calidad de servicio, entiéndase, prioridad del tráfico en la red: una para servicios avanzados, otro para empresas y un último, peor y más barato, para particulares. Adiós a la neutralidad de la Red.
Si bien esta propuesta aún tiene que ser aprobada por la CMT, la verdad es que tiene toda la pinta de que va a dar su visto bueno, cambiando Internet en España, posiblemente para siempre. Según una acertada comparación que he leído, se impone el modelo Tony Soprano, donde las empresas de Internet tendrán que pagar para que sus servicios lleguen más y mejor a más clientes; y los usuarios a su vez tendrán que pagar para acceder más rápido y con mejor calidad a Internet.
Se trata del dilema del prisionero, sobre todo para las empresas. Si nadie puede hacer afectar a la prioridad del tráfico, son recursos que se pueden dedicar a otro menesteres. Pero en el momento en que tu competencia se empieza a gastar el dinero para ofrecer un mejor servicio, no queda más remedio que poner dinero tú también para ponerte al mismo nivel. ¿Las ganadoras? Efectivamente, las operadoras.
Telefónica es una empresa y, como tal, su fin último es ganar dinero. En un mercado con régimen de libre de competencia como el que nos rodea, la compañía es (como su nombre indica) libre de poner los precios que quiera, ofrecer tarifas planas, cobrar por mega o por si ese día hace sol. Nosotros, como consumidores, seremos libres entonces también para elegir entre esa u otra operadora, buscando siempre la que más nos convenga. Por ello creo que el fin de las tarifas ilimitadas (que no planas) en las líneas fijas está próximo (como ha ocurrido recientemente en UK con O2), por mucho que nos contraríe a nosotros o a las empresas que tengan el acceso a la Red como pieza central de sus operaciones. De hecho, no pienso que este cambio vaya a suponer una alta subida en nuestras facturas, precisamente por la competencia existente. Más bien me parece un movimiento para penalizar a los usuarios muy intensivos (un pequeño porcentaje de gente que se pasa el día generando ingentes cantidades de tráfico), pero, sobre todo, para poder cobrar más a empresas como Google y hacerse con un trozo de su pastel, que es lo que llevan pretendiendo desde hace ya tiempo. No es una cuestión de si nos gusta o no, sino de cómo nos vamos a amoldar a este nuevo escenario.
Otra cosa distinta es la neutralidad de la red, que aboga por tratar de igual manera todos los bits. Una neutralidad que es necesaria para que Internet siga siendo esa poderosa herramienta de acceso a la información, donde todo el mundo tiene un mismo nivel de voz. Sin embargo, intenciones como el establecimiento de niveles de servicio echarían abajo este modelo, generando autopistas de diferentes velocidades para uso de quien se las pueda costear. Un nuevo escenario que favorece mucho a las operadoras y empresas con capital, pero con un alto coste para la sociedad en general. Sin embargo, vivimos en un mundo donde el capitalismo gobierna. Y si bien era hace siglos la Iglesia la que construía grandes edificaciones y cortaba el bacalao, ahora el mundo baila al son de los billetes de dólar, mientras se construyen imponentes rascacielos de cristal. Con esta premisa resulta fácil entender que al final se hará lo que las operadoras quieran. Chile ya ha regulado por ley la neutralidad de la red es su país y esa parece la única manera de evitar que las operadoras den el paso. Una pena, porque en Europa parece que lo van a dar.
Por cierto, no confundir la neutralidad de la red con la gestión de la misma, técnicas que aplican los operadores a la hora de ofrecer su servicio para garantizar un mínimo de calidad. Un ejemplo claro es aquella persona que tiene IPTV y a la vez navega por Internet, situación en la que el operador trata de garantizar un cierto caudal para que la televisión se vea con una imagen de calidad. No obstante, y como bien explica este recomendable artículo de la CMT, en estos casos se suele aplicar el principio de transparencia y las operadoras dejan bien claro cuáles son sus actuaciones en estos casos.
Mal futuro auguro yo a la neutralidad de la Red.
5 comentarios:
Las operadoras españolas y la CMT cada día recuerdan más a la OPEP. Tienen montado su oligopolio (más bien monopolio de Movistar) en toda la cara del estado y de los españoles.
Los españoles somos, precisamente los que hemos financiado doblemente sus infraestructuras; por un lado con dinero público y por otro, directamente de nuestro bolsillo pagando autenticas barrabasadas en los ¿antiguos? tiempos del monopolio de Telefónica.
Ufff que negativo te has levantado hoy Alex!
Bueno a ver, en mi opinión el covnenio que están buscando las operadoras y Telefónica basado en tráfico y no capacidad es únicamente mayorista, y creo que busca más poder hacer ofertas diferenciables y no solo replicar las de Telefónica, más allá de eliminar las tarifas planas. Esta claro que en el momento que me quiten la tarifa plana me cambiare al primer operador que me la ofrezca. No obstante también seguramente habrá usuarios que casi no usen iternet en casa, pero lo quieren rápido... porqué iban a pagar 50€ si lo usan 2 días?
Y esto que tiene que ver con querer cobrar a Google y demás? Ellos tienen sus propias redes y no se conectan por canal indirecto a TEF.
Otra cosa muy diferente es la neutralidad de la red... con tarifa plana o no. Las calidades del servicio ponen en riesgo la neutralidad si no están bien definidas, pero también es cierto que no puedes tratar todos los tipos de tráfico por igual.
Bueno, la idea esta de que la neutralidad de la red tiene los días contados porque así lo quieren las empresas, ya la tenía desde hace tiempo.
Puede ser que esta nueva forma de tarificación mayorista ofrezca a las operadoras una mayor flexibilidad de costes y que sea realmente buena para ellas. No lo sé, ojalá sea así, pero yo por defecto desconfío de todo lo que Telefónica haga por iniciativa propia en pro de la competitividad ;-)
Por otro lado, como ya he comentado en otras ocasiones, a mí me parece bien que se cobre más a los que más usan. Lo que pasa es que me temo que los que menos usan pagarán igual...
Google y demás tendrán sus propias redes, pero al final necesitarán contratar una operadora para que les saque el tráfico al exterior, ¿no? ¿O están estas compañías registradas como operadoras? Es decir, entiendo que Rapidshare tiene un contrato con una operadora alemana que le ofrezca un alto ancho de banda de subida en sus servidores. Para ellos, empezar a ser cobrados por tráfico sería un gran palo...
Y en cuanto a la neutralidad de la red y los tipos de tráfico, "poder tratar por igual el tráfico" es un término muy subjetivo. Efectivamente, a día de hoy las operadoras pueden tratar el tráfico como les dé la gana, pero elimina la neutralidad. Otra cosa es que sea algo beneficioso para el conjunto de la sociedad. Sinceramente, a mí no me gusta un escenario donde el tráfico de las empresas tenga prioridad sobre el mío, pero creo que, como aquellas van a pagar, así acabará siendo.
Si, por otro lado, te refieres al tráfico de emergencia (ej: 112), ahí no veo problema en darle prioridad, pero no es la cuestión que nos atañe en estos momentos.
Ufff muchas cosas en un solo post, a ver...
Grandes empresas con mucho tráfico contratan enlaces dedicados de alta capacidad... eso no es servicio mayorista y no va a ser cobrado por tráfico. El día que Telefónica les cobre más se cambiarán a BT, ONO, ADIF o otras más.
Otras empresas como Google no estan (que yo sepa) registradas como operadores porque no dan servicio de conexión a usuario final, pero eso no quiere decir que contraten un adsl o fibra a Telefónica. En cambio, despliegan su propia red y se conectan directamente a "Internet", es decir los puntos de Interconexión... como lo hace cualquier otro operador. Estos puntos son neutros y gestionados por el gobierno, por lo que no les pueden limitar acceso ni cobrar por su uso (excepto tasas de mantenimiento).
Así que aunque contrates tu ADSL por MB, a Google no le va a cobrar nada TEF. Lo que sí, es que TEF te puede sacar promociones que la tv Imagenio no tarifique en datos mientras YouTube sí, o que Tuenti sea 'gratis' mientras Facebook te consuma datos... Eso es violar la Neutralidad de la Red, y no un manejo de QoS de los paquetes para servicios específicos (pero comunes) de VoIP, 112, etc.
Claro que lo que contratan las grandes empresas no es un servicio mayorista. No digo que porque vaya a cambiar la tarificación por tráfico mayorista vaya a cambiar la forma de cobrar a estar empresas. Digo que el cambio en tarificación tiene pinta de ser un paso más hacia la eliminación de una tarifa plana que sí que haría que se cobrase más a esas grandes empresas.
En el caso de Google y otras empresas con su propia red, como entiendo que puede ser Cisco, supongo que tienes razón en lo que dices. De ahí el interés de las operadoras en poder discriminar tráfico para ver de dónde viene...
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