domingo, 12 de septiembre de 2010

Lecturas domingueras

Cuando desesperaba de encontrar algo inteligible en la prensa del domingo, me topo con una entrevista con Santiago Niño Becerra, convertido en "prophet of doom" de nuestro pobre e iletrado país, gracias a un libro que ya hemos glosado aquí, y múltiples entrevistas que le hacen, creo que por su pinta de sabio loco, que hace que sus entrevistadores puedan burlarse veladamente de lo que dice y quedarse así tan tranquilos, a pesar de la razón que tiene el profesor Niño.

Hoy nos recuerda en el dominical de El País, que nuestro país, valga la redundancia, tiene un problema de estructura de PIB y consecuente (baja) productividad, que no se va a resolver en la vida y que aquí sobran millones de personas, porque en un futuro previsible esas personas no van a encontrar trabajo.

Dice, con razón, que en países como Alemania con la crisis sobran horas de trabajo, con lo que el modelo laboral que permite ajustar horarios en lugar de despedir es válido, pero que en España no va a servir ya que efectivamente la Mecedes puede reducir el número de coches, pero las obras se hacen o no se hacen, y en nuestro país pasamos de estar haciendo 800.000 pisos a hacer 20.000, y de tener un millón de tiendas a tener la mitad.

Lo nuestro es binario. O mucho o nada. No se puede regular.

Creo que ya lo he comentado pero en dos ocasiones me he tenido que ver con movimientos para jalear la idea de que en España hacen falta mas ingenieros (de teleco e informática). La última hace tres años justo antes de la crisis. (La otra fue justo antes de la crisis del 2000).

Las dos veces dije a quien me escuchó que esa era una idea equivocada radicalmente.

Una cosa es que la universidad tenga interés en ampliar sus actividades y otra es que el país necesite 100.000 ingenieros al año. No es verdad.

España no tiene apenas industrias TIC de tamaño relevante.

Las multinacionales del sector que había, se van quedando en meras operaciones comerciales.

Las empresas que mas contratan son sub-contratistas que necesitan programadores, es decir gente de formación media.

En España hacen falta camareros, albañiles, dependientes y burocratas.

Y no hacen falta tantos como ya hay.

Resultado: un paro del 20%, y entre los jóvenes del 60%.

Los promotores de la iniciativa del millón de ingenieros me miraban como a un loco cuando les decía que ni un millón ni la cuarta parte.

Justo como ahora el entrevistador mira a Santiago Niño.

Aquí lo que gusta es que se diga que somos los mejores y que España va bien.

Aunque en el fondo todos sepamos que tanto los políticos como los comentaristas deportivos son unos falsarios irreductibles.

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