domingo, 30 de enero de 2011

El mundo se derrumba...

y nosotros nos enamoramos.

Con esta memorable cita, los guionistas de la película Casablanca consiguieron evocar una situación que es a la vez real y poética.

El mundo en el que vivimos se cruza con el mundo que somos de vez en cuando y sencillamente los resultados son impredecibles.

Hace unos días veía la última película de Clint Eastwood, que contiene unas imágenes del "tsunami" que reflejan esta situación.

La pareja que pasa unas vacaciones en una playa tailandesa sigue con sus problemas íntimos y laborales, su cotidianeidad, hasta que la gran ola se lleva por delante a la mujer y todo cambia.

En Casablanca eran Bergman y Bogart quienes, contra toda prudencia o conveniencia, se enamoraban en un París a punto de caer ante el ejército alemán.

Todas estas cosas me pasan por la cabeza ante las imágenes de Egipto, que nos cuentan como se esta derrumbando un mundo, que es el mundo en el que hemos vivido desde finales de la segunda guerra mundial.

No es un derrumbamiento dramático como la caida de Constantinopla, pero si va adquiriendo una dimensión que augura mayores cambios que los que ya vamos percibiendo.

Ese mundo, construido sobre las ruinas de medio planeta y sobre el poder de Estados Unidos, comenzó a resquebrajarse con los "shocks" petrolíferos de los setenta, y se vió gravemente alterado por la revolución neo-conservadora de los ochenta con sus principios de liberalización, globalización, privatización y crecimiento sin límites.

Ahora comienzan a caer estructuras políticas, como las de los países de lo que los anglo-sajones llaman el oriente medio, para nosotros oriente próximo.

Estas estructuras, basadas en una combinación de nacionalismo, socialismo y pan-arabismo, no han podido resistir la presión de la super-población, la emergencia de nuevos emporios económicos, y su propia corrupción, y ahora se deslizan por una pendiente en la que de nuevo se pone en peligro la estabilidad del petróleo.

Igual que sucede por todas partes, surgen nuevos poderes regionales que desafían el viejo orden y establecen una nueva geo-política, cuyo alcance se nos escapa.

En este caso es Iran, la antigua Persia, que ya fuera potencia hegemónica regional hace 2500 años, quien vuelve a primer plano, de la mano de una de las ramas del islám, la chií, que había sido secundaria durante los dominios regionales árabes o turcos.

Los manifestantes en las calles gritan libertad, pero ¿de que libertad hablan?, ¿de la misma que hablamos nosotros?

No lo creo.

La enorme cantidad de jóvenes desempleados y airados ha llegado a un punto de ebullición y las soluciones a medias no les van a valer.

Cambiar el gobierno no será suficiente.

Cuando veo lo que sucede en Europa con los jóvenes desempleados me pregunto cuanto tiempo durará su paciencia.

Si. El mundo se está tambaleando aunque en Davos digan que la cosa empieza a mejorar.

Porque una cosa es que la economía mejore y otra muy diferente que se re-establezcan, o se instauren mecanismos de compensación social que permitan sociedades lo suficientemente justas como para no explotar.

Y me parece que eso no está en la agenda.

2 comentarios:

Javier Seijas dijo...

Hola Antonio, una vez te ví a cuenta de la "flotilla" de Gaza donde aparecía un común amigo. No soy muy amante de los avances tecnológicos ( en realidad soy de los que ven más peligros que ventajas al internet y similares, estas navidades las pasé en Cuba y me gustó ver que los chavales, sin internet ni playstation ni similares, jugaban como nosotros lo hacíamos antes, fútbol, trompa, canicas, veo veo ...se les veía bastante más felices que los nuestros, aislados y avejentados, a la vuelta como medida testimonial me di de baja en Facebook), pero como te digo alguna vez te veo y suelo quedarme con alguna idea de interés.

Y por lo que respecta a este Casablanca sí la verdad es que el futuro es bastante descorazonador en tantos sentidos , y la gente joven no te digo nada , aunque por otra parte yo les veo muy atontados e infantilizados, en buena parte por ... internet.

Me dedico mucho a la música, estudio solfeo y acordeón y canto de vez en cuando en coros, la última esta navidad El Mesías de Handel en el Auditorio Nacional (el de España, jeje)

Un abrazo / Javier Seijas

Antonio Cordón dijo...

Efectivamente, Internet atonta, y como dice Nicholas Carr, produce un pensamiento superficial propio de niños mas que de adultos, pero a la vez produce el milagro de que dos personas como nosotros nos reencontremos en medio del océano de bits.

Me alegra mucho saber que has encontrado una ocupación tan interesante como la música, que también ha ocupado siempre un lugar importante en mi vida, aunque meramente como escuchante.

Y esto del blog es una disciplina para mi capacidad de observar el mundo, y una forma de compartir mis reflexiones con mi hijo Alejandro inicialmente, pero además con otras personas que se van uniendo a esta pequeña comunidad.

Espero que un día que actúes me avises para poder intentar asistir.

Muchas veces no voy a conciertos por las dificultades de conseguir entradas pero la verdad es que la música en directo es otra cosa.

Una de las pocas que casi nunca decepciona.

Un abrazo.