domingo, 20 de febrero de 2011

Del satélite a los suburbios

Alguna vez he hablado en este blog de Astra, una compañía tremendamente energética que está empeñada en sacar el máximo rendimiento a sus satélites.

En su versión transportadores de señal de televisión han tenido bastante éxito en algunos países centro-europeos, aunque en España la competencia, no siempre leal (aunque siempre patriótica) de Hispasat, les ha traído por la calle de la amargura.

Hoy han tenido un gran éxito publicitario gracias a que una periodista de El País les ha dedicado toda una página,... bueno a ellos y a un nuevo sistema de telefonía e internet que un consorcio en el que está SES (Astra), Google, el banco HSBC, y otras empresas, y que la periodista dice que es europeo, y que se llama O3b Networks.

La idea es lanzar una oleada de satélites en una órbita baja para cubrir especialmente las zonas en las que viven principalmente los "otros 3000 millones de personas", (que eso quiere decir el nombre), para proporcionarles internet de alta velocidad a bajo precio.

Espero que la idea esté mejor pensada que cuando se lanzó el sistema Iridium de telefonía vía satélite, cuyo estreno en la guerra yugoeslava fue mayúsculo, ya que para poder hablar los reporteros tenían que salir al descubierto, con graves riesgos para su seguridad, portando unos enormes aparatos.

Lo que me llama la atención es como los publicistas de la operación ligan este sistema con la liberación de los pueblos y su acceso a la riquezas del conocimiento, con lo cual parece que mas que hacer negocio lo que intentan es una gran obra filantrópica.

Yo la verdad es que pienso que lo que necesitan esos tres mil millones de personas son medios baratos de comunicarse y terminales aún mas baratos, ya que como demuestran bastantes experiencias, simples antenas de telefonía móvil terrestre abastecidas por energía solar y conectadas a la red del país, (y no hay país sin red móvil), pueden dar servicio en comunidades bastante alejadas.

De todas formas, Astra y sus socios son perfectamente libres para poner en marcha cualquier actividad que les parezca a fin de rentabilizar las frecuencias de que disponen, y efectivamente la comunicación justifica con sus positivos efectos estas operaciones.

Lo que sucede es que una vez lanzados los satélites no veo como se distinguirá el servicio que se preste en Nigeria del que pueda prestarse en Sudafrica, o el que se ofrezca en Nicaragua del que lo haga en Mexico DF, es decir me parece que se intenta vender con un ropaje oenegero lo que terminará siendo una opción mas en el mercado.

Y el satélite es una opción mas, efectivamente, pero no me parece que sea la redención de los pueblos, ni el antídoto de las dictaduras.

Entre otras cosas porque los platos de las parabólicas, (como sucedía con las cabezas de los reporteros), tienen que estar al aire libre, y allí las puede ver cualquier muyaidin.

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