martes, 8 de febrero de 2011

Otra vez la integración vertical, y van...

No queda mas remedio en un blog como este que glosar como se merece la adquisición del periódico digital The Huffington, por parte del grupo AOL.

Una vez mas se produce una operación de integración vertical en el universo del hipersector de las TIC y las Comunicaciones, a los que hay que añadir inevitablemente, los contenidos.

Recordemos que en el tiempo feliz de la burbuja puntocom ya se produjeron operaciones de este tipo que después fueron liquidadas con mas pena que gloria debido a la falta de interés del público soberano en estas estrategias.

La teoría dice que si el prestador de acceso ofreciese además contenidos, el cliente de acceso, bien por inercia, bien por fidelidad de marca, se aficionaría a los contenidos que su portal le ofrece de forma prioritaria incrementando así el tiempo que ese cliente pasa en la red propia, el tráfico en la misma y naturalmente las sinergias entre productos de la misma familia.

Sin embargo la experiencia dice que el internauta lejos de "quedarse" con su proveedor de acceso, lo que prefiere es "navegar" y buscar en la red lo que le gusta sea cualquiera que sea el sistema de afinidades que prefiera.

Esa evidencia frustró aquellas operaciones de la misma AOL con Turner y Vivendi y otras de menor calado como los intentos españoles de crear "plataformas" alrededor de Telefónica.

De cualquier forma parece que en este caso se aproximan los de AOL con una óptica mas realista, ya que lo que intentan, según el documento estratégico que puede consultarse en www.businessinsider.com/the-aol.way , es impregnar AOL con los contenidos del medio, que a su vez verían aumentar si "internetidad", es decir su atractivo de cara a los internautas.

Así que se trata de una apuesta arriesgada pero diferente a la de la anterior oleada.

The Huffington ya es un medio en la red que tiene miles de seguidores, (¿los seguirá teniendo una vez fagocitados por AOL, o sea por el sistema?), y ahora AOL quiere dinamizarlo en clave rd, es decir multiplicar las historias, incrementar exponencialmente los contenidos video, "paquetizar" los contenidos en formas atractivas, y ofrecer múltiples oportunidades a nuevas formas de publicidad.

O sea convertir un periódico en una productora de contenidos.

Aparentemente se trata de una estrategia arriesgada, toda vez que cada nuevo intento de convertir periodistas en productores de contenidos choca no solo con idiosincrasias personales o gremiales, sino con la inveterada actitud de los lectores que prefieren los viejos estilos periodísticos.

Leo en el documento estratégico que se quiere que los redactores preparen entre 5 y 10 historias al día, y la verdad me pregunto que clase de historias van a salir, si además el criterio para elegirlas es su potencial de rentabilidad y de incremento del tráfico.

Y aquí reside, creo yo, la cuestión: ¿periodismo y contenidos son la misma cosa?

Y otra pregunta: ¿se puede pagar por un medio un precio que es 10 veces su facturación, (no su beneficio)?

¿Si los periodistas del medio se largan, (como ha sucedido en otras ocasiones), que es lo que se está comprando?

¿Como afecta esto al debate sobre la neutralidad de red?

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