miércoles, 2 de febrero de 2011

Libertad, ¿para qué?

Cuando veo las imágenes de los telediarios, y los chapuceros comentarios de los "enviados especiales", sobre lo que está sucediendo en Egipto, me pregunto que mal nos afecta en Occidente que somos incapaces de ver hasta las cosas mas evidentes.

Dice el "enviado especial": "la gente grita libertad", y vemos a un grupo de barbudos islamistas o a unas señoras encapuchadas coreando consignas.

A continuación vemos a unos individuos asaltando comercios, o quemando el museo egipcio, ¡que hay que ser animal!, (¿o islamista?)

Y vemos a una muchedumbre rezando en una explanada.

Nada de esto arredra al "periodista", que sigue insistiendo en que se trata de un movimiento libertario y naturalmente demócrata.

Aquí, cualquiera que sale a la calle gritando es demócrata parece ser.

En Iran hace veinte años, también gritaban libertad, y entonces vino un estado teocrático.

No dudo que a los creyentes les parezca que un estado en el que las mujeres tienen que ir cubiertas, y en el que hay que rezar en público, sea una democracia.

En la España de los años cuarenta y cincuenta también era así, pero a mi francamente religión estatal y libertad me parecen incompatibles. Puede que sea la voluntad de la mayoría, pero también era mayoría el apoyo a Hitler, ...y a Franco.

Los países musulmanes tienen un problema, y ese problema tiene que ver con la ausencia de clases medias.

No es que no las haya, es que las que existen son solamente el entorno del poder central. No son la sociedad civil que vive por su cuenta y mantiene a raya al poder en sus funciones reguladoras. Son los que viven de los favores del poder.

Y luego está la gente que no goza de esos favores, que son la mayoría.

Cuando las condiciones de esa mayoría se deterioran tanto como ha sucedido en la mayor parte de los países del norte Africa y Medio Oriente, la olla explota.

Entonces viene el momento de plantearse cuales son las alternativas.

Y normalmente, esas alternativas están vinculadas a otra generación de dictadores, o directamente en estos países a la religión, que está muy viva, y que ofrece una explicación fácil a tanto desastre.

¿Nos gustaría que en Egipto hubiera una democracia a la occidental? Naturalmente.

¿Es posible? No.

Las primeras elecciones serán ganadas por los denominados "Hermanos Musulmanes", y serán ellos los que gobiernen. Como ya hacen en Líbano, Turquía, o la franja de Gaza.

Con ellos la administración será menos corrupta. Habrá mas orden en las calles. Los trenes llegarán a su hora. (También ocurrió con Hitler).

Pero no habrá libertad.

El drama musulmán está cada vez mas cerca de nosotros, y los musulmanes son muchos. (En España cerca de dos millones).

Así que pese a los tontorrones "enviados especiales", y sobre todo pese a la mas tontorrona progresia nacional tan pro-palestina, cuando vemos a la gente gritando en las calles cairotas, mas que regocijarnos deberíamos preocuparnos.

Mubarak es un señor muy antipático, (y pro-occidental). Los que van a venir pueden ser como Jomeini.

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