A los movimientos de integración vertical en la cadena de valor que veíamos hace unos días con AOL, se unen ahora otros de carácter defensivo que están realizando fabricantes de tecnología y operadores.
Me refiero, claro está, a la alianza Nokia-Microsoft y a la de France Telecom/Orange con Deutsche Telekom.
La primera la verdad es que suena fatal.
Nokia, que hace diez años era el sueño de todos los agentes del sector, y el orgullo de Europa en materia de tecnologías de la información, ha perdido incomprensiblemente el pié cuando los smart phones han irrumpido en el mercado, y cuando la industria norteamericana ha hecho valer su conocimiento del ecosistema de internet en forma de miles de aplicaciones aplicables al móvil.
A mi el fracaso de Nokia me parece bastante sintomático de la parálisis que afecta a Europa y a sus instituciones.
Desde hace diez años todos sabíamos que la confluencia entre los mundos de la movilidad y los mundos de las redes era inevitable.
Fue nuestra industria la que desarrolló el sistema UMTS que reunía las condiciones necesarias para explotar todo el potencial de esa alianza, y tratamos de ir por delante de los americanos.
Pero todo se enredó en una serie de polémicas sobre quien tenía que desarrollar las aplicaciones, si los operadores, si los fabricantes, y finalmente nadie lo hizo.
Y mientras el señor Jobs se inventó un concepto, que no tenía nada de nuevo, pero que era tremendamente atractivo, y los de la Blackberry, con ese sentido de la realidad tan americano unieron llamadas y emails, y se llevaron el gato al agua.
Mientras nosotros en Europa todavía estamos esperando que se creen empresas para desarrollar aplicaciones, en los USA las hacen por toneladas.
Y mientras los japoneses siguen a lo suyo que es una vía intermedia basada en el superior ancho de banda, ideal para juegos y videoconferencia, que allí tienen mucho éxito.
En Europa ni lo uno ni lo otro.
La macrocefalia de un sistema dominado por los operadores, unos monstruos dominados por la fiebre financiera nos condena a la lentitud.
Y todavía tenemos que escuchar a Alierta que dice que tenemos que crear el silicom-valley europeo.
Difícilmente se creará tal valle tecnológico en un mundo tan esclerotizado como el europeo con universidades dominadas por la rutina y la pomposidad, (sálvese quien pueda), y operadoras omnipresentes y carentes de ilusión por el riesgo o simplemente de imaginación.
Son las operadoras europeas y sus rigores financieros las culpables principales de que las industria europeas hayan quedado reducidas a esqueletos desnutridos con sus políticas de compras y sus exigencias de reducción de precios.
Son esas políticas las que se cargaron a todos los dirigentes industriales con mentalidad de riesgo, para ser sustituidos por financieros duros ávidos de recortes de gastos, de personal y de aventuras tecnológicas.
Las compañías europeas, Alcatel, Ericsson y Nokia, antaño líderes y vanguardia de la tecnología son ahora campeones del ahorro y la contención del gasto. ¡Como para ponerse a innovar!
Y no es que estas compañías no tengan también parte de la culpa de desastre.
El ensimismamiento tecnológico y las ganas de repetir el éxito del GSM hicieron creer que UMTS y Long Term Evolution serían suficiente como para asegurar el futuro, y no asumieron que en el mundo de internet hay que abrirse a los pequeños diseñadores.
Apple si que entendió que ese era el camino.
Ahora Nokia busca en Microsoft el camino de ese edén de desarrolladores pero quien sabe si todavía estará a tiempo para re-inventarse. (Lo ha hecho otras veces).
En cuanto a lo de Orange y DT, es solo la evidencia de que en Europa no pueden subsistir tantos operadores nacionales.
El problema es que en estos tiempos lo que no hay es dinero para comprar compañías, ni nadie que lo preste, así que hay que andar con alianzas para prestar servicios.
Pero el camino es conocido desde hace mucho años, y los obstáculos también.
El principal el nacionalismo. (Véase el caso de Telefónica y Portugal).
De todas formas si ya con los actuales operadores tenemos el problema del inmovilismo, no quiero saber que pasará si todavía crecen mas.
¿Como salir del círculo vicioso en el que estamos en la UE?
Enormes paquidermos operadores, una industria debilitada y mortecina y unas universidades moribundas.
Vamos a tener que pensar en poner un canon para sobrevivir como los artistas.
domingo, 13 de febrero de 2011
Integración y ahora concentración
Publicado por Antonio Cordón a las 10:36
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