Anteayer salió la primera edición del diario digital para el iPad, The Daily, impulsado por el magnate de la comunicación Rupert Murdoch ante el preocupante, y coherente, retroceso de los ingresos en los medios tradicionales.
No he tenido oportunidad de ver ni leer este diario, pero por las opiniones que he observado, la sensación es la que se preveía y que ha venido a confirmar todo aquello que yo ya vaticinaba a finales de noviembre del año pasado en esta entrada del blog.
The Daily es bonito. Visualmente atractivo, la información se muestra de una manera agradable para su lectura, generando una experiencia de uso apetecible para el consumidor (algo mucho más difícil de lo que parece). El problema no está ahí, aunque seguramente podría haber aprovechado más las características del mundo digital.
El gran fallo de este diario es partir del concepto tradicional de diario. Algo que tiene su cierto impacto en el continente, pero que afecta de manera dramática al contenido. Noticias de ayer, seleccionadas por el editor, distribuidas por la mañana, sin ninguna posibilidad de personalización ni experiencia social. 100 personas trabajando todos los días para generar más de 100 páginas (que ya es decir) (¿tiene sentido hablar de páginas en este tipo de productos?) de contenidos caducados que, en la vorágine del día a día, sólo tienen tiempo de tratar en su superficie.
30 millones de dólares ha costado crear The Daily, y medio millón más cada semana que se publique. A $1 la semana de suscripción, con Apple quedándose con el 30% como se presupone, serían necesarios 715.000 suscriptores tan sólo para mantenerlo (de unos 9 millones de iPads vendidos en EEUU, hacen el 8%). Por ponerlo en contexto, el diario ABC en España tiene unos 750.000 lectores y El País, el más leído, 1,92 millones.
En todo caso no conviene olvidar que el diario viene con publicidad, a la que se vendería una audiencia claramente segmentada y que ya ha demostrado su predisposición a pagar, lo que supone un indudable plus de valor que debe repercutir en el precio del espacio.
Lo mejor: el precio final, sin duda alguna. Acertado y adecuado para fomentar el hábito de compra. $1 a la semana o $40 al año son cantidades que no suponen un barrera para un contenido que merece la pena. Lo peor: que es un paso más, pero no es el paso.
Me parafraseo a mí mismo para concluir este post, porque no me veo capaz de escribirlo mejor:
"Una de las cosas que la historia nos ha enseñado es que las soluciones del pasado no funcionan bien dentro de los paradigmas del futuro. El periódico fue ideado y extendido en un momento en que las comunicaciones no eran ubicuas e inmediatas y tenía sentido agrupar los sucesos del día e imprimirlos en un papel. Intentar vender esa experiencia en el presente, tan sólo cambiando los árboles muertos por una pantalla, no va a funcionar. Buena suerte, señor Murdoch."
No he tenido oportunidad de ver ni leer este diario, pero por las opiniones que he observado, la sensación es la que se preveía y que ha venido a confirmar todo aquello que yo ya vaticinaba a finales de noviembre del año pasado en esta entrada del blog.
The Daily es bonito. Visualmente atractivo, la información se muestra de una manera agradable para su lectura, generando una experiencia de uso apetecible para el consumidor (algo mucho más difícil de lo que parece). El problema no está ahí, aunque seguramente podría haber aprovechado más las características del mundo digital.
El gran fallo de este diario es partir del concepto tradicional de diario. Algo que tiene su cierto impacto en el continente, pero que afecta de manera dramática al contenido. Noticias de ayer, seleccionadas por el editor, distribuidas por la mañana, sin ninguna posibilidad de personalización ni experiencia social. 100 personas trabajando todos los días para generar más de 100 páginas (que ya es decir) (¿tiene sentido hablar de páginas en este tipo de productos?) de contenidos caducados que, en la vorágine del día a día, sólo tienen tiempo de tratar en su superficie.
30 millones de dólares ha costado crear The Daily, y medio millón más cada semana que se publique. A $1 la semana de suscripción, con Apple quedándose con el 30% como se presupone, serían necesarios 715.000 suscriptores tan sólo para mantenerlo (de unos 9 millones de iPads vendidos en EEUU, hacen el 8%). Por ponerlo en contexto, el diario ABC en España tiene unos 750.000 lectores y El País, el más leído, 1,92 millones.
En todo caso no conviene olvidar que el diario viene con publicidad, a la que se vendería una audiencia claramente segmentada y que ya ha demostrado su predisposición a pagar, lo que supone un indudable plus de valor que debe repercutir en el precio del espacio.
Lo mejor: el precio final, sin duda alguna. Acertado y adecuado para fomentar el hábito de compra. $1 a la semana o $40 al año son cantidades que no suponen un barrera para un contenido que merece la pena. Lo peor: que es un paso más, pero no es el paso.
Me parafraseo a mí mismo para concluir este post, porque no me veo capaz de escribirlo mejor:
"Una de las cosas que la historia nos ha enseñado es que las soluciones del pasado no funcionan bien dentro de los paradigmas del futuro. El periódico fue ideado y extendido en un momento en que las comunicaciones no eran ubicuas e inmediatas y tenía sentido agrupar los sucesos del día e imprimirlos en un papel. Intentar vender esa experiencia en el presente, tan sólo cambiando los árboles muertos por una pantalla, no va a funcionar. Buena suerte, señor Murdoch."
3 comentarios:
No estoy muy de acuerdo contigo.
En realidad la misión de un periódico no es tanto trasladar la inmediatez de la noticia sino la contextualización y la interpretación en determinadas claves ideológicas de la misma.
El problema de internet y de tantos medios inmediatos es la falta de explicación de lo que pasa.
Lo vemos todos los días en los telediarios en relación a los sucesos de Egipto.
Lo único que nos transmiten los locutores y las imágenes, es la algarada.
Gente corriendo y gritando.
La cuestión es quien es esa gente y que está detrás de los gritos.
Y para eso hace falta gente capaz de distinguir entre los gritos y los significados.
Puede que tu te consideres un receptor capaz de realizar por ti mismo la interpretación, pero te aseguro que la realidad suele ser mas compleja que la mera apariencia.
Internet nos conduce a un mundo de apariencias y happenings, a una sociedad invertebrada y descerebrada.
No todos los medios son capaces de otorgarnos inteligencia sobre las noticias.
Y por eso hacen falta los expertos.
Me refiero al The Economist y algunas otras publicaciones.
No me refiero a la sórdida adhesión a los partidos políticos que experimentamos en los periódicos españoles.
Internet nos permite, si sabemos ingles, elegir. Pero hay que elegir.
El que cuenta la noticia siempre lo hace a través del velo de su interpretación, eso es incuestionable.
Pero hay que distinguir entre analizar la noticia y contarla desde la perspectiva de un determinado medio.
Salvo un par de páginas de opinión, el análisis que se hace en un periódico es sutil. Igual que en el telenoticias o en las páginas de Internet.
The Daily no va a competir contra The Economit, va a competir contra el Financial Times. Y éste también está sufriendo por los mismos cambios en la industria.
Yo necesito que me interpreten las noticias, que me las pongan en un contexto y que me expliquen lo que hay detrás. Pero eso no lo hace un periódico que publica 100 páginas todos los días. Eso lo puede hacer un blog especializado en una temática concreta donde un experto escribe varios párrafos sobre un determinado tema que conoce. O lo puede hacer The Economist, publicado cada 7 días, con tiempo para analizar lo sucedido. O lo puede hacer el Informe Semanal, por poner un ejemplo de la televisión.
Análisis y noticia son 2 productos distintos, ambos bañados en la perspectiva del que lo cuenta. El análisis tiene un futuro y la noticia otro. The Daily apuesta por la noticia y lo hace mediante un formato que apela a un segmento objetivo actual, al que claramente tú perteneces :-)
Pero desde luego, no le valdrá para dentro de 10 años.
No obstante, y suponiendo que en The Daily hagan un gran análisis de la actualidad, cuando hablo de seguir el formato periódico sin cambiar el modelo, me refiero a no permitir comentarios en las noticias, ni poder enlazarlas, ni recibir actualizaciones de lo que sucede en el momento, ni que el consumidor pueda elegir qué secciones quiere leer y cuáles no, que todo siga una misma línea editorial...
Ahí es donde creo que realmente radica el fallo y la falta de evolución de The Daily, por los que creo que no tendrá mucho recorrido en el tiempo.
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