Por si alguien no lo sabe, estos días de finales de enero son los del encuentro en la ciudad-balneario de Davos, Suiza, de todos los magnates mundiales, y de todos los que quieren parecerlo, con los políticos que lo consideran útil a sus designios electorales.
Los debates están bastante bien y a quien le interese puede seguirlos en vivo y en directo a través de la web oficial Davos 2012.
También es interesante la oleada de comentarios laterales que se produce, y que refleja el estado de las preocupaciones de los poderosos, o por lo menos de quienes representan a los poderosos.
En este sentido es reconfortante que de ese mundo comience a desprenderse su preocupación por la creciente tendencia a la desigualdad en las sociedades occidentales, una tendencia de la que hemos hablado en este blog en diferentes ocasiones, y que suele terminar mal, ya que desde Grecia, en Occidente se lleva mal que unos pocos lo tengan todo y el resto no tenga nada.
Y además es que cuando eso sucede, y si no que se lo pregunten al espíritu de Maria Antonieta, suelen rodar cabezas y la sangre lo pone todo perdido.
Como esa sangre pertenece muchas veces a los poderosos, no es de extrañar que estos comiencen a sentirse nerviosos cuando las cifras de desempleo y las del desarraigo comienzan a ser aparatosas.
Así que acabo de escuchar a un CEO americano decir que la reforma fiscal en los USA es una tarea insoslayable, y escuchamos a Obama en el discurso sobre el Estado de la Nación que la desigualdad creciente "era" el problema mas urgente.
También se escucha en Davos que Europa "es" el problema, y que de esta solo salimos con mayor integración y mayor austeridad.
Y Soros, el gran Soros, que dice que hay que rediseñar el capitalismo.
A mi me parece una tarea muy complicada, ya que lo que está ocurriendo solo es una consecuencia de la globalización y la entrada en escena de China, por una parte, y por otra de la desregulación financiera y el predominio del pensamiento corplacista, propio igualmente del pensamiento financiero.
Dado que no vamos a poder parar la globalización, y que el proteccionismo es contemplado por los expertos como un drama apocalíptico, y dado que ni siquiera la gran catástrofe financiera y bancaria ha conseguido modificar la conducta de los bancos, me parece muy dificil que en lo esencial, nada vaya a cambiar..., hasta que la situación se vuelva muy explosiva.
Claro que si seguimos tocando la nariz a los jóvenes con leyes PIPA y SOPA, es posible que lo que no ha conseguido hasta ahora el paro juvenil, lo consigan los lobbies "artísticos", y tengamos la gorda.
O, tal vez ocurra lo que los expertos llaman, "una grave disrupción geopolítica", es decir una guerra en el Golfo Pérsico, cuyo riesgo, según los expertos consultados en un panel de 345 miembros, ha crecido desde el 36% al 54%, en este último trimestre.
Y es que una buena guerra es la mejor salida a toda crisis.
Por lo menos eso es lo que nos dice la Historia.
domingo, 29 de enero de 2012
Reinventar el capitalismo
Publicado por Antonio Cordón a las 10:59
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