lunes, 19 de enero de 2009

En tiempos de mudanza...

...templanza.

Eso al menos es lo que parecen pensar en el ministerio de industria en lo que respecta a las licencias de LTE o quinta generación de telefonía móvil, la tecnología que habilita banda ancha de alta velocidad en el mundo herziano.

Lo cierto es que estas licencias ya se han concedido en otros países, los nórdicos, propiciando una cierta polémica sobre el reparto de frecuencias entre seguidores de la continuidad de la tecnología GSM-UMTS-LTE, y los partidarios de Wimax, y lo cierto también es que en los dos últimos GSM World Congress de Barcelona, el LTE ha sido probado con éxito, pero efectivamente cabe preguntarse si este es buen momento para proponer nuevos entrantes en un mercado que este año va a sufrir alguna contracción.

El problema es que hay operadores regionales españoles, Euskaltel y R, fundamentalmente, que habiendo conseguido sobrepasar a Telefónica en sus territorios en el dominio de la telefonía fija y la banda ancha, quieren también su parte del pastel de las frecuencias.

Si se retrasa la concesión de las de la banda de 3.5, habilitadas para la banda ancha móvil, estos operadores tendrían que buscar una parte de lo que se denomina "refarming" de la banda de 900, hoy en posesión de Telefónica y Vodafone.

Lo malo es que a esas preciadas frecuencias también aspiran Orange y Yoigo, que tienen pedida la vez desde hace tiempo.

Pero claro, el pacto de aprobación de los presupuestos PSOE-PNV, tiene un precio y parte de ese precio pasa por frecuencias para Euskaltel, además del I+D para el País Vasco.

Un galimatias que los técnicos de la secretaría general de telecomunicaciones tendrán que resolver haciendo encaje de bolillos.

Por otra parte llama la atención esta m,añana el pacto Vodafone-Orange para compartir sus redes UMTS, por el método de dividir el país es dos zonas y darse servicio respectivamente en la de cada cual.

Siguiendo esta lógica puede que llegue el día en que solo haya una red física compartida logicamente por cualquiera, red que podría estar en manos de un consorcio privado, público o mixto.

Hoy parece algo lejano, pero es que en realidad la red ya no aporta grandes diferenciaciones comerciales a ninguno de los grandes operadores, y como decía el nuevo presidente de Alcatel este domingo en el suplemento naranja de un diario, el valor añadido que puede ofrecer la industria a los operadores es la mejora de la experiencia internet.

Seguramente tiene razón, pero la verdad es que las implicaciones de la afirmación, unidas a las realidades de la compartición, y la competencia china manda un estremecimiento por la espalda de la industria.

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