Hoy en la comida he mantenido una interesante conversación sobre la crisis y cómo nos está afectando, ese gran tema que cubre cual manto los pensamientos de todos los españoles, europeos y miembros de la sociedad capitalista en general.
Entre las líneas de diálogo han salido las propuestas que anunció Sarkozy hace unos días para meter publicidad institucional en los periódicos, así como aligerar los impuestos que penden sobre ellos y suscribir a los jóvenes a una de las publicaciones. Un intento baldío de subvencionar un sector en clara decadencia pero no debido precisamente a la crisis, sino a la caducidad de una fórmula periodística frente a los avances de las tecnologías.
La cruda cuestión es que ese dinero que saldrá de las arcas francesas, llenas desde los bolsillos de los contribuyentes, podría dedicarse a muchas otras iniciativas, que las personas de a pie valorarían y apreciarían más. Ah, pero la realidad es que interesa más no perder ese control que los medios tradicionales ejercen (¿o acaso ejercían?) sobre el pueblo, cuando los canales de información eran limitados y controlables. Así, así, que lean, aunque haya que pagarles los periódicos a los jóvenes, que con suerte abrirán para rellenar el sudoku...
Pero en España es igual. Ayer al presidente Zapatero se le llenaba la boca diciendo que lo que necesitaba nuestro país para salir de la crisis es confianza. Y yo le digo que no, que no se equivoque ni practique la demagogia. Lo que necesitamos es que empiece a plantearse el recorte de costes en el Gobierno, igual que hacen las empresas que nos rodean y emplean. Que reestructure la televisión y al radio pública, que no necesitamos (al menos tal y como existe hoy en día) y que nos cuesta un riñón a cada uno, además de que quita mercado a otros medios. Que deje de crear ministerios cuya función se desconoce más allá de servir como colonia de funcionarios, tranquilos a sabiendas de que no se les puede despedir. Que deje de gastarse el dinero público en campañas que practican la falacia, acusando a los internautas de cometer delitos que no lo son. Que invierta en los cimientos del futuro, en ciencia, tecnología e innovación, en profesores y educación, en empleo y sanidad.
Por favor, señores políticos. Basta ya de salvar sus intereses con nuestro dinero y céntrense en ayudar al pueblo que les votaron.
Entre las líneas de diálogo han salido las propuestas que anunció Sarkozy hace unos días para meter publicidad institucional en los periódicos, así como aligerar los impuestos que penden sobre ellos y suscribir a los jóvenes a una de las publicaciones. Un intento baldío de subvencionar un sector en clara decadencia pero no debido precisamente a la crisis, sino a la caducidad de una fórmula periodística frente a los avances de las tecnologías.
La cruda cuestión es que ese dinero que saldrá de las arcas francesas, llenas desde los bolsillos de los contribuyentes, podría dedicarse a muchas otras iniciativas, que las personas de a pie valorarían y apreciarían más. Ah, pero la realidad es que interesa más no perder ese control que los medios tradicionales ejercen (¿o acaso ejercían?) sobre el pueblo, cuando los canales de información eran limitados y controlables. Así, así, que lean, aunque haya que pagarles los periódicos a los jóvenes, que con suerte abrirán para rellenar el sudoku...
Pero en España es igual. Ayer al presidente Zapatero se le llenaba la boca diciendo que lo que necesitaba nuestro país para salir de la crisis es confianza. Y yo le digo que no, que no se equivoque ni practique la demagogia. Lo que necesitamos es que empiece a plantearse el recorte de costes en el Gobierno, igual que hacen las empresas que nos rodean y emplean. Que reestructure la televisión y al radio pública, que no necesitamos (al menos tal y como existe hoy en día) y que nos cuesta un riñón a cada uno, además de que quita mercado a otros medios. Que deje de crear ministerios cuya función se desconoce más allá de servir como colonia de funcionarios, tranquilos a sabiendas de que no se les puede despedir. Que deje de gastarse el dinero público en campañas que practican la falacia, acusando a los internautas de cometer delitos que no lo son. Que invierta en los cimientos del futuro, en ciencia, tecnología e innovación, en profesores y educación, en empleo y sanidad.
Por favor, señores políticos. Basta ya de salvar sus intereses con nuestro dinero y céntrense en ayudar al pueblo que les votaron.
1 comentario:
Los periódicos son todavía importantes como agregadores de contenidos y representantes de posiciones ideológicas.
Si se hunden como consecuencia de la falta de lectores jóvenbes, y de la crisis publicitaria ciertamente en muchos casos no se perderá nada, pero ojo, que no hay alternativa hoy por hoy.
Desde luego lo primero que se debería cerrar son todos los medios públicos, excepto que se dediquen a programaciones de calidad dirigidas a educar a la población. (Que no hay quien la eduque).
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