domingo, 12 de abril de 2009

Domingo de resurreción

Hoy es un buen día para tratar un tema de fondo.

Voy a escribir unas líneas sobre la incompatibilidad manifiesta entre nacionalismo e internet.

Viene a cuento por los sucesivos intentos de los gobiernos nacionalistas de turno, catalanes, gallegos, vascos, aquitanos, corsos, etc, por hacer en sus comunidades el salto adelante que los convierta en los escandinavos, del sur, este, etc.

Ingentes cantidades de dinero público se dedican a fastuosos planes de sociedad de la información, que se apoyan en la creación de operadores semi-públicos de telecomunicaciones, (controlados por la caja de ahorros correspondiente, a su vez controlada por el gobierno correspondiente), en la ídea de que esa comunidad va a conseguir movilizarse al futuro, pasando sin solución de continuidad desde las medievales ideas del nacionalismo, a la modernidad total.

No es que esté mal invertir en sociedad de la información, desde este blog he defendido incansablemente lo contrario, lo que está radicalmente equivocado es el enfoque de dicha inversión.

La internet en gallego, o en euskera, o en corso, o en breton, no son internet. Son islas en las que se desarrolla una fauna y flora particulares y aisladas del mundo real.

Y sus usuarios se dedican a mirarse el ombligo, descubriendo sin duda en sus pliegues las infinitas texturas autóctonas profundas, pero eso de poco sirve a los efectos del supuesto salto a la modernidad.

Internet se lleva mal con los dirigismos esencialistas. Internet es la creación de una serie de personas de ideología mas bien mundialista y anarquizante, desde el liberalismo de frontera americano, no desde Bakunin, y es un territorio para la libertad. Naturalmente que es utilizado también para el ejercicio de intereses tribales, pero de ahí no salen los Google y Yahoos.

Que Alqueda esté en la red no quiere decir que esa red suponga un camino al desarrollo. Que se lo pregunten a los paquistanies.

En la red el desarrollo está ligado al ejercicio de la libertad, y también a la consideración del mundo como un territorio abierto.

En ese territorio caben las grandes lenguas, que lo son por el número de sus hablantes, no por su grandeza intrinseca, y al final una lengua franca que es el ingles.

Desde la libertad pequeños grupos de innovadores crean buscando sus oportunidades, y intentan llevar a cabo sus iniciativas en la calle de al lado o en los antípodas.

Los escandinavos saben esto perfectamente, y son los primeros que se saltan sus idiomas por mucho que les gusten.

Además poen en el esfuerzo toda su experiencia de sociedades abiertas, en si mismas, y abiertas hacia el mundo. Para ellos es natural considerar el mundo como "su" mercado.

Por eso tienen éxito en la sociedad de la información.

Las sociedades nacionalistas solo se miran a si mismas y están en un ejercicio de introspección permanente. No son adecuadas para la modernidad.

Por mucho dinero que se gasten en planes ambiciosos, lo que falla es el fundamento de libertad y apertura mental.

Internet es para la gente, y es para las sociedades abiertas.

Lo demás son espejismos y ejercicios condenados al fracaso.

1 comentario:

Antonio Cordón dijo...

Es un comentario de mi mismo.

Después de escuchar ayer a los líderes tribales vascos, me reafirmo en lo dicho.