miércoles, 8 de julio de 2009

Funerales universales

¡Pero que cantidad de cosas interesantes están pasando estos días!

Dictaduras que se enfrentan a movimientos de resistencia con los móviles e internet de testigos, comunidades virtuales de seguidores (as), del mundo Barbie que crecen mas deprisa que ninguna comunidad en la red conocida, mega juegos de estrategia seguidos por millones de jugadores desde los lugares mas remotos, jugadores de futbol que llenan con su sola presencia (sin jugar), un estadio y el prime time de medio mundo.

Y finalmente el funeral universal de un cantante que tuvo sus momentos de gloria pero que estaba en una caida libre estrepitosa estos últimos años.

El mundo ha entrado en una espiral de emociones que nadie sabe a donde conduce. La lógica y la razón son sustituidas por cataratas de emotividad exaltada a través de los medios de comunicación y sobre la que cabalgan políticos y líderes empresariales.

Si vemos imágenes de los conflictos iranies o ahora uigures, nadie se pregunta por las razones o las ideas detras de la situación. Lo que nos sirven los noticiarios es la imagen de los moribundos, de los cadáveres aun calientes, de los enfermeros portando a niños chamuscados a los hospitales.

Los niños son clave de estas noticias, si hay muertos tienen que ser niños, en todo caso mujeres, pero los niños son perfectos para el sofocón mediático. No hay comunicado de la partes implicadas en el conflicto que se olvide de mencionar que de los muertos la mitad o incluso la mayoría eran niños.

Los niños muertos lo justifican todo. No hace falta decir mas.

Michael Jackson sabía que tenía que seguir siendo niño para mantener su éxito, y se ha ido siendo un niño de cincuenta años incapaz de separar la realidad de su personaje.

Por eso la reacción mundial ha sido tan poderosa. Se ha muerto el niño por excelencia. El hermano pequeño, el hijo querido de tantas madres.

Queremos volver a la infancia. No queremos responsabilidades. No queremos acercarnos a la muerte.

Los niños nos atontan y nos venden cualquier cosa.

¡Que gustazo ver al nuevo niño que hemos comprado entre todos en el Bernabeu!

¡Que gustazo refugiarnos en el Neverland de internet y ser los niños perdidos para siempre!

A la triste realidad que le vayan dando.

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