jueves, 23 de julio de 2009

Reflexiones pre-vacacionales

Para la entrada 699, un número casi cabalístico, y teniendo en cuenta que se acaba el curso 08/09, no creo que venga mal hacer una especie de parada y vistazo hacia atrás a fin de calibrar donde estamos y a donde demonios nos dirigimos.

Estamos en el final del principio de una crisis monumental que los expertos relacionan con la del año 1929, y que si no ha producido ya los mismos efectos, en forma de masas de desempleados hambrientos y de predicadores de las soluciones radicales, es porque los estados no han dejado caer a los bancos, (como hicieron en el 29), y han intervenido con enormes masas de dinero que han sacado de nadie sabe muy bien donde, pero que habrá que regularizar en forma de deuda, y/o inflacción.

Naturalmente todo el mundo admite que la única forma de salir de esta situación es encontrar nuevas formas de crecimiento, aunque sea a través de nuevas burbujas que tendrían que ser creibles.

Claro que tiene que ser un crecimiento "sostenible", porque aunque nadie quiere hablar de ello, el problema es que somos mas de seis mil millones de personas, y de ellas dos mil millones quieren alcanzar los niveles de consumo de los países ricos, y eso nos condena a una lucha malthusiana por los recursos básicos, agua y combustible, que será el eje de muchos conflictos del futuro. (Como el de China en su expansión hacia Asia Central).

Todo el mundo admite que las tecnologías de la información son una de las claves de ese futuro.

Primero porque tienen que crear los fundamentos de una nueva forma de vivir que nos permita consumir menos energía, a la vez que se incrementan los intercambios comerciales.

En segundo lugar, porque somos crecientemente consumidores de información (entendida en un sentido amplio), y esa es una tendencia generacional imparable asociada a los eventos globales, los juegos y en definitiva a la existencia de un mundo virtual que cada vez ocupa mas tiempo de mas gente.

En tercer lugar porque hay que comerciar con nuevas cosas y a mayor velocidad y eso solo lo puede promover la electrónica.

Pero la cuestión es que ese convencimiento general tiene dos interpretaciones bastante confrontadas y que complican el desarrollo de lo que tendría que ser una acción coordinada y consensuada, como lo han sido los despliegues de redes móviles en todo el mundo.

La banda ancha via fibra tiene el gran inconveniente de que requiere grandes inversiones sin que los modelos de negocio asociados estén tan claros.

La razón no es otra que el choque entre la filosofia del mundo internet y la del mundo teleco.

Google encarna el ideal internetero. Todo gratis a cambio de participar en el festin publicitario.

Es una opción super atractiva que ha puesto contra las cuerdas al mismo Microsoft, y esa batalla es la mas interesante del presente y próximo futuro.

Pero se basa en el supuesto de que los operadores dueños de las redes actuales se conformarán con seguir invirtiendo a cambio de los fees de enganche a sus redes, lo que no siempre es cierto, y desde luego es la gran incógnita de la actualidad ¿invertirán los operadores en las nuevas redes?

Por otra parte muchos operadores menores han tirado la toalla de las inversiones y exigen que las nuevas redes se abran para todos, lo que conduce a la neutralidad de las redes, y a una disyuntiva entre redes nacionalizadas o redes privadas con derechos de paso intervenidos, un horizonte que naturalmente no agrada a los que quisieran invertir.

Así las cosas los americanos conscientes de su poderio mediático promueven la opción internet que borra fronteras y crea mercados inmensos, aunque tambien crea espacios para los malos de la nueva historia, ya sean terroristas islámicos o cárteles de la droga.

Y los políticos mientras que pueden hacer si tienen que contentar a sus masas. Pues eso, se dedican a repartir dinero para arreglar las aceras y los parterres y dejan los planes de la sociedad de la información a la iniciativa privada que como hemos visto no está para aventuras.

Así solo países con las ideas muy claras, como Finlandia, están en la tarea de tener unas infraestructuras de 100 megas para toda la población en 2015.

En España los que podrían invertir no lo hacen, y el estado está entretenido con sus tontunas, así que no se puede esperar gran cosa.

Esto es lo que hay y me temo que lo único que puede hacer saltar esta situación de bloqueo será la aparición de operadores regionales, que aprovechando el diluvio de millones que les ha caido en la última locura zapateril, se pongan a la tarea de hacer de Cataluña la Finlandia del Mediterraneo. No creo que tarden mucho.

Pero el mundo seguirá a pesar de todo. Este año ha supuesto un parón de todas las actividades porque todas las empresas han preferido parar y esperar, pero eso no durará y pronto comenzará a moverse algo.

Si de todo esto pudiese sacarse alguna enseñanza sería por lo menos esperanzador, pero me temo que se tendrán que derretir los polos y muchas cosas mas antes de que comencemos a pensar en que clase de mundo queremos vivir.

Y no puede ser simplemente un mundo en el que nos encerremos en la virtualidad y atranquemos la puerta contra los emigrantes y los pobres.

Meditaré sobre ello cuando me aleje de la civilización por unos días.

Hasta la vuelta.

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