Normalmente, las nuevas versiones de Windows vienen acompañadas de una renovación de la suite ofimática Office. Y ahora que se avecina el Windows 7, con el firme propósito de hacer olvidar un fallido Windows Vista, se anuncia la llegada del Office 2010, como fiel escudero. Y es precisamente el cambio de modelo que trae consigo el Office lo que más me llama la atención de esta nueva dupla, porque supone un atisbo hacia el nuevo enfoque de Microsoft.
Vivimos unos tiempos en los que el software como servicio, en la nube (en Internet), cobran más y más importancia. El aumento de capacidad en la banda ancha permite que ya no sea nuestro ordenador el que ejecute las órdenes, sino que las aplicaciones estén en servidores externos y a nosotros simplemente nos lleguen los resultados listos para ser imprimidos en pantalla. Una tendencia de la que la ofimática no puede escapar, siendo Google Docs la opción más conocida, aunque también hay otras, como Zoho.
La ola se está formando y es el momento de entrar si uno quiere estar en la cresta cuando aquella alcance su máximo esplendor. Así que Microsoft ha decidido entrar a través de un servicio "desnatado" de ofimática, una versión de Office 2010 simplificada y gratuita, de acceso online. A su vez complementada con una versión completa del paquete, a la venta, con foco en las empresas.
Este movimiento tiene todo el sentido del mundo, ya no por el auge del software como servicio y la sombra cada vez más amenazante de Google, sino porque encaja con la estrategia de Microsoft. Esta compañía ha conseguido que el estándar empresarial para el manejo de documentos sea el Office (Word, PowerPoint, Excel, etc.), atrapando a las compañías en un círculo vicioso: no se atreven a usar otras aplicaciones por miedo a fallos de compatibilidad con sus clientes o partners. A su vez, el Office es absurdamente caro para una adquisición familiar, pero es extrañamente sencillo de conseguir "por otros medios" que permiten el mismo uso sin coste alguno. Estas 2 vertientes han conseguido que el Office sea la herramienta de ofimática más usada tanto en el mundo residencial como en el profesional. Hasta Mac dispone de una versión de Microsoft Office.
Con este nuevo modelo de negocio, Microsoft puede acabar con esta situación, que no deja de ser un tanto incómoda para nosotros, los usuarios de a pie. Mediante al oferta de una versión web, limada y gratuita, se satisface esa demanda más popular, que no requiere grandes funcionalidades, pero quiere poder escribir un texto. Por otro lado, las empresas seguirán usando el Office, la herramienta más conocida por las personas (eliminando así posibles necesidades de formación) y más usada por las empresas. Todo ello, por un módico precio.
Pero esto sólo es el comienzo. Estoy convencido de que Microsoft nunca abandonará totalmente el software de escritorio, porque está es un ADN como empresa. Pero también creo que son suficientemente avispados como para entender por dónde va el mercado y cómo mejor se puede alinear su estrategia con esas tendencias. Office 2010 ya pone un pie en el mundo web. Seguramente Office 2014 meterá la cabeza de lleno, siendo la parte de escritorio el complemento al núcleo más web.
Vivimos unos tiempos en los que el software como servicio, en la nube (en Internet), cobran más y más importancia. El aumento de capacidad en la banda ancha permite que ya no sea nuestro ordenador el que ejecute las órdenes, sino que las aplicaciones estén en servidores externos y a nosotros simplemente nos lleguen los resultados listos para ser imprimidos en pantalla. Una tendencia de la que la ofimática no puede escapar, siendo Google Docs la opción más conocida, aunque también hay otras, como Zoho.
La ola se está formando y es el momento de entrar si uno quiere estar en la cresta cuando aquella alcance su máximo esplendor. Así que Microsoft ha decidido entrar a través de un servicio "desnatado" de ofimática, una versión de Office 2010 simplificada y gratuita, de acceso online. A su vez complementada con una versión completa del paquete, a la venta, con foco en las empresas.
Este movimiento tiene todo el sentido del mundo, ya no por el auge del software como servicio y la sombra cada vez más amenazante de Google, sino porque encaja con la estrategia de Microsoft. Esta compañía ha conseguido que el estándar empresarial para el manejo de documentos sea el Office (Word, PowerPoint, Excel, etc.), atrapando a las compañías en un círculo vicioso: no se atreven a usar otras aplicaciones por miedo a fallos de compatibilidad con sus clientes o partners. A su vez, el Office es absurdamente caro para una adquisición familiar, pero es extrañamente sencillo de conseguir "por otros medios" que permiten el mismo uso sin coste alguno. Estas 2 vertientes han conseguido que el Office sea la herramienta de ofimática más usada tanto en el mundo residencial como en el profesional. Hasta Mac dispone de una versión de Microsoft Office.
Con este nuevo modelo de negocio, Microsoft puede acabar con esta situación, que no deja de ser un tanto incómoda para nosotros, los usuarios de a pie. Mediante al oferta de una versión web, limada y gratuita, se satisface esa demanda más popular, que no requiere grandes funcionalidades, pero quiere poder escribir un texto. Por otro lado, las empresas seguirán usando el Office, la herramienta más conocida por las personas (eliminando así posibles necesidades de formación) y más usada por las empresas. Todo ello, por un módico precio.
Pero esto sólo es el comienzo. Estoy convencido de que Microsoft nunca abandonará totalmente el software de escritorio, porque está es un ADN como empresa. Pero también creo que son suficientemente avispados como para entender por dónde va el mercado y cómo mejor se puede alinear su estrategia con esas tendencias. Office 2010 ya pone un pie en el mundo web. Seguramente Office 2014 meterá la cabeza de lleno, siendo la parte de escritorio el complemento al núcleo más web.
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