En el mundo digital no hay mayor incentivo para la creación de un icono global que la prohibición del objeto en cuestión.
Naturalmente la cosa no tiene mayor importancia en este caso, como no sea la de constatar que las hijas de Zapatero son unas gamberras, y que sus padres, como les pasaría a cualquiera otros, tienen que poner cara de cómplices de la gamberrada para no quedar como unos panolis a quienes sus hijas no hacen caso.
Pero naturalmente que la historia tiene sus filos que podemos comentar en esta tarde de sábado, mientras nos suben los impuestos y constatamos que ni el G20 ni la Santísima Trinidad van a poder impedir que se derritan los polos, o que tengamos veranos a 45 grados a la sombra.
El primer filo que me gustaría comentar es el de la progresía puritana del amigo Zapatero, y que se manifiesta aquí con la prohibición de que las imágenes de sus retoños sean exhibidas en los medios de comunicación.
Para preservar su intimidad.
Esto de que los personajes públicos se pongan líricos en las cosas de sus presencias públicas es para mondarse de la risa.
O sea que Zapatero quiere ser como un funcionario que trabaja sus ocho horitas y luego se marcha para su casa y separa su vida privada de la pública, de tal forma que cuando cierra la puerta de su casa ya se ha despojado de sus obligaciones y puede volver a ser José Luis, como si nada hubiera pasado.
Me parece que las cosas no son así, y no es que yo tenga ningún interés en ver fotos de las hijas de Zapatero, pero me parece que todo eso va en el paquete de la presidencia, como va en el paquete de la realeza, o en el del artisteo.
Otra cosa es el abuso, que es intolerable, de los medios llamados del corazón.
Pero si los reyes o los príncipes hacen posados, no sé qué cosa especial tiene el Sr. Zapatero, que por otra parte no tiene tampoco el Sr. Obama.
Todo este histerismo no es mas que una paletez y una ridiculez.
El segundo rasgo a destacar, está directamente relacionado con esto último.
O sea que no quieren salir en la foto, pero sí quieren hacerse la foto con el Sr. Obama, que al parecer no tiene otra alternativa ya que siendo el santo laico del momento, hasta el Sr. Berlusconi se fotografía con él.
No quieren las consecuencias del cargo pero si los privilegios del mismo.
Quieren privacidad, pero también vivir el La Moncloa, tener chófer, viajar al estilo presidencial, y saludar a San Obama.
¡Qué bien!
Porque seguro que las hijas de Zapatero no van a tener ningún privilegio en su vida ni va a repercutir el ser hijas de su padre a la hora de hacer prácticas o buscar empleo.
Ya veremos entonces si sus padres siguen siendo tan puritanos.
Naturalmente la cosa no tiene mayor importancia en este caso, como no sea la de constatar que las hijas de Zapatero son unas gamberras, y que sus padres, como les pasaría a cualquiera otros, tienen que poner cara de cómplices de la gamberrada para no quedar como unos panolis a quienes sus hijas no hacen caso.
Pero naturalmente que la historia tiene sus filos que podemos comentar en esta tarde de sábado, mientras nos suben los impuestos y constatamos que ni el G20 ni la Santísima Trinidad van a poder impedir que se derritan los polos, o que tengamos veranos a 45 grados a la sombra.
El primer filo que me gustaría comentar es el de la progresía puritana del amigo Zapatero, y que se manifiesta aquí con la prohibición de que las imágenes de sus retoños sean exhibidas en los medios de comunicación.
Para preservar su intimidad.
Esto de que los personajes públicos se pongan líricos en las cosas de sus presencias públicas es para mondarse de la risa.
O sea que Zapatero quiere ser como un funcionario que trabaja sus ocho horitas y luego se marcha para su casa y separa su vida privada de la pública, de tal forma que cuando cierra la puerta de su casa ya se ha despojado de sus obligaciones y puede volver a ser José Luis, como si nada hubiera pasado.
Me parece que las cosas no son así, y no es que yo tenga ningún interés en ver fotos de las hijas de Zapatero, pero me parece que todo eso va en el paquete de la presidencia, como va en el paquete de la realeza, o en el del artisteo.
Otra cosa es el abuso, que es intolerable, de los medios llamados del corazón.
Pero si los reyes o los príncipes hacen posados, no sé qué cosa especial tiene el Sr. Zapatero, que por otra parte no tiene tampoco el Sr. Obama.
Todo este histerismo no es mas que una paletez y una ridiculez.
El segundo rasgo a destacar, está directamente relacionado con esto último.
O sea que no quieren salir en la foto, pero sí quieren hacerse la foto con el Sr. Obama, que al parecer no tiene otra alternativa ya que siendo el santo laico del momento, hasta el Sr. Berlusconi se fotografía con él.
No quieren las consecuencias del cargo pero si los privilegios del mismo.
Quieren privacidad, pero también vivir el La Moncloa, tener chófer, viajar al estilo presidencial, y saludar a San Obama.
¡Qué bien!
Porque seguro que las hijas de Zapatero no van a tener ningún privilegio en su vida ni va a repercutir el ser hijas de su padre a la hora de hacer prácticas o buscar empleo.
Ya veremos entonces si sus padres siguen siendo tan puritanos.
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