Lo único que permanece inalterable en Santander año tras año es el espléndido paisaje, la comida sabrosa y contundente, y el clima que un día amanece soleado y al siguiente nublado.
En su 23 edición, el seminario de las telecomunicaciones de la Universidad Menendez y Pelayo mostró el estado de nuestra industria, que como dice el titular es mas bien de confusión y de atasco.
La crisis estuvo en todas las intervenciones, lo mismo que la seguridad de que las TIC son una de las claves para salir de ella, y tambien el convencimiento de que el futuro es digital.
Ahora bien, tras las congratulaciones y los acuerdos básicos, lo que quedaba en el ambiente es que la sociedad de la información no avanza en España.
Telefónica culpa a la Comisión Europea de la falta de inversiones. Los otros operadores culpan a Telefónica por no dejarles sitio, todos culpan a la administración española por no repartir espectro mas rapidamente, y finalmente hay quien dice que la culpa es que no hay suficientes vocaciones ingenieriles entre nuestros jóvenes.
Pero lo cierto es que excepto la administración a quien le parece que todo va fenomenal, tanto en lo que respecta a la innovación (Sr. Garmendia), como en lo que se refiere a todo lo demás, (Sr. Ros), todo el mundo parecía pensar que las cosas están mas bien paradas y que hace falta impulso para salir del impasse.
A mi me gustó la presentación de Ericsson, (por qué será), que puso el dedo en la llaga de como a partir de un determinado momento la ecoación mas inversiones igual a mayores beneficios, ha sido sustituida por otra que dice que mayores inversiones es igual a mas beneficios,... pero para otros que no invierten.
Eso es la clave del atasco actual, atasco que no hace sino crecer.
Martin Cooper, al parecer inventor del telefono movil o algo así, y desde luego veterano de la cosa hizo un llamamiento a la apertura de las redes móviles a los proveedores de servicios, y pronosticó el abaratamiento de los costes de la telefonía móvil asociada a un uso masivo de la misma en forma de todo tipo de dialogo permanente entre sensores y operadores especializados y residentes en las redes de los operadores "host".
Tal vez sea esa la solución, como me decía un amigo allí mismo. Que los operadores se conviertan en carriers y dejen los servicios a quien los sepa prestar. No digo que no vaya por ahí la cosa.
Lo que digo es que para que esto ocurra hace falta re-regular el conjunto de la convergencia digital, incluyendo la viejas telecos, los monstruos internet, los contenidos y distribuidores, y desde luego los terminales inteligentes.
La actual asimetria no tiene sentido y es culpable del atasco.
No digo nada con la que se nos viene encima con la computación en nube, porque todo eso supone enormes cantidades de tráfico sobre unas redes sobrecargadas y que cada vez lo estarán mas a base de streamings y socializaciones.
El futuro es digital desde luego, pero no está escrito como diría nuestro amigo Karl Popper, y puede salir rana o príncipe o vaya usted a saber.
Algo tengo yo claro y es que mientras en España no haya una muchedumbre de pequeñas y medianas empresas dedicadas a producir valor añadido en base a las nuevas tecnologías, y no nos demos cuenta de que el consumo, por muy importante que sea, no puede ser la raiz de nuestro crecimiento, no vamos a ninguna parte.
Son esas empresas las que tienen que crear puestos de trabajo de calidad y también una demanda de servicios avanzados que hoy no existe mas que a pequeña escala.
El estado tiene una responsabilidad en ponerlo en marcha, pero es la sociedad la que tiene que reaccionar.
Tampoco Telefónica va a solucionar nuestro problemas.
Al final nos marchamos de Santander con la sensación de que nuestro ciclo se va acabando.
Ojalá los jóvenes tomen el relevo.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Santander 2009: estado de confusión
Publicado por Antonio Cordón a las 18:08
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