No es ningún secreto que el mundo de las series de TV están viviendo una edad dorada que comenzó hace unos pocos años. Sin duda alguna, la falta de ideas que sufre la industria del cine hace que muchos profesionales del medio audiovisual demuestren un inusitado interés por la pantalla pequeña, pero creo que ha sido precisamente Internet quien ha dado el impulso final.
Contar historias por capítulos es algo que se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales. Ya lo hacía Alejandro Dumas con libros como Los 3 Mosqueteros o su Conde de Montecristo; Flash Gordon tuvo su serial radiofónico; y más tarde aparecieron las teleseries. Un formato cuya principal característica radica en que los receptores disponen de un tiempo entre trozo y trozo de historia, el cual puede dedicar a pensar sobre lo que han visto o discutir sobre lo que han leído. De esta manera, la experiencia de la historia se enriquece de manera exponencial, descubriendo detalles que en un principio habían pasado desapercibidos o haciendo cábalas sobre los que depararán los próximos episodios.
Y aquí entró en juego hace unos años Internet, un foro de discusión en el que tiene cabida toda la población mundial. Uno ya puede comentar, no sólo con sus conocidos más inmediatos, que pueden o no ser seguidores de la misma historia, sino también con cientos de fervientes seguidores que llevan los capítulos al día.
Además, no vamos a negarlo, la Red ha hecho accesibles a todo el mundo los capítulos en el mismo día del estreno, sin tener que esperar a que las cadenas locales opten por comprar la serie. Así, los espectadores se han liberado de la esclavitud que suponen los continuos cambios de hora y días de emisión, el doblaje o la interrupción de la programación por bajos niveles de audiencia. Gracias a este fenómeno, el público puede disfrutar mucho más de las historias, repercutiendo de manera positiva en aquellas cadenas que encargaron la producción.
Cuento esto porque el viernes pasado se emitió el primer capítulo de una nueva serie llamada Flashforward. Una historia para la que se han encargado de hacer una fuerte campaña de promoción, consiguiendo que sea la más esperada de la temporada. Como parte de esta publicidad, este primer episodio ha sido "filtrado" a la Red unos días antes, una iniciativa cada vez más utilizada por las productoras para crear expectación y tantear sobre el terreno las impresiones iniciales.
En nuestro país las cosas han cambiado y se emitirá por primera vez el 1 de octubre por TV de pago y el día 2 (cuando el 2º capítulo llegue a las pantallas americanas) en Cuatro, en abierto. Si bien ya no hay que esperar 1 año como pasaba hasta hace bien poco, ni 6 meses como la temporada pasada, a mí 1 semana se me sigue haciendo mucho. Parece una exageración por mi parte, pero creo que La Conversación que tiene lugar en Internet y que permite un mayor disfrute del capítulo tiene sentido en los días posteriores a su primera emisión. 7 Días me parecen muchos, a no ser que uno no tenga interés en comentar lo visto, en cuyo caso son casi tan buenos como 7 meses.
Pero bueno, al menos el avance es patente y no creo que tarde mucho en llegar el día en que los estrenos en TV sean a nivel mundial, como cada vez ocurre más en el cine. Es más, creo que llegará el momento en que las cadenas emitirán para todo el globo, probablemente a través de Internet, vendiendo la publicidad a nivel local.
Contar historias por capítulos es algo que se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales. Ya lo hacía Alejandro Dumas con libros como Los 3 Mosqueteros o su Conde de Montecristo; Flash Gordon tuvo su serial radiofónico; y más tarde aparecieron las teleseries. Un formato cuya principal característica radica en que los receptores disponen de un tiempo entre trozo y trozo de historia, el cual puede dedicar a pensar sobre lo que han visto o discutir sobre lo que han leído. De esta manera, la experiencia de la historia se enriquece de manera exponencial, descubriendo detalles que en un principio habían pasado desapercibidos o haciendo cábalas sobre los que depararán los próximos episodios.
Y aquí entró en juego hace unos años Internet, un foro de discusión en el que tiene cabida toda la población mundial. Uno ya puede comentar, no sólo con sus conocidos más inmediatos, que pueden o no ser seguidores de la misma historia, sino también con cientos de fervientes seguidores que llevan los capítulos al día.
Además, no vamos a negarlo, la Red ha hecho accesibles a todo el mundo los capítulos en el mismo día del estreno, sin tener que esperar a que las cadenas locales opten por comprar la serie. Así, los espectadores se han liberado de la esclavitud que suponen los continuos cambios de hora y días de emisión, el doblaje o la interrupción de la programación por bajos niveles de audiencia. Gracias a este fenómeno, el público puede disfrutar mucho más de las historias, repercutiendo de manera positiva en aquellas cadenas que encargaron la producción.
Cuento esto porque el viernes pasado se emitió el primer capítulo de una nueva serie llamada Flashforward. Una historia para la que se han encargado de hacer una fuerte campaña de promoción, consiguiendo que sea la más esperada de la temporada. Como parte de esta publicidad, este primer episodio ha sido "filtrado" a la Red unos días antes, una iniciativa cada vez más utilizada por las productoras para crear expectación y tantear sobre el terreno las impresiones iniciales.
En nuestro país las cosas han cambiado y se emitirá por primera vez el 1 de octubre por TV de pago y el día 2 (cuando el 2º capítulo llegue a las pantallas americanas) en Cuatro, en abierto. Si bien ya no hay que esperar 1 año como pasaba hasta hace bien poco, ni 6 meses como la temporada pasada, a mí 1 semana se me sigue haciendo mucho. Parece una exageración por mi parte, pero creo que La Conversación que tiene lugar en Internet y que permite un mayor disfrute del capítulo tiene sentido en los días posteriores a su primera emisión. 7 Días me parecen muchos, a no ser que uno no tenga interés en comentar lo visto, en cuyo caso son casi tan buenos como 7 meses.
Pero bueno, al menos el avance es patente y no creo que tarde mucho en llegar el día en que los estrenos en TV sean a nivel mundial, como cada vez ocurre más en el cine. Es más, creo que llegará el momento en que las cadenas emitirán para todo el globo, probablemente a través de Internet, vendiendo la publicidad a nivel local.
1 comentario:
Estoy de acuerdo en lo que comentas de los 7 días. La verdad que la mayoría de las series las ve uno al día siguiente salvo que no tenga tiempo o algo parecido. Y entre que salga 7 días más tarde o 7 meses tampoco cambia mucho. Pero podemos pensar que es un primer paso para que se llegue al punto de tener estrenos mundiales :)
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