domingo, 13 de marzo de 2011

Japón en tiempo real

¡Que país mas raro es Japón!

En casi cualquier otro lugar una catástrofe de la magnitud de la ocurrida allí habría producido un sinfín de llamadas de socorro, y miles de ciudadanos compungidos hablarían con los innumerables "enviados especiales", para implorar la ayuda internacional.

Allí la cuestión es si mañana lunes, para ellos casi hoy a estas horas, funcionarán los transportes públicos para acudir a sus puestos de trabajo.

El viernes escuché un diálogo surrealista en el que desde una emisora española preguntaban a un latinoamericano residente allí si sabía lo que estaba pasando. El hombre intentaba hacer comprender al locutor que allí era horario laboral, que el estaba trabajando y por lo tanto no podía estar viendo la televisión, con lo que no podía explicarle nada de nada.

Ya he comentado aquí que quien quiera comprender aquel país debe visionar una terrible película titulada "La balada de Narayama", donde se describe la vida en el japón rural no hace tanto tiempo.

En resumen, lo que cuenta el film es que como la tierra no podía subdividirse mas ni se podían alimentar mas bocas que las que fuesen acompañadas por manos capaces de trabajar, en cada familia se otorgaba al primer hijo la herencia y se le casaba con una primera hija de otra familia.

Un segundo hijo era dedicado a trabajar, sin permitírsele casarse o siquiera mantener relaciones sexuales. Segundas, terceras, etc, hijas eran vendidas para ser criadas o prostitutas. Varones subsiguientes eran simplemente arrojados al campo para servir de alimento a las alimañas.

Familias incapaces de auto-alimentarse eran eliminadas físicamente sin contemplaciones.

Y los ancianos tomaban el camino de la montaña de Narayama para morir allí de inanición.

Es una escuela de no esperar nada de nadie excepto de uno mismo, que es lo que reflejan esos ciudadanos japoneses preocupados por el medio de transporte para acudir al trabajo en medio del desastre.

Los japoneses saben que viven en el borde de un precipicio volcánico y que sobrevivir es para ellos mas difícil que para los demás.

Esa dificultad también ha generado un exagerado sentido de superioridad que explotó, con graves consecuencias, en los años treinta y cuarenta del pasado siglo.

La derrota ante los americanos les sumió en una perplejidad de la que no se han terminado de despertar.

Sabiendo que los suelos inestables a movimientos sísmicos son la peor alternativa para instalar una central nuclear, ellos han recurrido a esa energía porque son conscientes de que para Japón no hay otra alternativa.

No tienen petróleo, ni gas, ni carbón como los chinos, e importar estas materias es para ellos mucho mas caro que para nosotros.

Y así han construido una serie de centrales cercanas a centros de población e industria, donde son la fuente reconocible de energía. Tanto es así que ahora el apagado de varias de esas centrales les ha dejado sin luz.

Son realistas, toman la vida como viene y por eso han construido un imperio industrial basado en el trabajo duro, la disciplina...y la planificación. (Porque conformarse con lo que te toca no es incompatible con trabajar para mejorarlo).

Son una sociedad organizada y disciplinada, y las evacuaciones se han realizado en orden y tranquilidad, excepto cuando la furia de los elementos les ha barrido sin piedad.

Y todos hemos podido seguir en directo el paso del tsunami gracias a su afición a dejar testimonio de todo a través de las cámaras de vídeo.

Las mejores imágenes de lo sucedido nos las han proporcionado estos aficionados en combinación con la televisión japonesa y los corresponsales de cadenas como la BBC World, cuya cobertura de los sucesos está siendo ejemplar.

A diferencia de la televisión española que parece estar deseando pasar a otras informaciones, tales como las últimas declaraciones de Pepito Blanco, o de Mouriño, la BBC está conectada permanentemente con Japón y transmite en directo imágenes y explicaciones de expertos con la mesura que les caracteriza.

Desde el viernes por la mañana he estado siguiendo esta emisora, (y me he estado avergonzando al pasar a los canales españoles que siguen con sus matracas habituales inasequibles al desaliento).

Hoy incluso han llegado los "enviados especiales a Tokio" con carita de "jet-lag", para contarnos desde la terraza de un hotel lo mismo, (menos en realidad), de lo que podemos ver nosotros mismos en la BBC. ¿Para que mandan a estos pobres si no tienen nada propio que añadir?

¿Si no saben ni lo que está pasando, ni hablan japonés, (ni seguramente ingles), a que coño van?

Dejo para otro momento los comentarios burdamente anti-nucleares de los comentaristas españoles, que aprovechando que se ha producido el accidente en una de las plantas afectadas, han vuelto a la carga de los peligros del átomo.

¡Que ganas tienen los pseudo-progres de que seamos esclavos de los musulmanes!

O será que a estos progres no les gusta el agua caliente ni la calefacción.

A los japoneses, a los que si que les gusta el agua caliente, no es que no les importen los riesgos, como prueban los planes de evacuación puestos en marcha con eficacia y rapidez, es que comprenden el mundo en el que vivimos y saben que como dice el viejo refrán, el que quiere peces tiene que mojarse el culo.

Dicho todo esto, solo me queda expresar mi interés por la sensación tan impactante de cercania que han dado los actuales medios de comunicación, mi solidaridad con los japoneses, y mi desprecio por los pseudo-progres españoles que se creen que la luz viene de los molinillos de viento.

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