lunes, 16 de febrero de 2009

De cine

A final de la semana pasada leí un artículo en el que se recogía cómo los dueños de los cines lamentaban el descenso de las ventas de entradas sufrido durante el año 2008 en comparación con períodos anteriores, a la vez que se congratulaban de una aparente recuperación en lo que llevamos de 2009. Ante este comentario no pude más que quedarme así: O_0

La recaudación del año 2008 fue mala simple y llanamente porque las películas fueron malas. Posiblemente el pasado año fue uno de los peores en los últimas décadas del cine, y muchos cinéfilos corroboran esta afirmación. Malas películas, precuelas y secuelas poblaron nuestra cartelera, dejando patente una clara falta de originalidad en Hollywood. Y no me hagáis hablar de nuestro querido cine patrio...

Obviamente, la primera excusa que se presentó fue la así llamada piratería y el terrible daño que le estaba haciendo a las salas. Una vez más, el desgastada falacia que afirma que una descarga supone una entrada menos. Por favor, que alguien explique a esta gente que pagar 7€ por ver Disaster Movie (cuyo nombre en español afortunadamente mi mente no creyó oportuno recordar) debería estar registrado como crimen contra la humanidad.

Pero, oh, sorpresa, resulta que cuando se estrenan películas como Seven Pounds (me niego a poner su nombre en español), El curioso caso de Benjamin Button o Valkiria, la gente sí que va al cine. Y no son todas obras maestras, pero al menos son buenas películas.

Cierto es que también hay que tener en cuenta para entender este fenómeno que vivimos tiempos de crisis, donde la gente prefiere salir al cine y cenar por ahí antes que irse a esquiar a la sierra el fin de semana. Y que ahora es precisamente cuando se estrenan las películas que aspiran a llevarse algún Oscar, para que su recuerdo perdure en la memoria de la Academia a la hora de las votaciones.

Pero la realidad final es que la ecuación es simple: mejor cine, salas más llenas. ¿Realmente es necesario culpar de todos los males al intercambio de archivos en la Red? Creo que es evidente que el hecho de ir al cine como acto social va más allá de ver la película, además de que la experiencia es totalmente diferente. Igualmente, ¿es necesario estrenar tantas películas, muchas de ellas de ínfima calidad, a lo largo de un año? Ahora la gente que quiere está mucho más informada y puede saber si una películas es mala o buena antes de comprar la entrada, por lo que es mucho más difícil "engañar" al público objetivo.

Vaya, que no creo que a los exhibidores de cine les haya pillado por sopresa estas estadísticas...

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