sábado, 28 de febrero de 2009

¿Todo vale en las crisis?

Cuando comenzaba esta crisis, es decir el pasado verano, las compañías operadoras, los motores del sistema de la sociedad de la información, comenzaron a hacer sus cuentas y decidieron plantear presupuestos de guerra para el año en curso.

Por eso los que conocíamos esta circunstancia no no hemos sorprendido al ver las dificultades de todos aquellos que se encuentran aguas abajo de la cadena de valor.

Compañías que viven de la subcontratación, suministradores de tecnología, consultorías, empresas de trabajo temporal, compañías de servicios, etc., han visto como sus fuentes de contratación mas habituales se secaban de repente.

¿Acaso es que lo que estaban haciendo no tenia valor?

Después fueron las empresas que viven de los presupuestos de comunicación y marketing.

Corregidos dichos presupuestos hasta la anorexia, agencias de publicidad, eventos, ferias y exposiciones, etc. se vieron afectadas y asfixiadas.

Después los medios de comunicación, que al fin y a la postre, viven de vender espacios para publicidad, mal que les pese, entraron en barrena.

Y finalmente, con los despidos y la psicosis consiguiente, el consumo comenzó a declinar y los operadores de telecomunicación también sintieron el declive de sus ingresos, con lo que en línea con la política de mantener los márgenes así se hunda el mundo, se da otra vuelta de tuerca a los presupuestos, y vuelta a empezar en la espiral destructiva.

Ni siquiera se está salvando el mercado de las televisiones de plasma, que todo el mundo pensaba sería una tabla de salvación de la industria, pero cuyas ventas han comenzado a declinar aunque los precios han descendido de forma acelerada.

Me parece a mi que en las crisis, y mas si son como esta, es decir muy graves, habría que proponer una tregua de ratios financieros, y las compañías que tienen los grandes volúmenes de negocio, deberían dar un poco de ejemplo y llevar a cabo planes de inversión que ayudasen a la sociedad en la que habitualmente viven y se enriquecen, a salir adelante.

También los políticos podrían hacer una pausa en sus ridículas peleas, y sentarse a hablar con los empresarios, para tratar de hacer algo positivo.

Si no se hace así, vamos a vivir momentos muy amargos.

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