Hace algun tiempo tuvimos de invitado en una directiva de EICTA-Digital Europe a uno de los directivos de la iniciativa Un PC para cada niño, que intentaba crear en aquel momento un PC a 100 dólares, para hacer realidad la utopía de dotar a cada niño de la humanidad con una ventana a su futuro y a la humanidad.
Ya en aquella reunión reconocía este señor que estaba resultaldo dificil reducir el precio a la barrera sicológica de los cien dólares, y comentaba como andaban buscando amigos para hacer posible la iniciativa.
Finalmente parece que han conseguido bajar el precio hasta los 180 dólares, que la verdad resulta bastante impresionante, teniendo en cuenta de donde venimos, pero se están encontrando que la industria comercial ya ha conseguido bajar el precio de aparatos convencionales a 200 dólares.
Por una parte resulta impresionante la capacidad de la industria de las etic para aportar incrementos de productividad a todos los demas sectores, y para hacerlo mediante saltos cuanticos que apenas se pueden creer.
Por otra resulta bastante agobiante el ritmo de la innovación que canibaliza cada vez mas rapidamente a sus hijos, en un proceso que sera todo lo schumpeteriano que se quiera pero que para los que trabajan en esta industria, y quisieran vivir una vida un poco mas tranquila, es demasiado estresante.
Por otra parte es muy dudoso que la sociedad aprecie verdaderamente todo este torrente de innovación y abaratamiento, que me temo hace perder a todos cualquier referencia al valor de las cosas que vendemos.
No resulta creible que aparatos que un día se venden por 1500 dólares, al cabo de tres meses valgan 200.
Y eso se aplica a todo: consolas de videojuegos, televisores de plasma, o teléfonos móviles.
Parece que todo lo que se arrima a la red entra en una espiral de utopia que siempre conduce a reducir el precio a nada.
Me pregunto si no sería posible hacer lo mismo con los coches o con la vivienda.
No sé porqué el cemento tiene siempre que subir y los componentes electrónicos tienen siempre que bajar. Que me lo expliquen por favor.
Y a nuestraq industria, por favor, ¡un poco de sosiego!
Dejemos que las iniciativas benéficas tengan su espacio y que los que se han hecho ricos de forma escandalosa con el sistema económico neo conservador puedan redimir sus remordimientos, si es que los tienen, o ganarse un sitio en el cielo con sus obras de beneficencia.
¡Dejemos un lugar para San Bill Gates!
lunes, 23 de marzo de 2009
La innovación y los 180 $
Publicado por Antonio Cordón a las 11:45
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