domingo, 15 de marzo de 2009

Negocios digitales

Acabo de leer con profundo interés este post de blogoff, un blog que de vez en cuando me deleita con un gran texto pero que no me acaba de convencer como para que le siga habitualmente. En esta ocasión el escritor aporta su visión (que yo comparto) acerca de las verdaderas razones de la desaparición de los videoclubs, más allá de la tan manida excusa de las descargas por Internet.

Y es que frente al final inapelable de un modelo de negocio en agonía, parece que muchas empresas no quieren reaccionar. Comenta el escritor que su videoclub no le muestra las novedades, no le permite reservas desde el hogar, no le permite ver trailers que le permitan decidir qué ver, no le hace recomendaciones ni filtra lo que no le gusta, no mantiene su catálogo dentro de un orden coherente, no tiene un historial de su actividad ni un blog informativo y, encima, no le atienden correctamente. A todo esto yo añadiría que seguramente su catálogo no es tan extenso como se podría desear.

Todas estas reivindicaciones son fácilmente corregibles gracias a Internet y las nuevas tecnologías. No es un problema de descargar películas sea más fácil y sencillo que tener que bajar al videoclub a por ellas (que lo es), es también una cuestión de los servicios de valor añadido que se ofrecen alrededor del servicio núcleo.

Esta situación es perfectamente extrapolable a otros negocios, como la recientemente comentada prensa. Otro ejemplo es la moda y este me toca de cerca porque precisamente me estoy animando a comprar a un sastre inglés que hace unas camisas casi-a-medida estupendas, que me envía a casa a un buen precio. Hoy en día los negocios tienen que abrirse a Internet, pero no únicamente para replicar su modelo en formatos digitales, sino para aprovechar todas las nuevas oportunidades que se presentan para ofrecer un servicio mejor y más completo. Los que no lo hagan, están condenados a desaparecer, como el videoclub que se comenta en el post.

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