Me paso por el blog rápidamente (¡cada día más tarde!) para comentar la noticia que he leído hoy según la cual han descubierto una red de espionaje informático en China que había observado sigilosamente hasta 103 países, crackeando ordenadores y copiando documentos de los ministerios de exteriores.
Planteo esta situación aquí porque, si bien es cierto que la era digital y la informática nos han abierto un potencial todavía inimaginable y facilitado mucho todas las operativas del día a día, también se han creado nuevas murallas que custodiar.
No creo que sea más fácil hacer espionaje en estos tiempos que antes. De hecho creo que más difícil, mucho más difícil. Ahora, como todo en este mundillo, cuando algo sale, sale a lo grande. Y parece que China así lo ha estado haciendo un tiempo.
Sinceramente, no creo que China sea el único país que se dedique a estas actividades. No quiero pecar de hipocresía y creo que mentiría si no digo que espero que España esté al menos intentando algo similar. Pero no deja de ser curioso que en un país donde Internet está tan censurada como en el gigante asiático sea precisamente donde se destapan este asunto. Quizá sea precisamente por eso, porque los chinos saben de las debilidades de la Red, que no quieren que se expanda como el fuego por su pueblo. Una verdadera lástima, porque en el proceso están limando las posibilidades de culturización de su gente. Aunque claro, en una dictadura, ¿eso a quién le importa si el beneficio es un mayor control?
Planteo esta situación aquí porque, si bien es cierto que la era digital y la informática nos han abierto un potencial todavía inimaginable y facilitado mucho todas las operativas del día a día, también se han creado nuevas murallas que custodiar.
No creo que sea más fácil hacer espionaje en estos tiempos que antes. De hecho creo que más difícil, mucho más difícil. Ahora, como todo en este mundillo, cuando algo sale, sale a lo grande. Y parece que China así lo ha estado haciendo un tiempo.
Sinceramente, no creo que China sea el único país que se dedique a estas actividades. No quiero pecar de hipocresía y creo que mentiría si no digo que espero que España esté al menos intentando algo similar. Pero no deja de ser curioso que en un país donde Internet está tan censurada como en el gigante asiático sea precisamente donde se destapan este asunto. Quizá sea precisamente por eso, porque los chinos saben de las debilidades de la Red, que no quieren que se expanda como el fuego por su pueblo. Una verdadera lástima, porque en el proceso están limando las posibilidades de culturización de su gente. Aunque claro, en una dictadura, ¿eso a quién le importa si el beneficio es un mayor control?
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