jueves, 4 de marzo de 2010

¡Compañeros del metal...!

Como uno, por efecto del calendario, ha tenido que vivir mas de una re-conversión industrial, me quedado un tanto perplejo al leer hoy que desde diferentes empresas se está solicitando el marco legal que permite tales procesos para las empresas de medios escritos en España.

Los periódicos siempre han sido empresas peculiares.

Históricamente ligados a grupos de presión, partidos políticos, mecenas y personajes de diferente calaña, solo después de la muerte del innombrable pareció que podían convertirse en empresas dignas, capaces de hablar en el lenguaje de las cuentas de resultados y los balances.

El grupo Prisa, Vocento, Mediaset, parecían poder convertirse en matrices de grupos multimedia, con presencia internacional y con vocación de expansión por la cadena de valor de la Sociedad de la Información.

Eso era hasta hace cuatro días.

Hoy, esas estrategias han sido sustituidas por una única y apremiante necesidad de supervivencia.

La culpa la tiene internet, dicen ellos, y la superabundancia de contenidos noticiosos que han convertido la información en un "commodity".

Y ya se sabe que lo que se convierte en "commodity" o lo hacen los chinos, (cosa improbable en el caso de los periódicos españoles), o se busca la forma de que se financie por vías indirectas.

A mi me parece que la agonía de la prensa española no solo tiene que ver con internet.

Y tiene mas que ver con la desconfianza hacia el llamado "establishment" que alcanza a la mayoría de los jóvenes y a un número creciente de mayores.

La imprenta y los libros se desarrollaron en medio de las luchas ideológicas de la reforma, y los mayores impulsos de los medios siempre han venido de la mano de grandes convulsiones sociales, y de la existencia de personas o grupos que afirmaban tener una salida a las crisis.

Ahora vivimos también una gran crisis, pero nadie ofrece soluciones y quien las ofrece carece de credibilidad.

Lo que dicen los medios es una colección de historias salidas de los partidos, o de las ONG, o de las empresas, o de otras fuentes interesadas.

Y los que seguimos leyendo periódicos lo hacemos por costumbre, pero con muy poco interés.

El director de El mundo presenta una nueva iniciativa para escapar al círculo infernal de la "comoditización" que es un nuevo periódico en internet llamado Orbyt, o algo así. Y se diferencia de los demás en que es de pago.

Le deseo suerte, sobre todo por la gente que trabaja allí y que está envuelta en la amenaza de la re-conversión.

Por cierto, re-conversión ¿en qué?

"¡Compañeros del metal...! gritaban por la megafonía de los astilleros y las plantas siderúrgicas en los años procelosos de la re-conversión.

¿Que consignas se gritarán en ésta ocasión?

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