Llegados a este punto del año no hay publicación, digital o material, que no caiga en la tentación de hacer un resumen de lo acontecido, aunque no sea mas que para dedicar una última reflexión a lo vivido y así poder cerrar el libro en paz y en el estante para que vaya acumulando polvo.
Para mi, por razones profesionales, este fue el año de la presidencia española, de la nueva agenda digital europea, de la fusión de las dos asociaciones empresariales españolas de las TIC, y finalmente del intento de traer un poco de aire nuevo a la CEOE.
Tengo que admitir que ha sido un año distraido, pero que se cierra con un sentimiento de frustración y de fracaso, que va muy a tono con la situación del país y en general de nuestro mundo. (Me refiero a Europa y al mundo occidental desarrollado).
Las tormentas financieras que no cesan, las admoniciones de los poderosos de que ahora toca pagar las deudas, y las dificultades para vislumbrar la salida del túnel, hacen que este final de año tenga un tonillo gris que no me gusta nada.
La presidencia española, vista con perspectiva de nuestro sector, terminó con un esfuerzo notable para poner la cuestión digital en la agenda, y con la constatación de que no estaba el horno para inversiones, lo que se ha comprobado en el terreno de lo real mediante la efectividad de que no ha habido tales inversiones.
Las redes españolas están donde se las dejó 12 meses atrás, y como cualquiera puede comprobar, la calidad del servicio no ha mejorado. Eso si, ahora te llaman los operadores a la hora de la siesta un día si y el otro también.
O sea que han invertido pero en red comercial.
En lo que si hemos mejorado ha sido en materia de smart phones, lo que pone mas presión en las redes.
En el frente de las redes fijas, la pirateria y la SGAE han sido los asuntos, con la ley Sinde dando vueltas y los lobbies americanos empujando, y nadie diciendo que los abusos de esa industria de las majors está en el fondo de todo esto.
También ha sido un año de cambio de panorama en el mundo televisivo, con el colapso financiero de Prisa, y Berlusconi de dueño de las teles hispanas.
La TDT trajo un montón de emisoras del color político de cada presidente de comunidad autónoma, y en Madrid, naturalmente del género neocom.
Y poco mas.
Al compás de la crisis, los valores mas conservadores y rancios son los que avanzan, con lo que me temo que a Zapatitos y sus memas perspectivas eco-feministas-igualitarias-identitarias, le sustituirá una coalición de meapilas y parásitos que se nos va a caer el pelo.
Es lo que ha ocurrido en la CEOE y puede ser una premonición.
Adiós 2010, que te vaya bien.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Adios 2010...
Publicado por Antonio Cordón a las 18:41
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