A no ser que hayáis vivido en un caparazón en los últimos 15 días o que sólo os informéis a través de los medios "tradicionales" (televisión y periódicos), conoceréis el revuelo que se ha montado con las filtraciones realizadas por Wikileaks y la persecución que se está llevando a cabo sobre Julian Assange.
Lo que estamos viendo estos días no es nada nuevo. Siempre han habido filtraciones y represiones, en todos los momentos de la historia. Pero en un mundo globalizado como el que habitamos, toda información tiene una exposición máxima y los participantes ya no son locales, sino que las líneas de tensión se trazan alrededor de todo el globo.
Internet ha cambiado todas las facetas de nuestra sociedad, y la política no iba a ser una excepción. Como tampoco lo es la reacción de los gobiernos, que están tratando de hacer lo que venían haciendo hasta ahora cuando alguien se salía del tiesto y amenazaba su "zona de confort": silenciar. Igual que las industrias amenazadas por el cambio en su modelo de negocio (véanse las discográficas para un ejemplo claro y concreto), lo gobiernos se rebelan contra la posibilidad de tener que cambiar su actual forma de hacer las cosas, actuando a su antojo confiando en el desconocimiento del pueblo.
Para ello, lo primero ha sido poner cara al enemigo, en este caso Julian Assange. Convencer a la opinión pública de que Wikileaks es malo resulta muy complicado, ya que la mayor parte no sabe lo que es, ni lo entiende realmente. Es más fácil acusar a un editor de la organización por unos cargos de índole sexual bastante débiles (que se llegaron a retirar, pero misteriosamente se han vuelto a reabrir), y violar las reglas de la lógica para concluir que una persona así sólo podría dar a a luz a una página dañina para la sociedad. La última es que quieren ir a por él bajo cargos de espionaje, con eso está todo dicho de hasta donde está llegando el esperpento.
No nos engañemos. Detrás del rocambolesco encarcelamiento de Assange se encuentra EEUU (igual que detrás de nuestra Ley Sinde), y si no hubiesen sido esos cargos, hubiesen sido otros como llevar a un perro sin correa o cualquier otro absurdo. Lo que realmente me resulta escandaloso no es esto, que era una actitud que se podía esperar, sino la pasividad de los medios, que asisten contemplativos, sin denunciar esta situación, sangrante para la democracia mundial.
Sin embargo, las acciones del Gobierno de los EEUU no terminan ahí, sino que ha aprovechado que la mayoría de las compañías líderes en Internet son estadounidenses para presionarlas a que retiren sus servicios a Wikileaks. Así, Amazon, Mastercard, Visa, EveryDNS y Paypal le fueron retirando sus cuentas, lo que ha sido devuelto en forma de ataques (más o menos cargados de razón) contra sus webs, haciéndoles perder unos cuantos miles de dólares. Pero los tentáculos americanos son muy largos, y las presiones han traspasado fronteras hasta llegar a límites que nunca hubiese sospechado, como cerrar a Wikileaks su cuenta bancaria en un banco suizo, súmmum de la neutralidad. Para todo ello no se privan de acusar a la web de terrorismo...
Sin embargo, poco van a poder hacer. Si bien es cierto que la Red es propietaria, también es abierta, y por cada puerta que se cierra, otras 10 se abren. Si Amazon les priva de acceso a sus servidores, varias otras compañías se ocupan de proporcionárselos. Si Mastercard les cierra su plataforma de pagos, otros servicios más pequeños cubren su lugar. Si cierran la página web de Wikileaks, esta se replica en múltiples espejos por toda la Red. Si Julian Assange es silenciado, otros cientos Guy Fawkes están dispuestos a ocupar su lugar.
Ojo, que no defiendo la actividad de Wikileaks, y bien creo que las opiniones de los embajadores deberían ser privadas y que los gobiernos deben tener sus secretos. Pero es indignante enterarse de que varias de las actividades criticables de este Gobierno tienen sombra americana. Y, desde luego, lo que no se puede permitir es la reacción que está habiendo, típica de las industrias obsoletas que tanto estamos criticando y de sistemas de gobierno dictatoriales, tan criticados en otros momentos. Quizá ha llegado el momento de que los gobiernos se planteen cómo hacen las cosas...
Lo que estamos viendo estos días no es nada nuevo. Siempre han habido filtraciones y represiones, en todos los momentos de la historia. Pero en un mundo globalizado como el que habitamos, toda información tiene una exposición máxima y los participantes ya no son locales, sino que las líneas de tensión se trazan alrededor de todo el globo.
Internet ha cambiado todas las facetas de nuestra sociedad, y la política no iba a ser una excepción. Como tampoco lo es la reacción de los gobiernos, que están tratando de hacer lo que venían haciendo hasta ahora cuando alguien se salía del tiesto y amenazaba su "zona de confort": silenciar. Igual que las industrias amenazadas por el cambio en su modelo de negocio (véanse las discográficas para un ejemplo claro y concreto), lo gobiernos se rebelan contra la posibilidad de tener que cambiar su actual forma de hacer las cosas, actuando a su antojo confiando en el desconocimiento del pueblo.
Para ello, lo primero ha sido poner cara al enemigo, en este caso Julian Assange. Convencer a la opinión pública de que Wikileaks es malo resulta muy complicado, ya que la mayor parte no sabe lo que es, ni lo entiende realmente. Es más fácil acusar a un editor de la organización por unos cargos de índole sexual bastante débiles (que se llegaron a retirar, pero misteriosamente se han vuelto a reabrir), y violar las reglas de la lógica para concluir que una persona así sólo podría dar a a luz a una página dañina para la sociedad. La última es que quieren ir a por él bajo cargos de espionaje, con eso está todo dicho de hasta donde está llegando el esperpento.
No nos engañemos. Detrás del rocambolesco encarcelamiento de Assange se encuentra EEUU (igual que detrás de nuestra Ley Sinde), y si no hubiesen sido esos cargos, hubiesen sido otros como llevar a un perro sin correa o cualquier otro absurdo. Lo que realmente me resulta escandaloso no es esto, que era una actitud que se podía esperar, sino la pasividad de los medios, que asisten contemplativos, sin denunciar esta situación, sangrante para la democracia mundial.
Sin embargo, las acciones del Gobierno de los EEUU no terminan ahí, sino que ha aprovechado que la mayoría de las compañías líderes en Internet son estadounidenses para presionarlas a que retiren sus servicios a Wikileaks. Así, Amazon, Mastercard, Visa, EveryDNS y Paypal le fueron retirando sus cuentas, lo que ha sido devuelto en forma de ataques (más o menos cargados de razón) contra sus webs, haciéndoles perder unos cuantos miles de dólares. Pero los tentáculos americanos son muy largos, y las presiones han traspasado fronteras hasta llegar a límites que nunca hubiese sospechado, como cerrar a Wikileaks su cuenta bancaria en un banco suizo, súmmum de la neutralidad. Para todo ello no se privan de acusar a la web de terrorismo...
Sin embargo, poco van a poder hacer. Si bien es cierto que la Red es propietaria, también es abierta, y por cada puerta que se cierra, otras 10 se abren. Si Amazon les priva de acceso a sus servidores, varias otras compañías se ocupan de proporcionárselos. Si Mastercard les cierra su plataforma de pagos, otros servicios más pequeños cubren su lugar. Si cierran la página web de Wikileaks, esta se replica en múltiples espejos por toda la Red. Si Julian Assange es silenciado, otros cientos Guy Fawkes están dispuestos a ocupar su lugar.
Ojo, que no defiendo la actividad de Wikileaks, y bien creo que las opiniones de los embajadores deberían ser privadas y que los gobiernos deben tener sus secretos. Pero es indignante enterarse de que varias de las actividades criticables de este Gobierno tienen sombra americana. Y, desde luego, lo que no se puede permitir es la reacción que está habiendo, típica de las industrias obsoletas que tanto estamos criticando y de sistemas de gobierno dictatoriales, tan criticados en otros momentos. Quizá ha llegado el momento de que los gobiernos se planteen cómo hacen las cosas...
Edito: Se me olvidaba comentar, y no son menos importantes, qué pasaría si Google no dejara buscar la palabra wikileaks (algo totalmente factible), si Twitter está impidiendo que #wikileaks llegue a ser trending topic, o como la revista Time no ha proclamado a Assange como persona del año en contra de la amplía mayoría de sus lectores. Definitivamente, la Red es propietaria y elige como tal. De nosotros depende tener criterio propio para cultivar una opinión valida...
3 comentarios:
Wiki leaks no es un fenómeno nuevo. Ya sucedió lo mismo en tiempos de Viet Nam y no hace mucho escribí un post al respecto.
Creo que tiene que ver con la ética protestante de la transparencia. La misma que lleva a que en las casas holandesas no haya visillos en las ventanas.
El cruce de filtraciones e internet es lo nuevo, y el escaso eco de las filtraciones, (relativamente escaso), tiene que ver con el hartazgo de política que nos afecta.
También con el hecho de que El Mundo haya quedado al margen de la publicación.
Todo lo que se ha publicado era mas o menos previsible.
Nada como para justificar la persecución de Assange.
Yo la verdad es que creo que aquí falta alguna pieza en el puzzle.
Sin embargo, yo creo que el escaso eco de las filtraciones está más relacionado con el silencio de los medios, "aconsejados" por instancias políticas, que otra cosa.
Muchas veces se ha demostrado que telediarios y periódicos tienen el poder de alarmar o hacer ignorante a la gente en ciertos temas, a su antojo.
Y creo que hay ciertas filtraciones (obviamente, no la de que Berlusconi es un fiestero, que eso no es realmente importante), que merecían una mayor cobertura, investigación y responsabilidad.
La persecución de Assange debe de estar más relacionada por lo que potencialmente puede filtrar. De hecho, después de que Visa y Mastercard les retirasen sus servicios, se conoció que ellos iban a ser objeto de próximos cables...
Interesante artículo del director de El País sobre lo que los gobiernos quieren ocultar de Wikileaks. Largo pero muy recomendable.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/verdad/ocultan/Gobiernos/elpepuint/20101218elpepuint_23/Tes
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