miércoles, 17 de septiembre de 2008

Los ductos

Hoy ha abierto Telefónica a sus competidores, los ductos de la fibra óptica, por si se animan a tender, también ellos, los dichosos cables que permitirán a los españoles, por fin, disponer de acceso a la banda ancha de verdad.

Podría parecer que si los competidores de Telefónica se ahorran el coste de la obra civil, podrían animarse a invertir, pero no parece que vaya a ser el caso, entre otras cosas porque la legislación europea, todavía en borrador, les anima a esperar un trato todavía mejor.

Como estamos en crisis, el pensamiento se vuelve inevitablemente a fórmulas llamadas keynesianas, es decir, a que los poderes públicos, revitalicen la economia con obras públicas y grandes saraos.

Parecería que construir una red nacional de fibra óptica es uno de esos grandes proyectos que se ponen en acción cuando llegan las vacas flacas al sector privado y los inversores habituales se encierran en sus cuarteles de invierno.

Una obra así daría empleo a mucha gente, entre otros los despedidos del sector, y movilizaría capitales, no solo los públicos, sino también los privados. Y no solo los de la administración central, sino también los de ayuntamientos y autonomias.

Como estamos en plena discusión presupuestaria, me gustaría que algun habil parlamentario sacase este tema a debate, puesto que es conveniente y viene al caso. Es decir, que como se suele afirmar, ahora toca.

Un plan de incentivos, y fondos aplicables a estas obras, permitirían un grado de extensión mucho mayor, y mas rápido, que el que la mera iniciativa privada puede desarrollar, y acercar a mayores capas de la población este derecho, tan consustancial del siglo XXI, que es el derecho al acceso a la información.

Si se pone dinero para autopistas o para el AVE, que bienvenidas sean, tambín hay que pensar en las telecomunicaciones, sobre todo porque hay que ir pensando que la simple iniciativa privada no nos garantiza, como estamos viendo la disposición de este elemento fundamental de desarrollo y creación de riqueza, aparte integración social y vertebración territorial.

Es hora de pensar que la fórmula de los consorcios publico-privados, como ya se está comprobando en distintas ciudades europeas, es la fórmula del futuro.

La simple competencia solo nos garantiza tarifas bajas.

Pero ¿ a quien le interesan las tarifas bajas de servicios tercermundistas?

1 comentario:

Javier Lecanda dijo...

Interesante tema... y una noticia muy importante la de Telefónica, puesto que aunque parezca algo insignificante, la obra civil representa entre el 70 y 80% del coste de despliegue de redes de fibra óptica. Falta ver si el ahorrarse gran parte de este coste motivará a otros operadores a realizar sus propios despliegues.
No obstante, tengo mis dudas sobre si se debería de inmiscuir el gobierno... aunque hay casos muy positivos como Korea, creo que en España funcionaría algo más parecido al modelo americano de no intervención. Ya veremos que pasa...
Por lo pronto ya han salido las primeras reseñas del servicio y aunque con sus detalles de inmadurez, efectivamente la velocidad es alucinante y la latencia mínima.