miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Quién dijo ambición?

Si ayer hablábamos de Chrome, hoy volvemos a Google, bajo riesgo de parecer un blog monográfico. Y es que hoy he descubierto la existencia de Lively, el mundo virtual de Google. Parece ser que ya llevaba unas semanas ahí fuera, pero yo me entero ahora. O no le han dado mucha publicidad o es que las noticias en la Red tienen una vida realmente corta. Me decanto por la primera opción porque Lively no aparece como opción en la página de servicios de la compañía.

Un mundo virtual al estilo de Second Life, aunque orientado al chat. Cada usuario se crea su propio avatar, a su imagen y semejanza (o de la quien quiera), y monta una habitación, la cual decora como quiere en base a una serie de elementos posibles puestos a sus disposición por defecto. La gente se reúne en la sala y habla. Vaya, casi como en la vida real :-)


Como comentaba ayer, Google pone sus pies en todo aquello que huela a Internet. Los metaversos tienen mucho potencial, aunque aún no se ha dado con la tecla con ellos. Se han probado muchas iniciativas, pero cada una de ellas no son más que meros reflejos de cosas ya existentes. El día que se encuentre un uso realmente disruptivo, no me cabe la menor duda de que estos mundos pasarán a primer plano.

Y por eso Google quiere estar ahí desde el principio. Aunque en silencio, porque está claro que este servicio no es una de sus ventajas competitivas hoy en día. Es una forma de probar, testear las posibilidades de los universos virtuales, para no tener que empezar de cero cuando realmente haya que estar allí.


Obviamente, el potencial publicitario de una plataforma virtual de este tipo es increíble. Mucho más conocimiento del usuario, publicidad mucho mejor contextualizada y, sobre todo, mucho más interactiva y atractiva. Imagino las habitaciones virtuales de chat empapeladas con posters publicitarios donde cada usuario ve en su pantalla un adsense personalizado....

Google da miedo. Y aunque se sienta ofendido, es cierto cuando Microsoft dice que se está convirtiendo en un monopolio.

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