miércoles, 14 de julio de 2010

Los tumbos de Microsoft

Me tiene realmente sorprendido últimamente Microsoft y no precisamente para bien. De los pasos que han dado recientemente, pocos parecen haber ido bien encaminados y no consiguen encontrar el camino que les permita replicar el éxito de años pasados en los futuros.

Únicamente los productos que más rentas les están repostando en la actualidad, como son el Windows y el Office, consiguen mostrar un horizonte esperanzador. Windows 7 ha sido recibido con cierto éxito, en parte gracias a que ha cumplido todo aquello que Vista siempre prometió ser. Nada mejor que cumplir las expectativas creadas para vender tu producto. Y la suite de Office al fin ha "levantado el vuelo a la nube" en su versión 2010, funcionalidad que se venía haciendo necesaria desde hacía ya bastante tiempo. Ambas "vacas lecheras" se están mostrando fuertes pilares para las finanzas de Steve Ballmer.

El problema viene con todo lo demás. El sector de la telefonía móvil, clave en un futuro donde los ordenadores imperaran en las palmas de nuestras manos, no acaba de despegar. Claro ejemplo ha sido la reciente cancelación de los terminales Kin, tremendo e inesperado descalabro de la compañía, que no ha sabido suplir al mercado las necesidades de su público. Pero es que tampoco hay noticias del Windows Mobile SO ni de Zune, y cada día que pasa es un día más que los desarrolladores enriquecen otros ecosistemas como el de Apple o el Android.

Por otro lado, Apple presenta el iPad y concibe un nuevo dispositivo con el que llegar al usuario. Un nuevo impulso a las hasta ahora denostadas tabletas, que ya se intuía desde hacia meses y que se tenía que haber preparado mejor desde Microsoft. Sin embargo, a día de hoy nos encontramos con un proyecto llamado Courier, que pintaba muy bien, cancelado, y un partnership con HP cortado casi antes de empezar. Ahora anuncian alianzas con hasta 20 fabricantes para distribuir tabletas con Windows 7, pero la verdad es que pinta más a movimiento desesperado tratando de llegar al mercado como sea que a una iniciativa verdaderamente estratégica.

Podríamos seguir con el sector videojuegos, un mercado que no le va mal a Microsoft, a pesar de la fuerte competencia. Sin embargo, la última presentación de Kinect, su sistema de control sin mandos para la XBox, dejó dudas al presentar pocas novedades más allá del nombre frente al año pasado y anunciar un precio demasiado alto. Veremos qué pasa en la campaña de Navidad, porque un paso en falso puede arrastrar gran parte de la clientela a competidores como Sony y Nintendo.

Todas estas pistas a mí me llevan a pensar que algo gordo y problemático está ocurriendo dentro de Microsoft. Cuando una compañía alcanza ese tamaño todo se vuelve tan grande que, aún teniendo a los mejores a bordo, se vuelve muy difícil de gobernar y dirigir en una misma dirección. Surgen demasiadas opiniones, discrepancias, intereses, fronteras que proteger y jóvenes que quieren quitarte el mercado. Ya ha ocurrido en otros grandes imperios, como el Romano, y seguirá ocurriendo en la posteridad. Como en Microsoft no espabilen, podrían ser ellos los próximos en escribir una página en los anales de la historia.

1 comentario:

Antonio Cordón dijo...

El problema es que el modelo Microsoft se ha quedado atrás y aunque tendrá su nicho, no es ya la opción principal.

Esa es la de Apple.

Es una venganza de la historia.