Me manda un amigo un chiste zapateril, que dice: para los chinos 2009 fue el año del mono y 2010 el del tigre. Felices ellos que pueden cambiar cada año de animal, no como nosotros que llevamos seis años con un burro.
Como dentro del PSOE ya comienzan a elevarse, aunque tímidamente, algunas voces sobre nuestro querido procer, y como en el exterior la gente se pone cada vez mas nerviosa con el dontancredismo zapateril en medio de la tormenta, creo que conviene añadir un poco de insignificante presión, como la que se puede hacer desde un blog, para ver si entre todos llevamos a algunos a la conclusión de que esto no puede seguir así.
Verdaderamente hemos tenido mala suerte de que en una coyuntura como la actual ocupe la presidencia del gobierno alguien tan vacío de contenido como Rodriguez Zapatero.
Alguien que no comprende que gobernar no consiste en sonreir y quedar bien con todo el mundo, sino evaluar opciones y tomar decisiones por el bien del país, siente mal a quien sea.
Zapatero no ha asimilado la crisis ni comprende que ha llegado el momento de hacer bajar el insensato soufflé del estado del bienestar español, basado en la peregrina idea de que un país sin grandes recursos sea capaz de garantizar prestaciones al nivel de los países con mas ingresos.
Zapatero solo podría ser presidente de la arcadia feliz, un mundo pastoril en el que reinase la alegría y la compasión, como aquel en que los padres del Sidharta Gautama pretendían aislar al futuro Buda de la triste realidad de la vida.
Y cuando se ha derrumbado el muro que separaba la arcadia de ese mundo real, Zapatero en lugar de marcharse a hacer meditación debajo de un árbol, ha querido seguir como si nada pasara.
Así anuncia medidas pero no las pone en marcha, (pensiones, cajas de ahorro), inicia otras pero las entierra (la reforma laboral), y sigue con sus fantasías mesiánicas de cooperación internacional y ultra-feminismo, que son su último refugio.
Desde luego el no es culpable de todo lo que pasa.
Recomiendo la lectura del Informe Recarte 2: el desmoronamiento de España, de Alberto Recarte, que es mucho menos radical de lo que podría parecer por las connotaciones políticas de su autor, (Libertad Digital), y una descripción desoladora, por lo real, de lo que nos pasa y porqué hemos llegado hasta aquí.
Zapatero no es el autor del desaguisado de las autonomías, ni de la burbuja de la construcción, que tienen en mi opinión su origen en la falta de inteligencia de nuestra clase dirigente, y en el hambre atrasada de tantos que han visto en el ladrillo la oportunidad de hacerse ricos sin tener que estudiar ni que esforzarse.
Pero Zapatero es culpable del despilfarro de los ahorros del país, y de no haber tomado las medidas que ahora nos van a imponer desde la UE.
Y el PSOE es culpable de haber propuesto como candidato a presidente a alguien tan falto de capacidades e incluso de sentido común.
Como Solbes es culpable por no haber dicho la verdad cuando se fue.
Y todos somos culpables por no decir hasta aquí hemos llegado.
La democracia consiste también en poder decir hasta aquí hemos llegado.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Sigue la tormenta
Publicado por Antonio Cordón a las 11:02
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