miércoles, 4 de febrero de 2009

La parafernalia de los Goya

El domingo pasado se celebró la gala del cine español donde se premia a los trabajadores del cine español. Claro, sabiendo quién paga a toda esta gente uno se podía hacer a la idea de cómo iba a ir la cosa, y la verdad es que cumplieron bastante bien con el guión previsto. Cuando el cine español hace aguas en las salas de exhibición, el "negocio" sólo es viable gracias a las subvenciones, así que desde el minuto uno todo fue criminalización del pueblo a causa de las descargas y exaltación del Ministerio de Cultura.

Claro, la Red no tardó en saltar, alegando principalmente que las descargas de películas españolas son nimias. La relación entre entradas de cine vendidas y descargas desde Internet suele mantener una relación directa y en este caso también se cumple. Si poca gente va al cine a ver la última españolada, espera pocas descargas. Porque no hay un razonamiento más falso que pensar que una descarga equivale a una entrada no vendida, por mucho que se empeñen en que es así.

Hoy también leo que el Gobierno va a destinar 75 millones de € a financiar el cine español, aunque si leemos la noticia completa no es exactamente así. De todas formas, en los tiempos de crisis que vivimos, destinar más dinero a subvencionar un cine que no es capaz de ser por sí mismo se merece la mayor de las críticas.


Más aún, cuando veo este gráfico obtenido de Soitu donde se ve claramente que las películas españolas han pasado de 46 producciones en 1998 a 126 en 2008 (¡un crecimiento de más del 150%!), se entienden muchas cosas. Se entiende que un país de 45 millones de habitantes no puede estrenar más de 2 películas cada semana del año. Se entiende que toda la gente que hace esas películas no vive de las entradas, sino de las subvenciones. Se entiende que alguien ha descubierto que se puede hace mucho dinero a través de esas subvenciones, independientemente de la calidad de la cinta. Se entiende que a ese mismo alguien le duele que las subvenciones puedan disminuir a raíz de la crisis.

En fin, que menos criticar a los españolitos y más pensar en qué nos gusta ver en el cine, que no lo olvidemos, es arte, pero no deja de ser un negocio que debe cuidar a su cliente. Un negocio que debe ser rentable por sí mismo, y no a base de mis impuestos. Ni, ya puestos, de ese pico que han de aportar también todas las cadenas privadas de emisión en abierto. ¿Por qué?

1 comentario:

Javier Lecanda dijo...

Creo que tienes toda la razón... al final es negocio, y si tu cliente es el gobierno a través de subvenciones, a quien le importa si la película es buena o no?
Además, y lo más preocupante, es que parece ser que a los españoles se les ha olvidado que hacer en tiempo de crisis. Cuando sobra el dinero me parece perfecto que se promuevan actividades culturales, pero cuando el paro sube enormemente, no sería mejor invertir esos millones de euros en algo más productivo?? Ahh no, que eso en política se oye muy feo claro, mejor que nos cargue la chingada :P