La actitud de los españoles ante los problemas, internos y externos, que nos afectan es la de "pasar".
Pasamos de los insultos de los nacionalistas catalanes y vascongados. Pasamos de las amenazas de los yihadistas. Pasamos de los robos y golfadas de los gitanos del este. Pasamos de las trapacerías de nuestra clase política. Pasamos de cuidar nuestra naturaleza. Pasamos de pensar en nuestro futuro.
Y después, y en breves episodios de locura, nos volvemos unos salvajes sanguinarios y somos capaces de las mayores barbaridades.
En los últimos cien años hemos ignorado las grandes citas de la historia y no hemos estado junto al resto de los europeos en la defensa de la libertad o en la defensa de la raza superior. (Cada cual en lo suyo).
Tenemos un ejército menguante al que enviamos en misiones "de paz", es decir a llevar mujeres y niños al hospital o a ayudar a plantar patatas.
Los islamistas nos vuelan varios trenes en Madrid y lo único que se nos ocurre es glorificar a las víctimas, en una estrategia suicida ya emprendida en tiempos de la ETA.
Aquí un héroe es un señor o señora que va a trabajar escuchando la radio y le vuelan en pedacitos, o un soldado que conduciendo por carreteras extrañas se pega un leñazo y se mata.
Aquí se ensalza el buen talante zapateril o las gilitonteces de Pablo Iglesias.
Aquí hemos llegado a dar por bueno el tener una juventud embotada por el alcohol y que no piensa mas que en bailar y emborracharse.
Aquí lo que se lleva es pasar.
Pasar de nuestras obligaciones y deberes. Pasar de nuestra dignidad. Pasar de defender nuestro futuro.
Y eso si. Buscar de vez en cuando un chivo expiatorio.
La reciente "decisión" del gobierno de no estar con los que se van a enfrentar al Califato Islámico es una verguenza nacional.
Comprensible porque saben los estrategas gubernamentales que si apoyasen esa acción, todos los memos de España, que son legión, comenzarían las consabidas marchas del "no a la guerra" y "nunca mais", y se armaría la de diosescristo.
Los que no son capaces de manifestarse en defensa de su país, son perfectamente capaces de hacerlo a favor de los palestinos o los asesinos del ISIS.
Ese es el país que tenemos.
Gastamos nuestras mejores energías en odiarnos a nosotros mismos y no nos queda nada para mirar hacia afuera del murallón de ignorancia que hemos creadoa nuestro alrededor.
Cobardes e ignorantes. Rastreros y catetos. Viles y villanos.
Nos merecemos todo lo que nos pasa y lo que nos va a pasar.
martes, 9 de septiembre de 2014
La cobardía
Publicado por Antonio Cordón a las 11:17
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