martes, 16 de septiembre de 2014

La evolución y los "mercados", o como nos toman el pelo.

A mi me parece que el anuncio de la compra de Jazztel por parte de Orange es una demostración mas de como el capitalismo en España es una tomadura de pelo en la que desde luego no rigen las leyes del mercado ni tampoco de la evolución de los más aptos.

¡Hay que ver cuantos se han enriquecido con el remedo de liberalización que ha tenido lugar en las telecomunicaciones españolas!

Y que poco ha redundado en ofrecer un servicio más rico y barato a los ciudadanos.

Solo ahora, cuando Telefónica ha comenzado a desplegar finalmente la red de fibra, comenzamos a disponer de banda ancha de verdad.

Y en los móviles, donde las inversiones se reducen cada año, la calidad del servicio es bastante regular, por no decir mala, pero eso si, pagada a precios mas que estimables.

Los operadores compiten, eso si, a la hora de llamarte por teléfono para ofrecerte disparatadas combinaciones cuyo resultado es que aunque aparentemente vas a pagar menos en realidad pagarás más.

Pero por lo menos ya van quedando menos. Moribundo Yoigo, solo quedarán Telefónica, Vodafone y Orange. Los tres operadores que salieron de la big-bang de la telefonía móvil.

Los tres van de la manita en lo que ofrecen y en lo que cobran y ya tienen claro que su enemigo son los de internet, y que no pueden molestar al cliente con ofertas imaginativas o simplemente ventajosas, por que aquí de lo que se trata es de ganar mucho dinero.

Es lo mismo que cuando había monopolios estatales, solo que entonces se llevaba la pasta el estado y ahora son unos cuantos particulares.

Los intentos europeos de liberalizar han quedado en un manifiesta mejora del patrimonio de algunas personas que consiguieron las licencias pertinentes. Licencias jurídicas y también cortesanas.

Me gustaría que alguien me explicase en que se diferencia el servicio que dan estos operadores.

Es como si todos los restaurantes diesen la misma comida.

La por otra parte delirante estrategia liberalizadora caracterizada por obligar a los que disponen de los recursos a ponerlos a disposición de sus competidores ha llevado a esta situación de encefalograma plano en que nos movemos, donde la innovación es nula y la única forma de crecer es comprar mercado comprando competidores.

Así que no solo no vamos hacia adelante sino que lo hacemos hacia detrás como los cangrejos en una secuencia evolutiva inversa y una tergiversación de las leyes del mercado en la que la voluntad del cliente es suplantada por los tejemanejes de los que se han colocado en el sitio preciso gracias a sus posiciones de privilegio.

No es que Jazztel fuese una operación seria, ni que nunca se propusiese competir de verdad, (excepto tal vez en la imaginación de Martin Warzasky), pero ahora mucho me temo que el mundo de las telecos españolas se encamina hacia el aburrimiento de un negocio maduro en el que cada vez trabajará menos gente.

Ojalá me equivoque.  

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