lunes, 8 de septiembre de 2014

¡Que tiempos aquellos!

Este pasado fin de semana se han cumplido ¡50 años! de la llegada de la canción You really got me del grupo The Kinks al número uno del Hit Parade británico.

La enormidad de la cifra me ha dejado helado.

¡Que mundo mas diferente era aquel y que impacto tuvieron esas canciones en el cambio que se avecinaba!

Porque en 1964 el mundo era todavía muy diferente. De hecho esas canciones apenas recibían atención de los medios de comunicación. En España, por supuesto, las emisoras de radio estaban todavía centradas en las novelas radiofónicas, y si se emitía música esta era de Juanita Reina o de Concha Piquer, tal vez una canción italiana o francesa, y se hablaba de estos grupos que aparecían como una extravagancia impropia de alterar los valores patrios.

Pero es que en la propia Inglaterra la BBC que entonces era un monopolio tampoco las programaba, y eran unas emisoras "piratas" que emitían desde aguas internacionales las que se dedicaban a este nuevo tipo de música.

En el mundo gris que había salido de la guerra, las canciones primeras de los Beatles, Rolling Stones o Kinks, eran como unos missiles de alegría que explotaban en medio de unas sociedades donde imperaba la formalidad y el orden patriarcal.

Los discos pasaban de mano en mano y se escuchaban en los primeros guateques. Los mas afortunados los compraban en Londres y los enseñaban como un tesoro.

Pero cuando los jóvenes y no tan jóvenes comenzaron a escuchar aquellas canciones ya no hubo marcha atrás.

Fue como una señal que la gente hubiese estado esperando con ansiedad para salir de la depresión de los racionamientos y las corbatas.

Creo que ni los propios músicos pudieron darse cuenta cabal de las consecuencias de unas canciones que solo aspiraban a replicar en Europa lo que había sucedido en los USA con la generación de los Elvis, Chuck Berry, etc. (Que fueron los primeros que alteraron el oreden establecido aunque todavía con el pelo corto y sin salirse de los circuitos de las salas de baile).

The Kinks y todo el movimiento musical británico alteraban el equilibrio con nuevas formas de vestir, de llevar el pelo, y sobre todo de vivir.

Era como decir: hasta aquí hemos llegado y ahora vamos a ser nosotros los que digamos como hay que vivir.

La BBC tuvo que rendirse y comenzar a programar el nuevo movimiento musical. La industria comprendió que ahí había un negocio fenomenal. La prensa comenzó a hablar del tema y cuando The Beatles aparecieron en el programa de Ed Sullivan se produjo un terremoto que todavía se nota.

Los gobiernos no sabían que hacer con un fenómeno que se había convertido en movimientos de masas sin precedentes y que no reivindicaba nada sino el fin de la seriedad.

Yo no se si la revolución de los sesenta fue provocada por las canciones o si era algo que anidaba en las nuevas generaciones que no había vivido la guerra y estaban hartas de tanta autoridad.

Tal vez solo fue que el incremento en el nivel de vida trajo unas ansias enormes de liberación.

Pero creo que hoy es muy dificil comprender la alegría que sentíamos al escuchar por primera vez una canción como You really got me.

Y como nos sugería que la realidad en que todavía vivíamos era injusta e insoportable.

   

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