martes, 2 de septiembre de 2014

Polémicas veraniegas

Veo con cierto asombro que una de las polémicas de este verano es la existencia de fotos "selfies", o en todo caso privadas, de actrices del momento que posan sin ropa o en momentos de "intimidad".

Me parece una polémica impostada y que nunca podremos saber hasta que punto no está manipulada por los genios de la publicidad y el marketing que anidan en Holywood y aledaños.

Cuanto mas se lee sobre los manejos de esa gente en la época "clasica", y que incluye historias "de amor" que han pasado a la posteridad como "ideales" siendo más falsas que los billetes del timo de la estampita, mas se tiende al escepticismo en este campo siempre resbaladizo del estrellato.

Si el "idilio" entre una lesbiana radical como Katherine Hepburn y un homosexual, alcoholíco e impotente, como Spencer Tracy, ha hecho correr rios de tinta no solo por el amor en si sino por la imposiblidad de la pareja para casarse debido a que él era católico y estaba casado, ¿que podremos imaginar que no pueden inventarse en esos despachos con vistas californianas, gentes inteligentes y carentes de cualquier escrúpulo?

Como en el caso Tracy-Hepburn, de lo que se trata no es solamente de presentar el caso sino de provocar la polémica: ¿debía Tracy abandonar a su legítima por el "amor de su vida" Hepburn?, ¿debía ésta "salir" publicamente con un hombre casado?

Los jóvenes de la generación internet puede que no conozcan este "affaire", pero si puede que reconozcan los signos de las polémicas artificiales en muchos de los blogs e informaciones periodísticas que se refieren a esta "noticia". ¿Tienen derecho las mujeres a hacerse fotos desnudas si les apetece? ¿Se puede acusar a las mujeres de descoque por estas fotos? ¿justifica la indiscrección el despliegue malintencionado?

La cuestión es que es lo que hay detrás.

En el cado Tracy-Hepburn estaba claro: llevar a las masas a ver las películas que protagonizó la pareja, y que la verdad es que eran muy buenas, porque al margen de la sexualidad de ambos, la cosa es que efectivamente entre la joven Hepburn con su aire de mujer aristocrática de la costa este, y el maduro Tracy con su aire de buen hombre-medio-americano, había química.

No estoy seguro de lo que pretenden los publicistas de ahora, porque las películas pasan a tal velocidad que no da tiempo a seguirlas, y las estrellas se suceden en el podio de la fama sin que dejen rastro en el imaginario público.

En cuanto al desnudo en si, no veo que nada pueda llamar la atención.

Las cantantes se dan a conocer por su capacidad de mover el culo. La televisión por cable ha abierto la puerta al desnudo y este se ha hecho casi omnipresente en las series para adultos, en la playa los bañadores son cada vez mas escuetos. En la ciudad las chicas visten como las vedetes de los años sesenta salían al escenario.

No es que me parezca mal, es que en ese contexto las fotos selfies y los videos "robados" me parecen de una ingenuidad atronadora.

En todo caso prefiero ver los pechos de una estrella que no el degollamiento de un periodista por parte de un simpático islamista.

¡Estos chicos del turbante si que saben crear polémica!

      

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