La televisión es el centro de entretenimiento familiar por excelencia. Y más ahora, que los videojuegos están abandonando el PC para pasarse a las consolas de salón.
En esta batalla, al final, el que tiene más poder, como casi siempre, es el que se encuentra más cerca del usuario. Esto tiene dos lecturas, ya que se puede ser el más cercano por ser el que provee el servicio o por ser el que provee el hardware. Normalmente estos últimos tratan de no ser meros canales conductores, y mueven sus fichas para que así no sea.
Por un lado leo que Microsoft ha cerrado un acuerdo con Netflix para que esta compañía distribuya películas vía streaming a través de la X-Box. Primera muestra de que Microsoft quiere incluir mayor valor añadido en su producto y para ello se alía con una compañía especializada en el "alquiler" virtual de películas. Un combo destinado a atraer a los usuarios y, de alguna manera, tener un cierto nivel de control en la oferta que les llega.
También leo como Samsung no se quiere quedar atrás. Estos no tienen videoconsolas pero sí que están destacando últimamente en un producto más importante: la televisión. Samsung MediaLive permite conectar la TV con el ordenador (que ha de correr bajo Windows Vista, otra vez Microsoft, que quiere salir victorioso de esta guerra gane quien gane), y así disponer de un media center en el salón para reproducir música, películas, fotos, etc.
Aquí nadie quiere perder, y todos quieren cobrar la máxima importancia. La guerra hace extraños compañeros de cama y alianzas totalmente impensables hace unos pocos años ahora cobran más sentido que nunca. Es el momento de estar en el salón del consumidor, y el último en llegar se quedará sin cena.
En esta batalla, al final, el que tiene más poder, como casi siempre, es el que se encuentra más cerca del usuario. Esto tiene dos lecturas, ya que se puede ser el más cercano por ser el que provee el servicio o por ser el que provee el hardware. Normalmente estos últimos tratan de no ser meros canales conductores, y mueven sus fichas para que así no sea.
Por un lado leo que Microsoft ha cerrado un acuerdo con Netflix para que esta compañía distribuya películas vía streaming a través de la X-Box. Primera muestra de que Microsoft quiere incluir mayor valor añadido en su producto y para ello se alía con una compañía especializada en el "alquiler" virtual de películas. Un combo destinado a atraer a los usuarios y, de alguna manera, tener un cierto nivel de control en la oferta que les llega.
También leo como Samsung no se quiere quedar atrás. Estos no tienen videoconsolas pero sí que están destacando últimamente en un producto más importante: la televisión. Samsung MediaLive permite conectar la TV con el ordenador (que ha de correr bajo Windows Vista, otra vez Microsoft, que quiere salir victorioso de esta guerra gane quien gane), y así disponer de un media center en el salón para reproducir música, películas, fotos, etc.
Aquí nadie quiere perder, y todos quieren cobrar la máxima importancia. La guerra hace extraños compañeros de cama y alianzas totalmente impensables hace unos pocos años ahora cobran más sentido que nunca. Es el momento de estar en el salón del consumidor, y el último en llegar se quedará sin cena.
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