Jesse Alexander resulta ser un productor de televisión que, entre otros contenidos, ha puesto pasta para series como Heroes y Lost, dos de las mejores historias contadas en los últimos años en la pantalla pequeña.
Resulta que la gente se ha llegado a descargar hasta 10 millones de veces algunos de los episodios de estas series y a Jesse, en vez de enfurecerle como nos hacen creer que debería pasar, le alegra. Le gusta porque entiende que no se está perdiendo televidentes, sino que se están ganando una comunidad de fans y están regando el fenómeno del marketing boca a boca; o teclado a teclado, mejor dicho, para adaptar la expresión a la red.
Obviamente este Jesse no es la voz de todos los productores, y probablemente ni siquiera sea muy relevante en el mundillo. Pero sí que expresa en voz alta una idea que poco a poco se empieza a extender: existe una demanda de TV online interactiva y supone una oportunidad grandiosa. Sólo hay que aprender cómo aprovecharla.
Resulta que la gente se ha llegado a descargar hasta 10 millones de veces algunos de los episodios de estas series y a Jesse, en vez de enfurecerle como nos hacen creer que debería pasar, le alegra. Le gusta porque entiende que no se está perdiendo televidentes, sino que se están ganando una comunidad de fans y están regando el fenómeno del marketing boca a boca; o teclado a teclado, mejor dicho, para adaptar la expresión a la red.
Obviamente este Jesse no es la voz de todos los productores, y probablemente ni siquiera sea muy relevante en el mundillo. Pero sí que expresa en voz alta una idea que poco a poco se empieza a extender: existe una demanda de TV online interactiva y supone una oportunidad grandiosa. Sólo hay que aprender cómo aprovecharla.
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