A base de golpe y porrazo conseguí entender hace algo más de un año la verdad detrás del concepto de calidad. Cabezota que es uno.... El ejemplo más claro es el del boli Bic, el de toda la vida que todos hemos usado en algún momento. Es un boli simple, sencillo, que pinta y poco más. Pero sobre todo, barato. No se le puede pedir más, pero es que no está hecho para pedirle más. Es un utensilio de escritura que cumple con su propósito con una alta calidad.
Ahora leo que la marca Bic va a relacionarse también con una gama de móviles baratos y eficientes. Para llamar y mandar algún mensaje, con un saldo precargado y la batería cargada. Para usar y tirar, vaya.
Ante esto yo me planteo lo rápido que se ha convertido el concepto de móvil en una commodity, hasta el punto de buscar modelos de competencia basados en ofrecer calidad a precio casi de coste. El momento ha llegado muy rápido, y creo que Bic puede acertar con este modelo de negocio. Con un segmento objetivo de personas que requieran el móvil en contadas ocasiones, espacio hay para hacer algo de dinero.
Eso sí, siempre siguiendo la política de Bic. Ofreciendo calidad en el producto. Lo cual no está reñido con que éste sea simple, sencillo y barato. Pero, si sirve para llamar, ¿quién pide más?
Ahora leo que la marca Bic va a relacionarse también con una gama de móviles baratos y eficientes. Para llamar y mandar algún mensaje, con un saldo precargado y la batería cargada. Para usar y tirar, vaya.
Ante esto yo me planteo lo rápido que se ha convertido el concepto de móvil en una commodity, hasta el punto de buscar modelos de competencia basados en ofrecer calidad a precio casi de coste. El momento ha llegado muy rápido, y creo que Bic puede acertar con este modelo de negocio. Con un segmento objetivo de personas que requieran el móvil en contadas ocasiones, espacio hay para hacer algo de dinero.
Eso sí, siempre siguiendo la política de Bic. Ofreciendo calidad en el producto. Lo cual no está reñido con que éste sea simple, sencillo y barato. Pero, si sirve para llamar, ¿quién pide más?
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