El otro día comentaba las atrocidades que tanto Cuatro como Tele5 comenten contra sus consumidores, en pro de ganar unos cuantos euros más. Hoy retomo este tema, para ofrecer un par de apuntes más basados en lecturas recientes.
Empezando por Cuatro, los cuales pudieron presumir ayer de tener los anuncios más vistos de la historia. Y yo me pregunto, ¿puede ser esta afirmación cierta? ¿Alguien vio esos anuncios? Y si alguien lo hizo, qué sentimiento generaron, ¿empatía hacia el producto promocionado u odio hacia la marca que le niega ver a su selección celebrar el pase a semifinales?
Es que es absurdo que los anunciantes celebren tener tantos supuestos impactos, porque la afirmación de Cuatro es una falacia. Como bien comenta Enrique Dans en su blog, la gente hace de todo mientras duran los anuncios menos prestarles atención. Para demostrarlo él se basa en una pequeña muestra de estadísticas de conexiones a redes sociales que subían en los parones de juego. Es un ejemplo no representativo de todo el universo, pero creo que refleja la realidad. Yo mismo recuerdo recurrir al portátil en los descansos.
Está claro que los contenidos hay que pagarlos. No puede ser que queramos todo gratis, y que encima nos moleste la publicidad. Pero es que tengo la sensación de que en este caso los anunciantes pueden estar muy contentos, y los consumidores seguro que no lo estamos. Cuatro, como plataforma interfaz entre ambos bandos, está en una posición cuanto menos peliaguda.
¿Qué hacer? ¿No rentabilizar el producto con publicidad cuando la audiencia es más alta? ¿O quemar tu imagen de marca, que luego hay que rescatar montando numeritos en la Plaza de Colón? ¿Satisfacer al cliente o a los consumidores?
Porque la realidad es que la publicidad interruptiva en la TV cada vez tiene menos efecto sobre las nuevas generaciones. Toda esta industria tiene que cambiar, desde los modelos de contenidos hasta su monetización. Yo, sinceramente, no sé cuál es la respuesta para el dilema de Cuatro, pero sí que sé que espero y deseo que mañana, de darse la ocasión, no tropiece con la misma piedra.
Mañana, comento más sobre Tele5.
¡Ah, por cierto! Para todos aquellos que no lo pudimos ver, y gracias a Youtube, aquí tenemos la celebración que Cuatro nos robó :-)
Empezando por Cuatro, los cuales pudieron presumir ayer de tener los anuncios más vistos de la historia. Y yo me pregunto, ¿puede ser esta afirmación cierta? ¿Alguien vio esos anuncios? Y si alguien lo hizo, qué sentimiento generaron, ¿empatía hacia el producto promocionado u odio hacia la marca que le niega ver a su selección celebrar el pase a semifinales?
Es que es absurdo que los anunciantes celebren tener tantos supuestos impactos, porque la afirmación de Cuatro es una falacia. Como bien comenta Enrique Dans en su blog, la gente hace de todo mientras duran los anuncios menos prestarles atención. Para demostrarlo él se basa en una pequeña muestra de estadísticas de conexiones a redes sociales que subían en los parones de juego. Es un ejemplo no representativo de todo el universo, pero creo que refleja la realidad. Yo mismo recuerdo recurrir al portátil en los descansos.
Está claro que los contenidos hay que pagarlos. No puede ser que queramos todo gratis, y que encima nos moleste la publicidad. Pero es que tengo la sensación de que en este caso los anunciantes pueden estar muy contentos, y los consumidores seguro que no lo estamos. Cuatro, como plataforma interfaz entre ambos bandos, está en una posición cuanto menos peliaguda.
¿Qué hacer? ¿No rentabilizar el producto con publicidad cuando la audiencia es más alta? ¿O quemar tu imagen de marca, que luego hay que rescatar montando numeritos en la Plaza de Colón? ¿Satisfacer al cliente o a los consumidores?
Porque la realidad es que la publicidad interruptiva en la TV cada vez tiene menos efecto sobre las nuevas generaciones. Toda esta industria tiene que cambiar, desde los modelos de contenidos hasta su monetización. Yo, sinceramente, no sé cuál es la respuesta para el dilema de Cuatro, pero sí que sé que espero y deseo que mañana, de darse la ocasión, no tropiece con la misma piedra.
Mañana, comento más sobre Tele5.
¡Ah, por cierto! Para todos aquellos que no lo pudimos ver, y gracias a Youtube, aquí tenemos la celebración que Cuatro nos robó :-)
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