A través del blog de Jesús Encinar y de un artículo de The Economist, ambos compartiendo la misma conclusión, llego a una idea interesantísima. En un mercado de innumerables opciones, como es del los contenidos, cabría suponer que la atomización de la demanda marca un horizonte donde no tienen cabida los grades super-éxitos. No obstante, fenómenos como Avatar o el Código Da Vinci cosechan grandes resultados por todo el globo, echando por tierra estas hipótesis... ¿O no? Quizá lo que falta es un corolario..
Y es que todo apunta a que tanto la larga cola como los súper-ventas irán acaparando cada vez mayor cuota de mercado, extremando la demanda. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí dejo un gráfico tomado prestado directamente del blog de Jesús:
Donde el eje de las X's se correspondería con la popularidad y el de las Y's con las ventas alcanzadas. Como se puede apreciar en esta predicción, el crecimiento de los productos menos populares no será a costa de los más exitosos (cómo se supone tradicionalmente). Todo lo contrario, éstos también crecerán. Los verdaderos perdedores son los que se encuentran en medio; los que no llegan a ser grandes éxitos, pero tampoco forman parte del top 10 de pequeños nichos de mercado; los que pasan sin pena ni gloria y acaban olvidados en el gran océano de posibilidades.
Cada vez más opciones de entretenimiento ahí fuera, y la tarta de la atención de los consumidores permanece inmutable. Tocan más a repartirse lo mismo, y la pelea es encarnizada. Una lucha que se caracteriza por 2 factores comentados por Jesús. El primero de ellos, el efecto social y externalidad de red, mediante el que las ideas, opiniones y comentarios se extienden como la pólvora, haciendo mucho más fácil que se conozcan los grandes bombazos y que las pequeñas comunidades compartan sus "joyas" particulares.
El segundo factor es la globalización, cada vez más real, mediante la cual se puede acceder a un contenido o comprar un producto desde casi cualquier parte del mundo, eliminando barreras geográficas que antes se alzaban como muros inexorables, impidiendo conocer lo que había al otro lado. De nuevo, los bombazos ahora llegan a serlo a nivel mundial, y las pequeñas comunidades tejen sus redes sorteando océanos y montañas.
Conclusión rápida: si tienes un contenido, producto o servicio, asegúrate de que sea un exitazo a nivel mundial (para lo que casi con toda seguridad necesitarás una alta inversión) o céntrate en un pequeño nicho de mercado, ya sea geográfico, ideológico, basado en gustos, etc. Si no, acabarás cayendo en el curioso fondo de la indiferencia, que cuanto más lleno está, más profundo es.
Y es que todo apunta a que tanto la larga cola como los súper-ventas irán acaparando cada vez mayor cuota de mercado, extremando la demanda. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí dejo un gráfico tomado prestado directamente del blog de Jesús:
Donde el eje de las X's se correspondería con la popularidad y el de las Y's con las ventas alcanzadas. Como se puede apreciar en esta predicción, el crecimiento de los productos menos populares no será a costa de los más exitosos (cómo se supone tradicionalmente). Todo lo contrario, éstos también crecerán. Los verdaderos perdedores son los que se encuentran en medio; los que no llegan a ser grandes éxitos, pero tampoco forman parte del top 10 de pequeños nichos de mercado; los que pasan sin pena ni gloria y acaban olvidados en el gran océano de posibilidades.
Cada vez más opciones de entretenimiento ahí fuera, y la tarta de la atención de los consumidores permanece inmutable. Tocan más a repartirse lo mismo, y la pelea es encarnizada. Una lucha que se caracteriza por 2 factores comentados por Jesús. El primero de ellos, el efecto social y externalidad de red, mediante el que las ideas, opiniones y comentarios se extienden como la pólvora, haciendo mucho más fácil que se conozcan los grandes bombazos y que las pequeñas comunidades compartan sus "joyas" particulares.
El segundo factor es la globalización, cada vez más real, mediante la cual se puede acceder a un contenido o comprar un producto desde casi cualquier parte del mundo, eliminando barreras geográficas que antes se alzaban como muros inexorables, impidiendo conocer lo que había al otro lado. De nuevo, los bombazos ahora llegan a serlo a nivel mundial, y las pequeñas comunidades tejen sus redes sorteando océanos y montañas.
Conclusión rápida: si tienes un contenido, producto o servicio, asegúrate de que sea un exitazo a nivel mundial (para lo que casi con toda seguridad necesitarás una alta inversión) o céntrate en un pequeño nicho de mercado, ya sea geográfico, ideológico, basado en gustos, etc. Si no, acabarás cayendo en el curioso fondo de la indiferencia, que cuanto más lleno está, más profundo es.
1 comentario:
Esto es de cajón.
En el mundo globalizado se producen productos de impacto global, como Avatar, o como Perdidos, que sencillamente barren.
Y luego queda sitio para lo local que tampoco desaparece.
Contra mas nos igualemos mas cierto será.
El Real Madrid y el Barcelona se lo llevan todo. El Atleti lo tiene dificil.
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