El Kindle es a día de hoy el lector de libros electrónico más importante del mercado. Pese a disponer de un aspecto no especialmente bonito (no puedo con ese teclado QWERTY), el hecho de tener como apoyo la mayor librería virtual del mundo hace que los usuarios la hayan elegido como la mejor solución completa para leer ebooks.
Ahora, Amazon ha hecho crecer un poco más su ecosistema Kindle mediante el lanzamiento de un KDK (Kindle Development Kit), para el desarrollo de aplicaciones de terceros que sean ejecutables en el propio dispositivo. La idea es ofrecer una solución más completa al consumidor, una plataforma que ofrezca un valor más allá de la propia lectura de ebooks, que complemente la experiencia y que ensanche el alcance del lector.
Teniendo en cuenta que el Kindle funciona con tinta electrónica, dudo de la verdadera potencia del KDK. Si bien esta tecnología tiene sus muchas ventajas a la hora de permitir la lectura (cansa menos la vista, consume menos energía...), le veo unos cuantos inconvenientes difíciles de sortear en el desarrollo de aplicaciones (sólo blanco y negro, no tiene pantalla táctil). Supongo que la idea será enfocarse en aplicaciones eminentemente estáticas, como Sudokus o sopas de letras, descartando competir en gráficos o animaciones.
La verdadera clave de la inclusión de las aplicaciones en el ecosistema Kindle creo que radica en el conocimiento de Amazon de que el ereader es tan sólo un paso intermedio. Es una propuesta (ni mucho menos la primera) de llenar ese hueco que se abre entre los terminales de una sola mano (es decir, móviles) y los terminales de regazo (es decir, portátiles, laptops). Una propuesta muy enfocada a un uso concreto, como es el de la lectura, pero del que dentro de pocos años no podrá subsistir. Por la esquina asoman potentes tablets que amenazan con invadir ese mismo hueco y que permitirán, entre muchas otras cosas, la lectura de ebooks.
¿Quiere decir eso que los ereaders desaparecerán? No. Quiere decir que igual que el iPhone está reduciendo el mercado de los iPods, los lectores electrónicos tienen su vida de éxitos acotada desde su mismo nacimiento. Ambos, iPods y ereaders, verán reducidos sus mercados a nichos.
Por ello Amazon se apresura para crear valor sobre el ecosistema, no sobre el terminal. Porque sabe que este será irremediablemente sustituido por otros más potentes que vengan detrás. El momento de hacerlo es ahora, anticipándose al futuro, creándolo, no dejándose pillar por él. Gran maniobra de los chicos de Amazon.
Ahora, Amazon ha hecho crecer un poco más su ecosistema Kindle mediante el lanzamiento de un KDK (Kindle Development Kit), para el desarrollo de aplicaciones de terceros que sean ejecutables en el propio dispositivo. La idea es ofrecer una solución más completa al consumidor, una plataforma que ofrezca un valor más allá de la propia lectura de ebooks, que complemente la experiencia y que ensanche el alcance del lector.
Teniendo en cuenta que el Kindle funciona con tinta electrónica, dudo de la verdadera potencia del KDK. Si bien esta tecnología tiene sus muchas ventajas a la hora de permitir la lectura (cansa menos la vista, consume menos energía...), le veo unos cuantos inconvenientes difíciles de sortear en el desarrollo de aplicaciones (sólo blanco y negro, no tiene pantalla táctil). Supongo que la idea será enfocarse en aplicaciones eminentemente estáticas, como Sudokus o sopas de letras, descartando competir en gráficos o animaciones.
La verdadera clave de la inclusión de las aplicaciones en el ecosistema Kindle creo que radica en el conocimiento de Amazon de que el ereader es tan sólo un paso intermedio. Es una propuesta (ni mucho menos la primera) de llenar ese hueco que se abre entre los terminales de una sola mano (es decir, móviles) y los terminales de regazo (es decir, portátiles, laptops). Una propuesta muy enfocada a un uso concreto, como es el de la lectura, pero del que dentro de pocos años no podrá subsistir. Por la esquina asoman potentes tablets que amenazan con invadir ese mismo hueco y que permitirán, entre muchas otras cosas, la lectura de ebooks.
¿Quiere decir eso que los ereaders desaparecerán? No. Quiere decir que igual que el iPhone está reduciendo el mercado de los iPods, los lectores electrónicos tienen su vida de éxitos acotada desde su mismo nacimiento. Ambos, iPods y ereaders, verán reducidos sus mercados a nichos.
Por ello Amazon se apresura para crear valor sobre el ecosistema, no sobre el terminal. Porque sabe que este será irremediablemente sustituido por otros más potentes que vengan detrás. El momento de hacerlo es ahora, anticipándose al futuro, creándolo, no dejándose pillar por él. Gran maniobra de los chicos de Amazon.
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