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domingo, 22 de enero de 2012

Lo de Megaupload se veía venir

Mucho se ha escrito en los últimos días sobre el cierre de Megaupload esta semana y resulta difícil aportar algo diferente, pero voy a intentar explicar mi visión del asunto.

Según yo esto se veía venir. Por mucho que Megaupload viviese en la alegalidad rozando la ilegalidad, un sistema basado en almacenar y reproducir contenidos cobrando por publicidad y cuentas premium tenía su tiempo contado.

Su gran problema fue hacerse demasiado famoso: muchas otras páginas, como SeriesYonkis, tiraban de ellos; ya no se trataba de un pequeño segmento de la población que lo usaba, sino que había traspasado la barrera que separa al común de la gente, que ya conocía y usaba Megaupload con naturalidad. El éxito y la ostentación fueron su pecado (irónicamente hechos reales en las carnes de su creador).

Megaupload no es lo mismo que las redes P2P, creo que conviene aclararlo. Principalmente porque estas últimas son redes distribuidas, donde cada nodo comparte con otros tantos, pero el fichero "no está" realmente en ningún sitio fijo. Megaupload tenía grandes servidores que almacenaban los contenidos.

He leído argumentos a favor de Megaupload, diciendo que no es culpa de la herramienta lo que los usuarios hacen con ella. En mi opinión esto no aplica exactamente en este caso. Megaupload no creó una herramienta de almacenamiento y la dejó al servicio de los usuarios sin más. Por el contrario, fomentaba el uso que finalmente se le dio, lucrándose claramente con él. La venta de cuentas premium estaba muy dirigida a la descarga masiva de contenido; hubo un tiempo que pagaban a los usuarios que más ficheros subiesen que luego acumulasen más descargas; los ficheros que no eran descargados asiduamente, se eliminaban a los 3 meses, haciendo una opción poco interesante para ficheros personales. En todo caso, la línea de separación entre herramienta y modelo de negocio alrededor de ella es difusa.

No creo que nadie realmente piense que con el cierre de Megaupload la gente se vaya a agolpar a las puertas del FNAC para comprar DVDs. Pero qué duda cabe que se hace un poco más engorrosa la búsqueda de contenidos en Internet, eliminando una de las alternativas más comunes, y agrega una preocupación a los dueños de otras soluciones similares, que verán la sombra del FBI un poco más alargada.

El mayor problema que yo percibo es cómo deja esta situación a empresas como Dropbox o Amazon, que venden espacio de almacenamiento virtual, si mañana el FBI les puede cerrar porque un usuario se dedica a compartir películas a través de ellos. ¿Y qué seguridad da eso a potenciales clientes, que tienen que decidir si les confían sus archivos o los siguen manteniendo en local? Es una situación complicada, y si bien no creo que estas compañías vayan a tener realmente problemas siempre y cuando tengan medios de control de lo albergado, la duda queda pendiente en el aire.

En consecuencia otro aspecto que queda muy tocado es la privacidad. Si Dropbox va a tener que vigilar qué archivos subo yo a mi cuenta, ¿dónde queda el derecho a la intimidad? ¿Por qué tienen que comprobar los vídeos de mis vacaciones para asegurarse de que no es Piratas del Caribe 4?

Lo que está claro es que la demanda por el acceso a los contenidos a través de Internet existe. Y precisamente el caso de Megaupload desmonta la falacia de que la gente lo quiere todo gratis. Muchos pagaban por cuentas Premium y seguirán dispuestos a ello. Así que, señores de la industria, menos preocuparse por erradicar el mercado negro y dedíquense a ofrecer lo que la gente quiere. Al principio canibalizará su modelo actual, pero a futuro será la base de su negocio.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Google se fija en la pantalla más grande

Como bien demostró Lost el lunes, el mundo del consumo de contenidos en la televisión está cambiando. Cada vez más, el espectador va ganando autonomía y siendo más crítico en lo que quiere ver y cuándo/cómo hacerlo. La falta de tiempo unida a una extensa oferta de ocio hace que el consumidor se tenga que volver muy selecto con lo que ve. Únicamente los contenidos que viven del directo (conciertos, deportes...) y algunos programas que puedan hacer de ruido de fondo en la sala acabarán teniendo sentido en una programación lineal. Prácticamente todo lo demás se consumirá bajo demanda, porque así lo va exigiendo el mercado.

Esta forma de consumir contenidos ha estado tradicionalmente (si así se le pueden llamar a menos de 10 años) ligado a las pantallas de ordenador y visionado individual. Esta situación ha venido fuertemente condicionada por la existencia de conectividad a Internet, principal medio de acceso a dichos contenidos, por lo que los ordenadores fueron las herramientas clave. Ahora, el siguiente paso, es llevar Internet a la televisión, y por ende al salón y consumo familiar, donde se mueven los dineros de verdad.

Para ello Google ha hecho ya su apuesta. Con una propuesta diferente a Apple (AppleTV) y Microsoft (Windows Media Center), el buscador presentó su GoogleTV, como agregador de contenidos para ver en la televisión. La idea es tan simple como útil: una caja de búsqueda en el televisor que permita al espectador encontrar lo que está buscando, en cualquier canal de televisión tradicional o en sitios de Internet como YouTube o Hulu.

Google busca el rol del interfaz, una posición de fortaleza debido a su cercanía con el consumidor. Él es la puerta de entrada, el que elige lo primero que se ofrece al usuario y el que marca las reglas del juego en su pantalla de inicio. Algo que ya ha conseguido en el ordenador, con su archiconocida página principal, y que ahora está tratando de hacer también en el móvil, con Android.

A mí, personalmente, el modelo me despierta varias dudas que no me dejan ver claro su posible éxito. Empezando por la tormenta de acuerdos a los que se va a tener que enfrentar la compañía: fabricantes, productores, cadenas, distribuidoras, particularidades por países, entidades de gestión de derechos, tiendas online, etc. En relación a esto, me pregunto cómo logrará Google ofrecer experiencias decentes en países tan castigados en estas lides como España, donde aún no existe una tienda de iTunes de vídeos o Netflix.

Otro punto que no he logrado esclarecer en mis lecturas es si reconocerá también los archivos localizados en un disco duro conectado al televisor o a la red local de la casa, algo que veo muy necesario. Y también queda conocer si GoogleTV será capaz de ofrecer una buena interfaz visual, que deje de lado el texto, algo fácil de decir, pero muy difícil de hacer. Hay que tener en cuenta que compite contra el arraigado hábito de coger el mando, pulsar un botón e ir cambiando de canal...

No lo acabo de ver claro, aunque sí que intuyo que será un importante paso más hacia el futuro del consumo de los contenidos en el salón. Una interfaz así es necesaria, por lo que no será la única que aparezca en el mercado.

martes, 1 de septiembre de 2009

Pagando por acceder a las noticias

A principios de agosto, Rupert Murdoch, magnate de la información, CEO de News Corp., comentó que tenía intención de cobrar por el acceso a todos sus sitios de noticias después del verano, como ya hace con el The Wall Street Journal.

¿Es volver a los modelos de negocio de la primera edad de Internet una buena idea? ¿Es un suicidio financiero? En España tenemos el claro caso de El País y El Mundo, los 2 principales diarios de tirada nacional. El primero optó por un modelo de pago por acceso a los contenidos y ello permitió al segundo alzarse con un liderazgo en Internet del que aún hoy disfruta. Pero este caso no tiene porque ser generalizado para todos los casos. Cada escenario tiene sus propios participantes y contexto, qué hacen de cada uno una situación única.

Yo creo que en este mundo de hiperabundancia de contenidos e información hay lugar tanto para el acceso condicionado como para la subvención por publicidad. Por un lado tenemos las noticias más generalistas, las que publican medios de información generales y aparecen en telenoticias, periódicos, blogs, agencias de noticias, Twitter, etc. Información por la que, precisamente por su omnipresencia característica, es muy complicado cobrar.

Pero en el otro extremo (y no nos olvidemos de una larga gama de grises) se encuentra ese contenido más especializado y profundo, de difícil acceso, editoriales y opiniones de las grandes mentes del sector. Yo creo que sí que existe este tipo de información que merece ser pagada. El ejemplo más claro es la información financiera, la cual ha de ser consumida inmediatamente después de ser producida, además de que cuanto más profundamente analizada es, mayor valor aporta. Sí, cierto es que existen blogs y periódicos de acceso gratuito que ofrecen este servicio de comunicación con una alta calidad, pero creo en la mayoría de los casos hay espacio para un contenido de pago más "profundo". Sin olvidar además que si tú pagas, puedes exigir un cierto nivel de servicio, no pudiendo reclamar a nadie si un medio gratuito distorsiona las verdades o cierra un día de repente.

Ambos modelos de acceso al contenido no tienen por qué ir enfocados a los mismos segmentos de población, ni tienen por qué cubrir las mismas necesidades. En ciertos casos interesará más que el contenido sea abierto y pueda ser indexado por los buscadores, dirigiendo tráfico hacia la página. Y en otros casos interesará que el contenido sea exclusivo, y que precisamente sólo accedan a él aquellas personas dispuestas a pagar.

No nos pensemos que porque en Internet impere lo gratuito todo servicio o producto haya de seguir este modelo. Cada uno tiene que encontrar su propio camino y explotarlo, sin olvidar que es posible cambiar de dirección.

domingo, 16 de agosto de 2009

La TDT de pago ya está en marcha


Ya había comentado en otras ocasiones el tema del paso a la TDT y lo tremendamente mal que se está gestionando en nuestro país. El caso es que hace unos días se aprobó la TDT de pago en nuestro país y toda la maquinaria audiovisual española ha apretado el acelerador ignorando la temporada estival propia del mes de agosto. La última noticia es que Prisa ha anunciado que denunciará al Gobierno por el mecanismo de la aprobación.

El grupo Mediapro ya ha sustituido el canal Hogar10, que a decir verdad jamás había pasado por mi pantalla, por GolTV, su canal dedicado al fútbol. De momento emite en abierto para todos los televidentes, pero se espera que a partir de septiembre ya sea necesario pagar para acceder a sus contenidos.

No he podido evitar fijarme como la sección de deportes del telediario de La Sexta, casi tan larga como el resto del espacio, hacía un profundo repaso a todas las ligas europeas, que ya han comenzado. Sin duda alguna una maniobra para generar una expectación necesaria para que la gente pague 15€ al mes por ver partidos de ligas a las que nunca antes habíamos prestado atención. La inglesa e italiana todavía podían tener algún interés en determinados partidos, pero ¿y la francesa, portuguesa o hasta holandesa? De locos...

El siguiente en dar un paso adelante ha sido Sony, que ya ha confirmado que sustituirá Set en Veo, su canal en abierto en la TDT, por AXN, canal de su propiedad que ya emite en otras plataformas de pago, tales como Digital Plus. La idea es poder emitir series de mayor calidad que las que se podía permitir ahora mismo al ser un canal subvencionado por publicidad. Bajo mi punto de vista, pasar de un canal que no veía nadie porque no tenía interés a uno que no verá nadie porque hay que pagar.

Y como no, no podía falta el otro contenido estrella junto con el fútbol: el porno. Ya corren rumores que aseguran que existirá un canal de pago basado en este género. Vaticino que el siguiente será uno de cine (americano). Deportes, porno y películas americanas, el mix de contenidos por el que la gente ha demostrado interés en pagar.

Celebro la llegada de la TDT de pago, porque verdaderamente me parece fundamental en este escenario que vivimos. 42 canales en abierto, viviendo de la publicidad, no tienen ningún sentido, ni futuro. Al menos, de esta manera, habrá lugar para contenidos de interés, pagados a través de tarjetas en el televisor. El problema es la forma en la que nos llega. Y es que no puede ser que el Gobierno nos inste a comprarnos descodificadores, publicitando a diestro y siniestro el apagón analógico, amenazando con que en pocos meses seremos poco menos que unos parias sin acceso a la televisión, y ahora resulte que haya que comprar otros descodificadores nuevos, que los antiguos no valen para ver todo.

Unos decodificadores que rodan los precios entre los 75 y 100€, y que no dejan de ser muy básicos, ya que los fabricantes van a tener que ponerlos en el mercado con poco margen de tiempo. En unos meses saldrán decodificadores con funciones avanzadas, tales como grabación en disco duro o capacidad para imagen HD (se espera que en los próximos meses haya canales que emitan en este formato), que dejarán obsoletos a los que se verán en unos días sobre los mostradores de las tiendas de informática.

La conclusión: un cacao mediático en el que el Gobierno parece que ha cuidado de todos menos de los españoles de a pie. Ni los más expertos en televisión saben cómo van a ver el fútbol el año que viene, porque todo se está haciendo en el último momento y mal. TVZone tiene una sección en su web dedicada a resolver las dudas más comunes, que puede que saque a alguien de dudas. Por mi parte, mi consejo personal es esperar, al menos unos meses, a ver cómo queda finalmente el escenario de la TDT en nuestro país. Y, si tienes un televisor comprado en los últimos 3 ó 4 años, comprobar si tiene ranura CI (Common Interface), porque te libraría de tener que comprar un nuevo aparato de TDT para ver canales de pago.

La imagen la he tomado del blog de JR Mora, que me ha hecho gracia ;-)

martes, 14 de julio de 2009

El streaming va ganando a las descargas

Cuando el intercambio de archivo proliferó en nuestras vidas mucha gente comenzó a sufrir una especie de Síndrome de Diógenes digital: había que descargarlo todo y almacenarlo todo en el disco duro. Empezaron con la música, siguieron las series y continuaron las películas, cada vez en mayor calidad. Según ha ido creciendo el ancho de banda disponible, mayor es el tamaño y cantidad de archivos descargados.

Hoy en día el ancho de banda sigue creciendo y además se va haciendo móvil (en Europa, en Asia esto es ya de lo más común). Y así, las descargas van dando paso al streaming, el acceso a los contenidos online, sin necesidad de almacenar en disco. Esto contribuye un poco más al cambio en la forma de pensar del usuario, que cada vez entiende menos el contenido como una producto en propiedad para verlo como un servicio, de acceso en cualquier sitio, momento y modo.

Las radios en Internet, como Last.fm, llevan ya un tiempo entre nosotros, pero creo que un paso necesario es que el usuario pueda elegir qué canción escuchar y cuando. Spotify trajo esta funcionalidad por primera vez de forma sencilla para las personas, aunque aún quedan por superar las absurdas barreras geográficas, que no tienen mayor sentido en un mundo digital y globalizado.

Dentro de un tiempo ya no tendremos esa "necesidad" de poseer música o vídeo. Todo será accesible (¿de forma gratuita? ¿a base de publicidad?) a través de Internet, que será omnipresente a través de múltiples dispositivos. La muerte del dispositivo físico, al menos como uso común. ¿Para qué tener 20 gigas de música si se puede tener toda la del mundo al alcance de un sólo clic?

martes, 23 de junio de 2009

El poder del contenido

El tema de hoy lleva dando vueltas en mi cabeza desde hace ya un mes, pero hasta ahora no me he decidido a escribir sobre ello. Quería saber si era capaz de llegar a alguna conclusión por mí solito, pero la verdad es que no he podido hallar nada en claro. El tema en cuestión trata sobre la televisión y el poder de una cadena al poseer un contenido en exclusiva, fuertemente demandado y de interés en directo, sin mayor fuste si se ve un día después. Como no, hablo del fútbol.

Supongo que la mayoría de nosotros vimos la final de la Champions League en Antena 3 hace aproximadamente un mes. Igual que tuvimos la oportunidad de ver los partidos de la Eurocopa en Cuatro hace un año. Entonces supongo que os resultaría igual de molesto que a mí la ingente cantidad de publicidad que metieron antes, durante y después de los partidos, tanto en formato anuncio, como a través del comentarista o sobreimpresiones en pantalla.

Yo entiendo que estos contenidos son caros, muy caros, y que hay que pagarlos. Pero, ya que es complicado que ambos convivan en pantalla, ¿hasta dónde llega el derecho a introducir publicidad a costa del contenido? Porque en las finales de ambas competiciones los espectadores nos quedamos sin ver gran parte de lo que estaba pasando en el campo a cambio de tragarnos una serie de anuncios. Una publicidad que estoy convencido que creo más animadversión que filia hacia la marca que nos privaba de ver a nuestros jugadores celebrando una clasificación o un título.

El caso de la final de la Champions League está relativamente justificado, porque existía una alternativa de pago como Canal +. Si estás dispuesto a pagar un premium, te libras de los anuncios y disfrutas del espectáculo de forma íntegra; si no, te lo mutilamos. Pero, ¿y en la Eurocopa? Yo, como espectador español, no tenía más opción que seguir los partidos a través de Cuatro. Era un esclavo sobre el que practicaron técnicas de sodomización publicitaria, sin salida posible.

También tenemos el caso opuesto. Estos días Tele5 está programando la Copa de las Confederaciones y no ha otorgado el dudoso placer de disfrutar de los comentarios de Luís Aragonés. No voy a entrar en discusiones sobre si es buen o mal entrenador, ¡pero lo que está claro es que es un comentarista terrible! Es soso, sin labia ni ocurrencias, con estamentos que podría afirmar cualquiera que estuviese viendo el partido con un solo ojo, y con un periodista que le tiene que estar continuamente dando pie a que añada algo. Una vez más, las cadenas nos castigan y ver el fútbol se vuelve un poco más molesto. No obstante, esta vez la situación es muy diferente, ya que Tele5 paga a Aragonés por hacer ese trabajo, y no creo que sea un sueldo corto. ¿Por qué pagas por torturar a tu audiencia?

Difícil escenario este. Una cadena con todo el poder y que sabe que la elasticidad de la demanda ante el desprecio es minúscula. Una tentación demasiado grande como para no usarla y los consumidores no tenemos más remedio que aceptarla o apagar la televisión y abrir un buen libro. ¿Alguna idea el respecto que me ilume sobre este controvertido asunto?

domingo, 3 de mayo de 2009

El lío del fútbol para el año que viene

Llegó Mediapro y cambió el panorama futbolístico en la televisión. En los últimos años, la plataforma satelital Digital+ ha tenido los derechos de los partidos en modo PPV, compartidos recientemente con el Imagenio de Telefónica. El año que viene todo esto se verá transformado con la llegada del nuevo canal Gol TV.

Aúno no está muy claro cómo va a funcionar el fútbol en este canal. Por 18€ al mes, se ofertarán entre 20 y 24 partidos al mes, de 1ª división, 2ª, Champions y otras ligas extranjeras. Este canal se podrá seguir en todas las plataformas de televisión de pago actuales (Digital +, Imagenio, ONO), además de la futura y esperada TDT de pago. Únicamente parece que se va a garantizar el aprtido en abierto de los sábados, que la ley exige (de manera equivocada a mi parecer...). Vamos, que al que le guste el fútbol, no se va a aburrir.

Mediapro ha desembolsado mucho mucho dinero por los derechos televisivos de todos estos equipos y estaba claro que la oferta gratuita mantenida hasta ahora no era sostenible. La estrategia para este año ha consistido en aplastar a su rival, Audiovisual Sports, a base de no rentabilizar sus inversiones. Y le ha funcionado, ya que desde Prisa, principal afectada de esta guerra, no hacen más que quejarse y criticar a Mediapro desde todos sus púlpitos (Ser, Cuatro, El País, As...).

El segundo paso de la estrategia es hacer llegar el fútbol a todo el mundo. Creo que mucha gente estaría dispuesta a pagar 18€ por ver partidos desde el salón de su casa, pero no a pagar los 60, 8 o 100€ que cuesta estar subscrito a Digital+ o Imagenio. Esta barrera de entrada pretende ser reducida a través de la TDT de pago, que cada vez parece más claro que llegará a todos nosotros a final de verano. LaSexta utilizará su 2º canal, Hogar 10 a día de hoy, para la emisión de Gol TV. Justo a tiempo para el comienzo de la liga.

Pero aquí no acaba todo. Para lograr nuevas vías de beneficio en Mediapro han tendo que estrujarse los sesos y buscar más allá de lo que se hacía hasta ahora. Innovación, vaya. Los partidos de fútbol y la F-1 en pantallas de cine serán nuevas formas de monetizar un contenido de gran interés entre el público. Los móviles, otro modelo. Y más que vendrán.

Nos espera un año movidito con el fútbol. Espero que nosotros, los consumidores, seamos los principales beneficiados.

martes, 21 de abril de 2009

Lost, el inglés y la simultaneidad

La entrevista que ayer hicieron en El Hormiguero a Jorge García, Hugo en la magnífica serie Lost, da lugar a 2 pensamientos en mi cabeza, convenientemente amoldados tras la lectura en Internet.

Primero, comentar la penosa entrevista que se realizó. Para quien no la viese, se podría resumir en los animadores/actores/presentadores del programa haciendo cosas extrañas y Jorge García mirando, con cara de entender más bien poco y sin responder apenas preguntas. "Están locos estos españoles", debió de pensar.

El problema fue que Jorge hablaba más o menos español, por lo que se decidió que la entrevista se realizase en la lengua de Cervantes. Obviamente, el actor no se encontraba cómodo, con lo que las respuestas fueron más bien cortas y dando lugar a pocas bromas, arruinando el ritmo del programa y la (escasa) simpatía que despierta en los televidentes.

Y es que ya está bien de ese miedo que profesamos al inglés, que nos limita y condiciona hasta extremos insospechados. Es momento de abrazar el inglés como la lengua que, para bien o para mal, gobierna nuestro planeta. No se debe tratar de ocultar y disimular, haciendo como si no existiese. Si no se enseña desde la televisión, que nos guste o no es en muchas ocasiones el mayor educador de nuestros días, que el inglés es importante en nuestra vida, estamos condenados. Pero claro, ¿qué se puede esperar de un país donde no hablan este idioma ni el presidente del Gobierno ni el líder del principal partido de la oposición?

Uff, me he enrrollado ya mucho, y es que este tema me revienta, pero vamos rápidamente por la segunda reflexión. Durante el programa se volvió a comentar la noticia de que la 6ª temporada de Lost se emitiría de manera simultánea en todo el mundo, en España en la cadena Cuatro. Esta noticia ya se había comentado antes, pero parece ser que nadie se la creyó mucho porque se habla realmente de ella ahora.

Entiendo que por "simultánea" se entiende el mismo día, en cada país en su prime time particular. Y entiendo que será en inglés, con subtítulos en español en nuestro país. Y es que ya era hora de que se hiciesen las cosas así, si realmente se va a hacer. Ya era hora de que las cadenas estadounidenses, en este caso ABC, se diesen cuenta de que están perdiendo audiencia potencial que ellos mismo han creado, una audiencia que busca lo que pide en Internet, una audiencia de las que estas cadenas no se están apropiando.

Me parece una gran iniciativa por parte de la ABC, de la que se beneficia claramente Cuatro. Es el momento de que las cadenas que son "dueñas" en primera instancia de los contenidos los distribuyan de forma global, bien a través de otras cadenas locales, bien a través de Internet. Es tan sencillo como dar al cliente lo que quiere, que no es gratuidad, sino contenido de calidad como, cuando y donde quiera.

lunes, 12 de enero de 2009

Larga vida a los contenidos analógicos

Otra de los múltiples posts que me hicieron reflexionar entre todo lo que leí durante las recientes vacaciones fue este texto del blog ZonaFandom. En él se trata sobre el cómic digital y se reflejan sus ventajas y desventajas frente al cómic en papel de toda la vida. En el fondo es una reflexión bastante similar a la que nos podemos encontrar con la música y el vídeo: ¿formato digital o físico?

Lo que yo creo es que cada uno tiene su uso y su función, siendo la principal diferencia la experiencia de usuario. Porque, como ya decía un profesor mío del máster, no hay que olvidar que, al final, los seres humanos consumimos en analógico. Y si bien los formatos digitales son geniales para la creación y distribución de contenidos, en la mayoría de los casos la experiencia física está mucho más alineada con el consumo analógico.

Me explico: un libro normalmente se disfruta más en "formato libro" que desde un lector digital; vivir un concierto es mucho mejor que ir escuchando música en tu iPod; ver una película en un cine perfectamente preparado en calidad de imagen y sonido con tus amigos proporciona sensaciones mucho más gratificantes que ver la misma película tú solo en casa con tu portátil; y así podríamos seguir.

Lo que también tengo claro es que los contenidos digitales no pueden ser cobrados. No porque no tenga coste desarrollarlos, sino porque no hay escasez inherente al formato. Replicar un archivo mp3 tiene coste cero, y su distribución igual. Por lo tanto, ese archivo no puede tener precio, lo cual no hay que confundir con valor. Estos contenidos digitales no sirven sólo para dar a conocer a artistas, personajes, escritores, marcas... tradicionalmente el uso más argumentado. Hay mucho más allá, ya que de esta manera el consumidor puede tener a su alcance muchos más contenidos, extendiendo sus colecciones en el tiempo y el espacio, pudiendo probar y descubrir cosas nuevas.

Ahora bien, muchos argumentan que si una persona tiene acceso a los formatos digitales, nunca gastarán dinero en esos mismos contenidos. Y yo me niego a creer eso. Ya no sólo porque, como ya he comentado, la experiencia es radicalmente distinta. Sino también porque a la gente le gusta "tener" esos contenidos. A la gente le gusta mirar sus estanterías y ver libros, discos o películas. Porque esos contenidos que él ha elegido comprar, le definen como persona, igual que le define el cuadro que ha colgado en su salón. "Tener" es una parte fundamental de "vivir", al menos en nuestro modelo de vida.

Al final todo se reduce a economía y marketing básico, con la teoría (y la práctica) de la segmentación de precios. Contenidos gratis (recordemos el coste de su réplica y distribución: cero) para aquellos que, por unos motivos u otros, no quieran pagar: afán de coleccionismo, duda, desconocimiento, prueba, etc. Y diferentes costes en función de las diferentes experiencias ofertadas y lo "especial" que se quiera sentir el cliente/consumidor: un precio para los contenidos digitales con una calidad y nivel de servicio asegurados; mayor precio para otras experiencias digitales; mayor precio por cajas y ediciones físicas; mayor precio por contenidos en vivo; etc. Ahí todo un mundo de posibilidades por explorar, y tengo muy claro que la gente no va a dejar de pagar por los contenidos, porque no son iguales la experiencia digital que la física.

martes, 8 de julio de 2008

¿Contenidos o servicios?

Leyendo este artículo, me planteo una interesante duda: ¿qué es lo que se vende realmente? ¿El contenido o el acceso al mismo....?

Me explico con un ejemplo, que es como mejor se entienden las cosas. Si yo compro el DVD de la última película de Indiana Jones, ¿estoy realmente comprando la película? ¿O estoy comprando la capacidad de ver y disfrutar la película tantas veces como quiera en el salón de mi casa?

Pensándolo detenidamente, me decanto más bien por la segunda opción. Lo que se nos ofrece es un servicio que nos permite acceder a ciertos contenidos, aportándonos un valor superior al precio estipulado. Esto ocurre con los DVDs, pero sería extrapolable a la oferta de contenidos a través de streaming o descargas en la Red.

Al final todo se resume en la capacidad de ofrecer un servicio de calidad, que aporte un valor añadido para el usuario. La compartición de archivos a través de Internet va a ser un hecho que va a estar ahí siempre, y no tiene sentido gastar esfuerzos en prohibirlo. El camino que yo entiendo como correcto se asfalta sobre la oferta al usuario, el servicio, no el contenido en sí. Hay que ofrecer a la gente un valor superior a la compartición gratuita, un servicio por el que estén dispuestos a pagar.

Disponibilidad inmediata en streaming, catálogo inmenso, posibilidad de idiomas varios y subtítulos, distintas calidades de imagen y sonido, con o sin publicidad, directamente al televisor, etc. Hay muchas alternativas, que ofrecen un mejor servicio que la compartición entre ordenadores del ripeado de una película.

Sin embargo, al contrario de lo que dice el artículo, no soy partidario del cobro por MB, pero sí de la tarifa plana y del cobro por acceso a contenidos premium. Creo que por aquí pasa el futuro, pero siempre construyendo sobre lo que ya hay, y no derruyendo lo que los usuarios ya han construido.

martes, 1 de julio de 2008

El teatro de los sueños

Si bien dije que iba a profundizar en el asunto de Tele5 y su denuncia a Youtube, la verdad es que me voy a centrar en la segunda parte de la ecuación. Mi opinión sobre los verdaderos motivos de las acciones de Tele5 se reducen a una cuestión de apropiación de los contenidos y de evitar que su público le cace en situaciones como esta. Sin embargo, el tema Youtube me parece más interesante.

El otro día se desencadenó una conversación en el blog de edans acerca del potencial de Youtube como futura televisión. Un bando defendía la astucia de Google al comprar el portal de vídeos, porque de esa manera dispone de la plataforma perfecta para la emisión de contenidos en exclusiva, grandes producciones que abandonarán la TV convencional para caer en los brazos de Youtube.

Al otro lado del frente, en el que yo me sitúo, no se ve esto tan claro. Sí, Youtube tiene un gran poder agregador de vídeo, sin duda alguna. Un activo difícil de adquirir, al que Google encontró un precio con muchos ceros. Pero el salto a los contenidos de gran presupuesto es complicado. Empezando por los problemas de monetización, ya que la compañía sufriría mucho para amortizar el desembolso.

Otra barrera, y quizá la más alta, es que Youtube es percibido por su público como una especie de cajón desastre de vídeos, donde la oportunidad o la inmediatez impera sobre la calidad, tanto de imagen como de contenido. Y eso es lo que espera el visitante de Youtube, no grandes producciones. Creo que Youtube se ha contruído una imagen de marca en el mundillo y ha de respetarla. Déjen a Hulu o similares las grandes producciones.

Y de ahí saltamos al siguiente impedimento. Las grandes productoras quieren y querrán tener un fuerte control sobre los sistemas de distribución. De ahí el nacimiento de Hulu. Veo complicado que le dejen a Youtube explotar los contenidos en los que tanto dinero han invertido.

Las grandes producciones tienen su formato objetivo, así como cada contenido tiene el suyo propio. Si se quiere triunfar en Internet, hay que crear contenidos para Internet. Y ahí si veo futuro, en Youtube o en otros sitios similares. Y las grandes mentes del entretenimiento posarán sus miradas ahí en unos pocos años, cuando se mueva dinero de verdad. Que se moverá.

jueves, 6 de marzo de 2008

Contenidos online

Mientras en España las cadenas de televisión hacen probaturas y se deciden sobre si colgar sus contenidos de producción propia en Internet, o no, en EEUU la práctica ya ha cogido gran soltura.

Y es que en vez de guardar lo que ya se ha emitido en un cajón para quizá poder volver a explotarlo un mínimo en una segunda ventana, ¿por qué no ponerlo a disposición de los usuarios?

Con publicidad se puede monetizar esta iniciativa y satisfacería a muchos consumidores que no pudieron ver el capítulo de la serie en su momento, que no sabían que existía o simplemente que quieren repetir.

Al final consiste en dar al público lo que quiere. Aunque sea un público mínimo. Porque el coste de ofrecer a través de Internet los contenidos es mínimo, y la exposición, máxima.

Toda esta reflexión viene a partir de un curioso agregador de contenidos online estadounidense que he encontrado a través del blog de La Chica de la Tele. No se pueden ver los vídeos, ya que estamos fuera de EEUU, pero sí que se puede disfrutar con la original fórmula de presentarlos; además de suspirar por tener alguna vez algo similar en España.

¿No es esto mucho mejor que buscar el capítulo de la semana pasada de tu serie favorita en una red P2P?